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Alejandro Cortés, el nómada del siglo XXI

Fotograma de la película Refugios, de Alejandro Cortés

Tras haber vivido, recorrido y estudiado en Sudamérica, el cineasta aragonés ha vuelto a su tierra, donde presentó su opera prima Refugios en la clausura del Festival de Cine de Zaragoza. Dice el ideario popular que la primera película de un director habla mucho de su personalidad. Esta obra es sin duda el reflejo de alguien que ha dejado su corazón entre Argentina y España, de un joven que con 26 años cruzó el charco para convertirse en realizador del séptimo arte y que seis años después ve como su nombre encabeza los títulos de crédito de un largometraje.

Una película reclama nuestra atención durante unas horas, pero el proceso de creación es tan largo y tedioso que cuando sus creadores la visualizan en la gran pantalla, ese tiempo se les queda muy corto. Refugios vio la luz por primera vez en el All lights India International Film Festival en Kochi, dentro de la categoría de mejor dirección novel, sin embargo la aventura de este film se remonta varios años atrás.

Alejandro Cortés hizo las maletas en dirección a Buenos Aires tras acabar sus estudios de Publicidad en la Universidad San Jorge. Mochila y pasaporte para conocer Argentina, un país del que le habían hablado maravillas sus profesores en Zaragoza. “En Buenos Aires me di cuenta que era una ciudad que podía tener más obras de teatro que Madrid y Barcelona juntas, que era un lugar donde se podía hacer cine de autor o escribir literatura. Además hay muchas políticas que favorecen la creación de miradas alternativas.”

De pequeño Alejandro mataba los ratos libres en el instituto haciendo dibujos en las esquinas de los libros para animarlas después. Ese niño inquieto al que le apasionaba la historia necesitaba conocer más gente con sus mismas inquietudes y Sudamérica fue el escenario perfecto. “Cuando estudiaba en Argentina, formamos colectivos de alumnos de hasta 10 países distintos y podíamos hacer cosas increíbles. Hicimos rodajes en 24 horas en streaming, que retrataban las miradas ocultas sobre las ciudades sudamericanas y que se emitían simultáneamente en varias capitales del continente”.

Con estas nuevas experiencias surgió el colectivo Pantalla Rota, un grupo de artistas de Argentina, Brasil, Venezuela, Colombia, Puerto Rico, Italia y España, que se juntaron para dar rienda suelta a la creación. Esa fue la primera pieza del puzzle que comenzó Refugios. “Ha sido una época dura e intensa porque una película cuesta mucho dinero y necesitábamos un gran apoyo y amigos. Hasta 270 personas han colaborado en más de una docena de países”. Un proyecto enorme, en el que el cineasta aragonés se ha lanzado de lleno a la piscina, porque acumula los roles de guionista, director y productor. Es una multitarea que según explica, es casi imprescindible para la primera producción de un largometraje.

https://www.youtube.com/watch?v=YvEXHhgmkEY

Refugios narra la historia de una relación tóxica y enferma, de dependencia y exilio entre dos hermanos, y un amigo de toda la vida. Pero Alejandro Cortés la ha dotado de su personalidad, combinando dos realidades, la urbana y la rural, que conoce muy bien después de haberse criado en Farasdués, un pequeño municipio de Zaragoza y de haber vivido en grandes ciudades como Buenos Aires o Barcelona.

La película se ha rodado en España y Argentina, en una coproducción donde se han visto implicadas personas de todo el mundo. “Desde Aragón ha sido increíble la implicación en el proyecto a nivel personal, tanto de los actores como el equipo técnico. Eso me permitió ir con mucha fuerza a la parte Argentina, que estaba más reforzada en la parte de producción porque hay más apoyo”.

Entre el reparto destacan actrices aragonesas como Salomé Jiménez, que tiene la experiencia de haber trabajado con Michael Haneke, uno de los directores de referencia del propio realizador. Así como Raúl Sanz o Nacho Rubio, que acaba de participar en Bendita Calamidad.

Ahora llega la parte más difícil de la producción para Alejandro: la fase de distribución. “No hay que luchar contra las grandes producciones americanas, hay que convivir con ellas. Los directores tenemos que dar el do de pecho para que los espectadores pidan más cine pequeño y cercano a las personas. Para eso tenemos que aprovechar las grietas del cine mainstream”. El objetivo es intentar que la película llegue al mayor número posible de salas en las principales capitales españolas.

Y mientras tanto, Alejandro Cortés continuará con su vida de nómada. Mientras distribuye Refugios, está desarrollando el guion de su próxima película Mirada de Vidrio y elabora la serie Encarnaciones. Ahora, deberá escoger un lugar donde plantar su campamento, pero de momento el realizador solo puede asegurar que será en algún sitio entre España, Italia y Bélgica.

 

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cvillar

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