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Veganismo, una forma de vida

Pilar y Diego son una pareja vegana de Zaragoza. No comen carne, ni pescado, ni huevos, ni leche, ni llevan zapatos de piel ni jerseys de lana. Es una forma de vida: decidieron hacerse veganos, es decir, optaron por abstenerse de consumir cualquier producto de origen animal.

Los veganos siguen un modelo de vida basado en una forma de pensar. Entienden a los animales como individuos con intereses y derechos y no como meros recursos para obtener algo. Por eso excluyen a los animales no solo de la alimentación, como hacen los vegetarianos, sino también de la vestimenta, el entretenimiento y, en definitiva, de todo lo que pueda suponer un maltrato para ellos.

Pilar Badía, de 30 años, profesora de lengua, es vegana desde hace 10 años. Decidió cambiar su estilo de vida a raíz de conocer a personas veganas y empezar a leer y pensar sobre ello. Como ella explica, normalmente las personas ven en el plato un filete de carne y lo consideran  un alimento, no hacen la conexión entre el filete y el animal. En ese sentido, Pilar afirma: “Cuando dejas de pensar en lo que te estás comiendo y reflexionas sobre a quién te estas comiendo, e incluso llegas a ponerle cara, es cuando te planteas esta opción”.      Al contar la noticia en casa, Pilar se encontró con el disgusto de su madre e incluso en su círculo de amigos hubo quien pensó de forma despectiva que “le habían comido la cabeza” y por eso decidía hacerse vegana. “En esta sociedad nos han enseñado que hay que comer animales y que hay que ir siempre por una senda que es lo normal y lo establecido. En cuanto te sales de la regla, puedes causar rechazo”, explica Pilar. Son las dificultades de “ser vegano en un mundo no vegano”, como ella dice.

Por su parte, Diego Jiménez, de 31 años, profesor de Ciencias Naturales, se hizo vegetariano a los 18 tras leer el libro Liberación Animal de Peter Singer. “Ese libro me hizo darme cuenta de que los animales no eran recursos. A partir de ahí empecé a verlos como individuos”, explica. Fue durante un año vegetariano para después dar el salto al veganismo. Así Diego afirma: “Si tenía que considerar entre mi interés de comer lo que me diera la gana o el interés de los animales por vivir y ser libres, la opción estaba clara”.

Pero, ¿cómo afecta realmente el veganismo a la vida de una persona? En la alimentación, la dieta vegana suele relacionarse con productos de dietética, lo que supone un incremento del coste de los productos. Sin embargo, Pilar y Diego explican que, en realidad, puede ser incluso más barata que una omnívora. La base fundamental de la dieta vegana son los cereales, las verduras, las legumbres, los frutos secos, la pasta, la soja y sus derivados y el precio de estos productos suele ser económico. Por ello la alimentación no supone ningún problema.

Experimentación animal

Los veganos están en contra de la experimentación en animales, conscientes del sufrimiento que supone para ellos pruebas como el test “draize” en el que inyectan en los ojos de conejos diferentes soluciones para observar las consecuencias. Los veganos tratan de emplear marcas de productos que no testen en ellos, pero esto tampoco supone un problema: Pilar y Diego ponen como ejemplo Mercadona, cuya marca “Bosque Verde” es famosa por no testar en animales.

En relación con esto, se plantea la duda de si los veganos tampoco aprueban la experimentación en animales con fines médicos. Y la respuesta es contundente. “Yo no niego que la experimentación en animales con fines médicos pueda beneficiar a la ciencia, simplemente me da igual. Aunque fuera beneficioso lo rechazaría porque creo que un animal, humano o no humano, tiene el mismo derecho a la vida independientemente de su especie”, afirma Diego. Los veganos están en contra del especismo (discriminación en base a la especie) y defienden que la vida de un animal vale lo mismo que la de un humano. Por eso comparan la experimentación en animales con la experimentación en judíos llevada a cabo en tiempos nazis que supuso importantes avances para empresas como Bayer. Entienden que los judíos, aunque sean de otra raza, tienen el mismo derecho y merecen el mismo respeto que nosotros. De esa manera, también creen que experimentar con animales puede hacer que avance la ciencia pero el mero hecho de pertenecer a otra especie distinta no les permite que los utilicemos como recursos científicos.

Aula Animal

Pilar y Diego forman parte del proyecto Aula Animal, surgido de una iniciativa de maestros y profesores veganos que se dieron cuenta de que no había ningún recurso educativo que transmitiera a los niños el respeto a los animales. Desde Aula Animal han organizado mesas redondas, clases para maestros de cómo educar desde el respeto animal o cursos de comida vegana.

Uno de sus últimos proyectos es el de poner un menú vegano en los comedores escolares. Hasta ahora, un niño vegano no tenía la opción de elegir una dieta que no le obligara a consumir productos animales en los colegios. Pilar explica que a ellos les parece un poco incoherente que por motivos religiosos, como es la dieta musulmana, sí que se facilite una dieta y por motivos éticos, como es el veganismo, los niños se tengan que ir a su casa.

Pero aquí surge la gran incógnita, ¿es sana una alimentación vegana? Pilar y Diego defienden que si la dieta está bien planificada es completamente saludable en todas las etapas de la vida. Pero no lo piensan solo ellos. La propuesta de Aula Animal ha hecho que el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Aragón (CPDNA) también haya apoyado el proyecto: “Consideramos que dotar de una opción vegetariana (incluyendo vegetarianos      estrictos o veganos) en los           comedores escolares   está en conformidad con la evidencia científica actual y que, adecuadamente planificadas mediante dietistas-nutricionistas, pueden asegurar un correcto aporte energético y nutricional, de manera que se cumplan las necesidades de los niños”.

También ha mostrado su apoyo a la propuesta Iva Marqués, profesora titular de Nutrición de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte en la Universidad de Zaragoza: “Una dieta vegetariana bien planificada es nutricionalmente adecuada para todas las etapas del ciclo vital incluyendo la infancia y la adolescencia”.

De acuerdo con su ideología, los veganos también están en contra de actividades que maltraten a los animales, como la tauromaquia, o lugares como zoos o circos en los que encierran a los animales y los privan de libertad. Por ello, Diego explica: “Cuando llevas a un niño a estos sitios estás haciendo tanto daño al animal, porque estás financiando ese centro de explotación, como al niño, porque fomentas que disfrute a costa del sufrimiento animal”.

Desde Aula Animal defienden que no es una actividad adecuada llevar a los niños al zoo ya que “van a conocer a los animales y lo que en verdad conocen es a un esclavo” y promueven que los niños aprendan a desarrollar la empatía hacia ellos y a disfrutar ayudándolos, no haciéndoles sufrir.

Es el veganismo, una forma de vida respetuosa con los animales que, día a día, va ganando más adeptos en nuestra sociedad.

Informa: Sandra Pallarés Navarro

Universidad San Jorge