Entrevistas

Ana Echevarría, educadora: “Hay niños que, con diez años, ya no quieren estudiar”

Durante los veintidós años que lleva dedicados a la enseñanza, Ana Echevarría, directora del colegio público Los Albares en La Puebla de Alfindén, ha pasado por distintos cargos y responsabilidades: aulas unitarias, asesoría de formación y jefatura de estudios. También ha formado parte de la vida política, como candidata en 2011 a la alcaldía del mismo pueblo representando el partido Chunta Aragonesista (CHA). La profesora Echevarría analiza en esta entrevista las principales propuestas del Gobierno en materia educativa.

Por Noelia Amorós Nogueras

Desde 1970 a 2013 se han propuesto siete reformas educativas. ¿ Son necesarias tantas? 

No, porque la mayoría no han llegado a implantarse, se han publicado en el Boletín Oficial del Estado o de Aragón, donde haya correspondido, pero los maestros han hecho pocos cambios en las aulas.

¿De dónde proviene la necesidad de cambiarlas: el profesorado, de los alumnos, de los legisladores…?

La obsesión viene del Gobierno aunque la necesidad surge en las aulas. Se plantean leyes sin conocer lo que el colegio necesita, va por un lado la ley y por otra la necesidad del centro y no nos encontramos.

«Soy contraria a la repetición. Pocas  veces tiene un resultado positivo tal y como está establecida»

La ministra de Educación, Isabel Celaá , afirmó que en España tenemos una organización escolar demasiado rígida y homogénea, por lo que habría que darle mayor flexibilidad a los centros educativos. Una de las propuestas de la LOMCE era que los centros dispondrían de una mayor autonomía para configurar una oferta formativa propia. ¿Podemos dejar la educación a la libertad del criterio de cada profesor?

La autonomía la tiene el propio profesor porque, como en la Constitución existe la libertad de cátedra si un maestro no quiere trabajar como marca el centro, no tiene que hacerlo. Ahora  en quinto y sexto de primaria tenemos la tablets, pero si un profesor no quiere utilizarlas, probablemente tenga problema con los padres, pero  no podemos obligarle. La LOMCE dice que te da más libertad, pero te la quita en el momento que los no te deja elegir el profesorado que quieres en tu centro, ya que no puedes marcar todas las características que consideras necesarias.

Repetir o no repetir curso

En la Educación Primaria se evalúa a los alumnos año a año, de modo que pueden repetir curso si no adquieren las competencias necesarias. Se quería volver a evaluarlos cada dos cursos, esperando así que las capacidades de unos y otros se vayan igualando para pasar de ciclo con el menor fracaso posible.¿Cuál creé que es la opción más acertada?

Soy contraria a la repetición. Pocas  veces tiene un resultado positivo tal y como está establecida. Un niño vuelve a hacer los mismos contenidos, y por supuesto que mejora durante ese curso, pero el año siguiente vuelve a padecer la deficiencia que tenía anteriormente. Hace falta un apoyo especial que no tenemos.

«Se plantean leyes sin conocer lo que el colegio necesita».

¿Qué se debe hacer?

Ante la disyuntiva, prefiero evaluar año a año. Es en primero de primaria cuando los maestros podemos detectar los fallos en las bases de lectoescritura y cálculo. Un niño con una mala base la arrastra para todo su bagaje académico. De hecho, en Alemania existe la opción de entrar un año mas tarde en el colegio  y reforzar estas bases. Es mejor tomar esta decisión en Educación Infantil, cuando está empezando a asentar su aprendizaje. Para mí es un retraso volver a los ciclos.

En el proyecto de la LOMCE se planteaban las reválidas, una nada más terminar primaria. Hay muchos críticos que opinan que es perjudicial para el desarrollo de ciertas habilidades. ¿Qué opina usted?

Soy contraria a las revalidas. Esta reválida pregunta una parte de lo que el niño sabe. Un alumno que es bueno en Artística o en Educación Física no va a poder demostrarlo. Igual que un niño que destaque en la expresión escrita u oral tampoco va a poder demostrarlo. En consecuencia, una reválida puede ser útil para valorar al centro de manera interna y ayudar a mejorar, pero no para evaluar a los alumnos.

Para la profesora Echevarría, las familias deben inculcar a su hijos que una nota no es el principio ni el fin. «Aprender es un proceso», afirma. Foto: cortesía elpais.es

Asignaturas suspensas

Otra de las reformas a implantar proponía que para conseguir la titulación ESO se exigía obtener una media de  cinco sobre diez, incluyendo hasta dos asignaturas suspendidas, y aprobar la prueba final común a todos los alumnos. ¿Le parece justo?

No me parece justo para nada. Si un niño termina con dos asignaturas suspensas puede tener el certificado de haber cursado la secundaria, pero a la hora de acceder a un grado superior o un puesto de trabajo debería estar por delante quien tiene todo aprobado, sin cerrarle el camino al que ha suspendido las dos asignaturas.

Al acabar tercero de la ESO, los alumnos deben decidir  el camino a seguir: si Formación Profesional o Bachillerato. ¿Se puede elegir ese futuro con catorce años?

Depende: hay niños que en cuarto de Primaria ya lo tienen muy claro. Vuelvo al caso de Alemania:  en cuarto de de Primaria ya  escogen diferentes itinerarios: universidad,  FP superior, FP media, o, simplemente, si seguir estudiando para titular. La experiencia me dice que en cuarto de Primaria hay niños que ya no quieren seguir en la educación reglada y se pasan hasta cuarto de ESO perdiendo el tiempo y molestando.  No se  les está dando ninguna otra alternativa para aprovechar esos años. Deberían poder elegir otro itinerario, siempre facilitándoles la vuelta al bachiller, para que, en el momento que quieran, puedan volver a la universidad.  y lo tienen clarísimo, por lo menos dos por aula. Se niegan  porque les aburre: ellos quieren hacer mecánica, marquetería…actividades más manuales. Desde luego, lo que no está bien es lo que esta pasando con la secundaria, hay grupos de veinticuatro alumnos con siete u ocho repetidores obligados a estar ahí.

«Una reválida puede ser útil para valorar al centro de manera

interna y ayudar a mejorar, pero no para evaluar a los alumnos».

Se prevé que los alumnos de FP básica puedan obtener el título de ESO si el equipo docente considera que han alcanzado los objetivos y adquirido las competencias correspondientes. Ello sin tener que realizar la evaluación final para conseguir el título. ¿Es algo justo para el resto de alumnos que han seguido la trayectoria reglada de estudios?

-No. Es una manera de facilitar una titulación sin haber demostrado tener los conocimientos necesarios. Si el nivel que se supone que hay en PAI es más suave que una secundaria, algo habrá que hacer para ver si tienen unos conocimientos base de esta.

-Una propuesta del Gobierno para que el alumnado no abandone el sistema educativo consiste en que los que repitan primero de Bachillerato podrán cursar el segundo año solo con las asignaturas suspensas, y añadir alguna materia del segundo curso. Es decir, implantar un modelo universitario en el que puedes elegir en qué asignaturas matricularte. ¿Es una victoria ante el abandono escolar o una forma de atrasarlo?

Me parece una buena solución. No todas las situaciones familiares son iguales para dedicarse en totalidad a los estudios. Puede haber personas que con diecisiete años tengan la necesidad de estar trabajando, pero querer seguir los estudios, por lo que va a necesitar tres años para sacarse los mismos estudios que se ha sacado otro en dos. No le van a bajar el nivel, le van a dar más años.  Que se lo faciliten pero que  demuestre que tiene el mismo nivel.

También está debatiéndose si entregar el titulo de Bachillerato con una asignatura pendiente. ¿Cree que estos alumnos están preparados para enfrentarse a un grado universitario o una formación profesional?

Me surgen dudas, yo no lo veo. Tienes que aprobar el plan de estudios de la titulación al completo, otra cosa es que te puedan dar la opción de cambiar alguna asignatura que quede pendiente.

«A la hora de acceder a un grado superior o un puesto de

trabajo debería estar por delante quien tiene todo aprobado».

Igualdad y tolerancia

¿Es necesario introducir una asignatura para todos los alumnos velando por la igualdad, tolerancia y diversidad?

Sí, y  es necesario trabajarlo de manera transversal en todas las áreas, especialmente con el ejemplo del equipo docente, de las monitoras del comedor, etc. Hay que hacer conscientes a los niños de que, cuando están leyendo, existe un subtexto, una  interpretación, segundos sentidos.  Hay que trabajar con ellos  continuamente, pero incluir una asignatura como tal no, eso se convertiría en memorizar unos conceptos, un examen, hacer un trabajo y olvidarse.

¿Cuán importante es la formación continua del profesorado?

Muy importante, el problema está en cómo se orienta. Cada seis años, los profesores  deben realizar cien horas de formación para hacer un sexenio, que consiste en una bonificación.  Hay maestros que van sumando sus horas haciendo los cursos que les interesan para completar su formación, sin valorar si esa formación es la que necesitan para poner en práctica en el aula. Por otro lado, persiste un exceso de carga docente. A un maestro le queda muy poco tiempo para reflexionar sobre su práctica diaria y mejorar. Debería invertirse más aquello que más necesitan, teniendo en cuenta su horario lectivo.  También, incluir más profesorado para tener más tiempo para reflexionar y para formarnos.

 ¿Qué cambios haría en el marco de la educación actual?

En primer lugar, las notas. Trabajar con las familias el hecho de que en Primaria un nota no es el principio ni el fin. Aprender es un proceso y tienen que inculcar a sus hijos en que lo importante no es sacar un nueve, sino lo que has aprendido y lo que te falta por aprender. También dejar a un lado la memorización y enseñarles a pensar, a razonar, a investigar, a moverse en el mundo. Ello no se está trabajando en las aulas porque no tenemos formación para llevarlo a cabo. No lo reflexionamos porque no tenemos tiempo, y, a veces, por comodidad.

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