María Madrid, voluntaria: «Irte dos semanas de voluntariado no sirve de nada»

María Madrid es una voluntaria española que estuvo cuatro meses en Molo, una pequeña aldea de Kenia, y ello marcó un antes y un después en su visión sobre la ayuda humanitaria. “Fueron meses muy duros”, afirma. “Las estancias de dos semanas no cambian ni ayudan nada, ni a los locales ni a uno mismo. Es una ayuda puramente superficial”, explica la voluntaria.  Chazon África es un proyecto local en rehabilitación que, a pesar de tener una serie de particularidades como organización, supera sus objetivos cada año y lucha por ser mejor. He aquí las razones por las que una verdadera involucración con los nativos comienza a partir del primer mes.

Chazon África es un proyecto local en Kenia centrado en un colegio y una casa de acogida para los niños de Molo. Funciona legalmente como cualquier otro centro educativo del país. Sus directores, Lucy y Samuel lo crearon desde la nada y contaban con poco más de 20 niños. El umbral de pobreza en este territorio, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística de Kenia (KNBS), es del 36,1%. Este matrimonio vendió todos sus negocios para atender las necesidades de niños y huérfanos de la localidad.

La cooperación externa les llegó a Lucy y a Samuel en 2011 cuando un grupo de españoles fue de turismo a Molo y se ofreció a colaborar con el proyecto. Nunca se habían planteado la necesidad de mano de obra voluntaria, pero se dieron cuenta de que, sin ella, no podrían prosperar. Ahora, Chazon es el colegio más importante de Molo y donde se escolariza a casi 500 niños escolarizados y se acoge a 25 huérfanos.

El proyecto cuenta en Madrid con una asociación de cinco voluntarios que coopera con ellos y organiza todo tipo de acciones sociales para hacer que el proyecto sea autosostenible. Una de las más recurrentes es el voluntariado. Uno de los integrantes, Ricardo Montoya, comenta que funcionan según las decisiones que toman Lucy y Samuel, los directores. Su objetivo: que Chazon se convierta en un proyecto autosostenible local , llevado únicamente por gente local y que no dependa de ayuda económica externa. «Lo que se potencia es la autosuficiencia del proyecto, no se imponen métodos ni soluciones, solo cooperamos según las directrices de los trabajadores, todos ellos locales», explica Ricardo Montoya.

Al proyecto de Chazon van y vuelven voluntarios europeos constantemente, algunos colaboran y luego se van sin implicarse más allá de la estancia. María Madrid fue testigo del funcionamiento de Chazon durante cuatro meses, y cuenta que, al permanecer durante más tiempo, su experiencia es muy distinta a la de quienes van solo por dos semanas a la aldea africana.

“Me llegaron a echar de esa ONG”, afirma la voluntaria. Su estancia de cuatro meses le permitió ver que las cosas no funcionaban como el resto pensaba, descubrió ciertas prácticas que no toleraba. “A partir del primer mes, empiezas a ver los trapicheos que hay. A cada voluntario le decían una cosa”, dice María Madrid.

“Hasta que no llega una persona que se queda cuatro meses y que, inevitablemente, era testigo de cómo funcionaban las cosas, no había nadie que les controlara. En cambio, si vas dos semanas te lo crees”

LA "WISHLIST"

Lucy, la directora, elabora cada año una «lista de deseos» para el proyecto. En ella se incluyen todas las necesidades más urgentes para los niños. Nada más llegar, Lucy les muestra a los voluntarios la lista para que decidan en qué les gustaría colaborar.

En los últimos cinco años, gracias a las aportaciones, se ha completado el pago de un autobús escolar, se ha invertido en la granja del orfanato y en la construcción de un nuevo edificio para los niños, según sostiene el coordinador Ricardo Montoya.

Otro de los deseos al que se destinaba el dinero de los voluntarios era que los niños comieran pollo un día por semana. Sin embargo, Madrid se dio cuenta de que los martes, el día establecido para comer pollo, seguían comiendo arroz. “Ahí me di cuenta de que los niños no comían pollo los martes”, afirma Madrid. Y añade: “Hasta que no llega una persona que se queda cuatro meses y que, inevitablemente, era testigo de cómo funcionaban las cosas, no había nadie que los controlara y les dijera: ‘esto no se está haciendo’. En cambio, si vas dos semanas te lo crees”.

Desde la organización, son conscientes de las quejas que han tenido algunos grupos de voluntarios. Ricardo Montoya insiste en que Chazon África tiene una serie de particularidades como organización: «No funciona como cualquier ONG, es un proyecto local«, asegura el coordinador. 

«En 2017 hubo una serie de problemas con algunos voluntarios. A partir de entonces, consideramos que debíamos tomarnos más en serio nuestro papel a la hora de organizar el voluntariado», comenta Ricardo Montoya. «Ahora, reconozco que es una tarea complicada. Sinceramente, puede que lo que haya es un problema de fondo respecto a la idea de voluntariado y su posible integración en el proyecto», asegura. Teniendo en cuenta todo ello, la organización comenzó a establecer requisitos para participar y aumentar la formación. 

UN DOLAR ANDANTE

«Dólar andante» es la expresión que utilizaron algunos de los voluntarios al regresar de Chazon con la impresión de no ser eficientes con su ayuda. María Madrid asegura haber coincidido con el resto de voluntarios en cuanto a esta sensación. Según explica, se refiere al hecho de sentirse observados por la comunidad keniata y, además, de ser percibidos como «gente blanca con dinero». A pesar de haber vivido una experiencia muy plena y de haber disfrutado la felicidad de los niños, no sintieron que su aportación fuera real. “Utilizaban a los voluntarios como un recurso económico. La ayuda real era, en realidad, económica», cuenta María Madrid. Ricardo Montoya confirma que es algo que estuvo en boca de todo el mundo y que no sabría cómo calificarlo.

El cartel de entrada del colegio y orfanato Chazon África. Fuente: Irene Mazana

“Lo veo como una visión extremadamente radical y simple pensar que tu participación sirve porque se necesita tu dinero”, asegura Montoya. “Es una realidad que no se puede negar, se necesita ese dinero de los voluntarios y yendo ahí estas asumiendo que quieres colaborar económicamente, pero también tienes la posibilidad de conocer el proyecto desde dentro y de juzgarlo por uno mismo”.

«Ahí es donde está la verdadera ayuda, es una cuestión de actitud y de continuar pensando en el proyecto desde tu casa”

Ricardo Montoya empezó como coordinador en 2017 con la expectativa de mejorar su funcionamiento, ya que había muchos problemas y aspectos que mejorar. «Los participantes, por lo general, no tenían ningún tipo de experiencia. Esto hacía que las ayudas en el colegio no fueran reales y que no hubiera por su parte ningún tipo de involucración posterior», sostiene el integrante.

“Se le da mucha libertad a los voluntarios para que decidan hasta qué punto se quieren involucrar. Si quieren ir dos semanas, pagar e irse olvidando el proyecto, está claro que su intención es aportar económicamente. En cambio, involucrarse asumiendo con humildad todo lo que toque hacer, es primordial para que el proceso sea eficiente», esta es la clave para ser útil según Montoya. «Ahí es donde está la verdadera ayuda, es una cuestión de actitud y de continuar pensando en el proyecto desde tu casa”, asegura el coordinador.

«En general, no se está siendo eficiente. La organización no esté preparada porque no requiere la cantidad de voluntarios que asume”

 

UN PROYECTO EN REHABILITACIÓN

Su punto de vista coincide con el de María. Una estancia de dos semanas no es eficiente, y menos aún si nunca han estado en países de África subsahariana. Ricardo Montoya encuentra muy complicado encontrar una función para esas personas. Sin embargo, son conscientes de que sufren problemas y no están trabajando como deberían. “En general, no se está siendo eficiente. La organización no esté preparada porque no requiere la cantidad de voluntarios que asume”, confiesa Montoya.

“Queremos que el voluntariado siga siendo una herramienta más para Chazon, que aporte ideas, gente fresca, con ilusión… Que suponga una conexión de sociedades, del pueblo de Kenia con España»

El coordinador del proyecto insiste en que la solución está en las estancias de periodos largos y en la formación previa de los voluntarios. A partir de ahora, Chazon obliga a rellenar formularios y a pasar una fase de selección a través de preguntas que les hagan reflexionar. De esta forma, podrán esforzarse en pensar cuál va a ser su verdadera labor, más allá de viajar y pasar unos días con los niños. “Desde este año ya estamos pidiendo los CV y valoramos que las personas hayan tenido contacto con otras formas de ayuda humanitaria o de cooperación. A ver qué tal el verano que viene”, confiesa Montoya. También añade la posibilidad de hacer el voluntariado desde España sin necesidad de ir presencialmente a Kenia. Chazon necesita asimismo asesoría legal, económica, organización de eventos, embajadores para la difusión del proyecto, recaudación de fondos… Son algunos ejemplos de ayudas que tienen una verdadera repercusión efectiva.

Chazon África es el caso de un proyecto en rehabilitación. La organización, en palabras de su corresponsal español, asume que ha cometido errores y está poco a poco dando con la solución. Las malas experiencias que vivió María Madrid también le sirvieron para adentrarla en el mundo de la cooperación. Mientras tanto, Ricardo Montoya seguirá trabajando en perfilar la eficiencia de los programas. Eso sí, respetando siempre las decisiones de los directores Lucy y Samuel, así como de los locales, «que son los que llevan el proyecto diariamente y saben cuáles son las necesidades reales», menciona Montoya.

“Queremos que el voluntariado siga siendo una herramienta más para Chazon, que aporte ideas, gente fresca, con ilusión… Que suponga una conexión de sociedades, del pueblo de Kenia con España. Que la gente, a partir de ahí, logre tener una actitud más solidaria, responsable con sus acciones y crítica con las políticas”, sostiene Ricardo Montoya. Y añade: “Al fin y al cabo, que esta sociedad sea un poquito mejor, justa, igualitaria y digna para todas las personas”.