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¿Es eficiente el modelo de reciclaje en España?

En el territorio español las empresas Ecoembes y Ecovidrio son las encargadas de recoger los residuos de los contenedores y llevarlos a las diferentes plantas de reciclado. Según las estadísticas del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en España la tasa de reciclaje de residuos no peligrosos, es decir, de papel y cartón, vidrio y envases de plástico y latas, ya supera el 70%. Pero el resultado en la Comunidad no arroja resultados tan esperanzadores. Según Pilar Molinero, directora general de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, en 2011 solo se recicló el 33’7% de los residuos domésticos y comerciales.

En España funciona el denominado Sistema Integrado de Gestión (SIG). Las empresas embotelladoras y de producción pagan una tasa, el denominado Punto Verde, en concepto de reciclaje de sus productos una vez han sido utilizados. Dicho precio se incluye posteriormente en el precio de venta al público desde los supermercados, por lo que el consumidor final paga dicha tasa de reciclaje tanto en el precio del producto, como en el impuesto de aguas y basuras que cobra el ayuntamiento de cada localidad.

Desde Retorna, una asociación que aglutina a otras tantas en lucha por la mejora ecológica, proponen la puesta en marcha del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), que consiste en que el consumidor paga por el envase cuando lo compra, y al devolverlo recupera dicho importe. Países como Dinamarca, Croacia, Holanda, Australia, Canadá o EE.UU. ya han implantado la medida, que en el caso de Alemania ha supuesto la subida de los índices de recuperación de envases a un 98’5%, un 95% en Finlandia o un 84% en Suecia.

“Nunca antes se había conseguido llegar a cuotas tan altas como ahora con el sistema SDDR. El consumidor paga 25 céntimos por cada lata o botella, y tras su uso la devuelve y se lleva el dinero que había invertido. Si no lo hace, ese dinero sirve para el sustento del programa”, explica Daniel Eckold-Hufeisen, director de prensa de Deutsche Umwelthilfe, la ONG que impulsó el sistema de retorno en Alemania. Sin embargo desde Ecoembes, la empresa que tiene la contrata para el reciclaje de envases en España, dichos datos no corresponden del todo a la realidad. “Es una iniciativa marginal que no ha conseguido dar respuesta a las necesidad ambiental para la que está planteada, ya que solo se ocupan de los envases de bebidas, es decir, del 9% de los envases, dejando el resto de lado. Esto lo convierte en un sistema dependiente que no podría existir sin el apoyo de otro que gestione el 91% de los residuos de los que no se hace cargo”, indica Nieves Rey, directora de Comunicación de Ecoembes.

La cuestión es si saber si con el aliciente de la devolución del importe por reciclaje la ciudadanía es capaz de comprometerse más con el cuidado del medio y la ecología. Para ello, la asociación Retorna ha puesto en marcha un proyecto piloto en Cadaqués con el visto bueno y la supervisión de su ayuntamiento. “La prueba aún no ha terminado, pero sabemos que la población está colaborando con interés y que se lograrán los resultados esperados, consiguiendo recuperar selectivamente cifras por encima del 90%”, comenta Gustavo Catalán Deus, director del Gabinete de Prensa de la asociación.

También el Gobierno de Canarias se ha interesado por la propuesta y está tramitando la puesta en marcha de este sistema. Aunque para ello, debería actualizarse la Ley de Residuos y Suelos Contaminados aprobada en 2011, que si bien deja abierta la puerta a la implantación de este sistema, no deja claras las tarifas de cobro al consumidor final, lo que podría provocar grandes diferencias en unas localidades u otras. La que sí está todavía en funcionamiento, aunque en desuso y sin actualización pasados 15 años, es la Orden de 1997 por la que se establecen las cantidades individualizadas en concepto de depósito, que van entre las 10 y las 55 pesetas.

Y es que hasta mediadios de los años 90 en España sí se llevaba a cabo un sistema similar de retorno, pero no de reciclaje. Las familias acostumbraban a guardar en casa los cascos de vidrio de las botellas y, o bien los devolvían y se les devolvía el precio del depósito pagado anteriormente, o bien rellenaban los envases de nuevo. La gran diferencia entre lo que se hacía antes y lo que se propone realizar ahora es el proceso de reciclado. Ya que actualmente las botellas no se vuelven a rellenar si no que se llevan a una planta de reciclado.

Este hecho es el pero que ponen asociaciones como Ecodes, que argumentan que la reutilización y no el reciclaje es lo que realmente “conlleva menores costes energéticos”, comenta Mª Jesús Sanz, responsable de Relaciones Institucionales de Ecodes, asociación con sede en Zaragoza y editora de la revista mensual Es Posible. “En España se debería volver a trabajar en esas medidas, en la reutilización, porque ambientalmente es importante la repercusión que podría tener respecto a la reducción de energía y a la reducción y utilización de materias primas. A la vez, también, podría ser una línea de generación de empleo”, expone Sanz.

Kurt Svendsen, responsable de Producción de Dansk Retursystem, la organización no gubernamental que tiene la contrata en exclusiva del depósito y la recogida de residuos en Dinamarca, explica que “lo más importante es la implicación de la ciudadanía. Antes en Dinamarca se tenía la impresión de que el que reciclaba, en realidad, estaba haciendo gratis el trabajo de separar los residuos y llevarlos a donde correspondiera. Ahora no ocurre lo mismo, la gente lleva los envases al supermercado, los mete en la máquina dispuesta a tal fin y en el momento reciben el dinero del
depósito o un ticket para descontar de la compra que hagan. Por lo que sienten que no solo trabajan para cuidar el medio ambiente, si no que eso les beneficia económicamente”.

La importancia del ciudadano en el proceso de reciclaje

“Es importante reconocer el gran esfuerzo que hacen los ciudadanos y aplaudir un éxito que se debe, en gran medida, a aquellos que han hecho del gesto de separar los envases algo natural en su día a día”, asegura Nieves Rey, de Ecoembes.

El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Modesto Lobón, asegura que “hay que incidir en la importancia y en la simplicidad del proceso de separación en origen mediante una correcta separación en el hogar identificando con claridad los tipos de residuos que se depositan en cada
contenedor”.

Pero el problema para buena parte de los ciudadanos, sea cual sea el sistema de reciclado, sigue siendo la falta de espacio en la vivienda para almacenar los residuos.

En este sentido, Carmen Dueso, consejera de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, también explica que “el reto es, utilizando las nuevas tecnologías, lograr que el ciudadano que recicle pague menos tasas de basura. Las actuales tecnologías permiten hacerlo por bloque de vivienda y hay ya experiencias interesantes en este sentido”. La denominada ecociudad de Valdespartera “tiene un punto limpio por bloque que permite a los particulares deshacerse, separándolos en origen, de todos los residuos de manera gratuita y ecológica”, incide Dueso.

También la dispersión poblacional de Aragón junto a las bajas tasas de turismo, hacen que la Comunidad no se encuentre todavía entre las que más reciclan de toda España. “La principal razón que entendemos que justifica que Aragón no esté a la altura de las mejores comunidades autónomas en recogida de residuos es la menor proporción de turistas, así como la menor proporción de la hostelería en su producto interior bruto. A ello hay que sumar la enorme dispersión poblacional aragonesa, que dificulta y encarece la prestación del servicio de recogida separada a los núcleos de población más pequeños y alejados”, explica Pilar Molinero, directora general de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.

Lo que sí ponen de manifiesto todas las instituciones por igual, es el falso mito de que los residuos de los contenedores de reciclaje van a parar al mismo lugar. Y es que pese a que la ciudadanía pueda ver a un mismo camión recogiendo plásticos, vidrio y papel, lo cierto es que cada tipo de material va a parar a un compartimento diferente.

En 2012 se reciclaron en España el 70,3% de los envases que se comercializaron, que equivaldría a llenar 90 estadios de fútbol. Los datos aumentan año tras año, y tanto las empresas como los ciudadanos están cada día más concienciados. El problema es que esta es una carrera de fondo, pero a la ciudadanía le gustaría que los buenos resultados se diesen ya, como recompensa al esfuerzo que realizan.

Informan: Guillermo Esteban, Silvia Garralaga, María Tobajas y Sara Zarazaga

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