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Consejos para sobrevivir en televisión: Lenguaje y actitud

Además de las palabras existen otros muchos elementos que juegan un papel decisivo en televisión. Uno de los más importantes es la imagen, que completa el significado de las palabras. La imagen es la encargada de transmitir sensaciones a los televidentes, por ello en televisión se cuida al máximo la apariencia de los objetos y personas que aparecen en pantalla. Nada se deja al azar, todo está milimétricamente cuidado para que el espectador reciba el mensaje deseado. A continuación ahondaremos en algunos de los elementos más significativos de la imagen en televisión entre los que destacan el vestuario, la actitud, el maquillaje o la iluminación. Para analizarlos tomaremos como referencia los libros de estilo de Canal Sur y RTVE y nos centraremos en la figura de los periodistas, tanto en los presentadores que trabajan en un estudio cerrado como en los reporteros que desempeñan su labor en exteriores. Aunque estos dos libros de estilo pertenezcan a unas emisoras concretas, las normas y consejos que en ellos se exponen se pueden extrapolar a todas las cadenas de ámbito nacional.

El vestuario

El libro de estilo de Canal Sur dice que tanto para los directos como para las apariciones en vídeo, el vestuario debe ser siempre correcto y moderado, de modo que no distraiga la atención del espectador, por lo que quedan descartadas prendas vanguardistas, vestidos demasiado provocativos o prendas mal abotonadas. Sin embargo, cabe destacar que las normas de etiqueta se han relajado en los últimos años, de modo que en la televisión actual es normal encontrarse constantemente con una apariencia más informal en los presentadores si la comparamos con las tendencias de los últimos treinta años. Pese a ello, siguen existiendo unas directrices obligatorias para todos los profesionales del medio.

Por un lado, los hombres deberán aparecer con chaqueta y corbata, algo que puede resultar monótono pero que asegura siempre la adecuación del presentador. Las mujeres sin embargo tienen una mayor variedad de opciones a la hora de elegir su vestuario, siempre y cuando se cumplan las normas de corrección estipuladas, por lo que pueden elegir numerosas combinaciones de blusas, camisetas, pantalones etc. Pese a esta aparente libertad de elección existen una serie de situaciones especiales en las que el periodista deberá predeterminar su vestuario por motivos de seguridad o protocolo. Estas situaciones incluyen la utilización de cascos en una zona en obras o el uso de batas en quirófanos y laboratorios. Por ello, podemos decir que adecuarse al ambiente en el que se está trabajando es correcto pero dejarse absorber por él es inadmisible ya que, por ejemplo, que un periodista presentase un reportaje en una playa con un bañador como única prenda resultaría algo extraño; en definitiva, los profesionales han de encontrar un punto intermedio entre la corrección y la innovación.

Otro de los elementos importantes es el cuidado de la higiene y el aspecto personal, que incluye la elección de peinado, que no debe ser chocante a los ojos de la audiencia, así como una especial atención al vello facial ya que, en televisión, un peinado descuidado o una barba de tres días pueden producir una sensación de dejadez en el profesional y un efecto de rechazo en el espectador.

Pese a que las extravagancias no están permitidas, sí conviene que el periodista se desmarque de los demás mediante la adopción de un rasgo característico. Cada profesional debe fomentar sus propias características y su capacidad comunicativa, es decir, su sello personal. Los citados rasgos pueden ser psicológicos o pueden estar incluidos en el vestuario. No obstante, el buen profesional debe tener claro que lo importante no es él sino la información que está transmitiendo a su público. Debe mostrar una imagen cálida y cercana para lograr captar la atención de las personas el mayor tiempo posible. Por ello, debe evitar implicarse en exceso de la información, intentando ser siempre un simple mediador. Debe evitar posicionarse de un lado u otro, lo que incluye la no utilización de elementos como chapas o logotipos que puedan identificarlo con algún partido político o ideología.

Además de todas estas restricciones, el periodista debe tener en cuenta una serie de factores técnicos que excluyen el uso de determinadas prendas o tonalidades que pueden llegar a dificultar la labor de aquellos que se sitúan detrás de las cámaras. Entre estas indicaciones destacan recomendaciones como no usar blusas o camisas blancas, ya que no dan detalle y producen problemas de saturación e iluminación de la imagen. Se desaconseja el uso de los colores claros porque dan la sensación de un aumento de talla.

Tampoco son aconsejables las telas brillantes o el uso de pulseras y pendientes ya que reflejan el color, producen brillos que distraen la atención del espectador y causan ruidos que quedan registrados en el micrófono. Otro de los problemas más habituales en televisión viene dado por el uso de telas con rayas finas o a cuadros, ya que este tipo de dibujos dan lugar a un extraño efecto óptico que tiene como resultado una imagen distorsionada. En lo referente al vestuario femenino destaca una norma por encima de todas: no usar vestidos con escotes muy pronunciados debido a que los planos cortos que se realizan durante un programa o un informativo producen una sensación de desnudez a los ojos del televidente.

La actitud del periodista

La corrección en el modo de vestir debe ir acompañada por una actitud rigurosa. El periodista debe tener en cuenta una serie de factores elementales a la hora de  realizar su trabajo. Una de las claves más importantes es que siempre debe mirar a cámara, ya que ésta simboliza los ojos del espectador, de no ser así, el espectador distraería su atención del contenido. Otra de las claves radica en la importancia de llevar bien colocado el micrófono, ya sea de mano o de corbata. Para asegurarnos que el sonido de nuestra voz llega de forma correcta al espectador debemos cerciorarnos de que nuestro micrófono se encuentre en posición vertical, apoyado ligeramente sobre el esternón de la mano que lo sujeta, sin que oculte el rostro del informador.

Tanto en las apariciones en vídeo o en directo, el periodista  tiene la misión de atraer la atención del espectador, por lo que deberá tener un aspecto agradable y seguro así como una presencia discreta y un discurso claro. Precisamente es esta última característica, la claridad, uno de los puntos más importantes dentro de este apartado. Como dice el libro de estilo de Canal Sur, el periodista que hace una conexión en directo tiene que responder a las preguntas que se le formulen con brevedad y sin circunloquios. En su discurso debe tratar de responder a las preguntas que se haría cualquiera en su situación, entre las que se incluyen las seis w básicas del periodismo (qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué).

En el caso de que la conexión en directo incluya la posibilidad de transmitir imágenes, que es lo más habitual en televisión, se responderán tan sólo a los interrogantes que no resuelva ya de por sí la propia imagen para evitar la redundancia de contenido. Otro de los aspectos destacables es que la improvisación no tiene cabida como elemento de trabajo; el periodista debe centrar su atención en usar un lenguaje sencillo en cuento a vocabulario y sintaxis por lo que se aconseja que los periodistas lleven escrito en un papel los puntos más importantes de la información que van a transmitir.

En resumen…

Lenguaje y estilo en televisión

Y la próxima semana más consejos: maquillaje e iluminación en televisión

Informa: Eduardo Acín, Sergio Lacasa, Jorge Lisbona y Raúl Sierra

Universidad San Jorge