Por Beatriz Gandoua Morales y Montserrat Campos Ortiz
La integración de las nuevas tecnologías en la educación española ha mostrado avances recientes. Según el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en 2024, el 92,3% de los centros públicos de Educación Secundaria y Formación Profesional cuentan con equipos de robótica, y el 55,7% dispone de impresoras 3D. Además, el Instituto Nacional de Estadística (INE) reporta que, en 2024, el 95,8% de la población de 16 a 74 años utilizó Internet en los últimos tres meses, un incremento respecto al 95,4% registrado en 2023.
Sin embargo, un estudio de Statista indica que España se sitúa por debajo del promedio europeo en cuanto al acceso de los alumnos a un ordenador para tareas escolares, con un 56,7%. Estos datos reflejan tanto los progresos como las dificultades en la digitalización del sistema educativo español.
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Uso de nuevas tecnologías en menores de edad (10-15 años) desde 2006. Fuente: INE
Historia del CEIP Ramiro Solans
En la ciudad de Zaragoza, el CEIP Ramiro Solans, ubicado en el barrio Oliver, se consolida como un ejemplo de innovación educativa y transformación social. Rosa Llorente García, directora del centro y licenciada en Magisterio y Pedagogía, junto al equipo directivo, han logrado revertir una situación de ghetto escolar para convertirse en un referente de éxito académico y buena convivencia. Este cambio radical ha sido posible gracias a la inserción de nuevas tecnologías y métodos de estudio inspirados en el modelo finlandés.
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CEIP Ramiro Solans, ubicado en el barrio Oliver en Zaragoza. Fuente: Educalista
Hace veinte años, el CEIP Ramiro Solans enfrentaba desafíos como, por ejemplo, altos índices de fracaso escolar, problemas de convivencia y una imagen pública deteriorada. Hoy, la situación es completamente diferente. La clave radica en un enfoque audaz que combina la ética del cuidado, la educación emocional y, sobre todo, la integración de tecnologías avanzadas. Inspirada por la cultura de bienestar estudiantil y los equipos de innovación de Finlandia, Llorente ha implementado cambios que han revolucionado la experiencia educativa en el colegio.
Uno de los primeros cambios fue la creación de equipos de ayuda al profesor, que participan en la planificación, evaluación y programación del aula. Estos equipos asignan tareas a los estudiantes para fomentar su comprensión del proceso educativo, aumentando su responsabilidad y compromiso. Esto ha llevado a un índice de éxito educativo entre el 80% y el 85%, muy por encima del anterior 95% de fracaso escolar.
Otro de los cambios que hicieron esta transformación posible fue la adopción de una cultura evaluativa finlandesa. Desde la implementación de formularios de evaluación que involucran a estudiantes y familias, el colegio ha enriquecido su perspectiva y ha facilitado la identificación de áreas de mejora. Esta práctica ha generado altos niveles de satisfacción entre los estudiantes, quienes valoran el aprendizaje a través de la diversión, la cooperación y la equidad.
Por otro lado, el cambio que más ha ayudado a este proceso es la inserción de nuevas tecnologías, como la robótica y el uso de dispositivos personales en el aula. Ha desempeñado un papel crucial en la mejora del aprendizaje en el CEIP Ramiro Solans. Los alumnos, al interactuar con estas herramientas avanzadas desarrollan habilidades de resolución de problemas, pensamiento crítico y colaboración. Según Llorente, el uso de tecnologías como tablets y robots educativos ha aumentado el interés de los estudiantes en diversas asignaturas, al hacer que el aprendizaje sea más interactivo y atractivo.
Impacto de las nuevas tecnologías
Uno de los elementos distintivos de la educación en el CEIP Ramiro Solans ha sido su capacidad para adaptar métodos innovadores en el aula. Ángel Martínez León, jefe de estudios de educación infantil y primaria en el colegio Cristo Rey de Zaragoza, experto de dirección de centros educativos por la Universidad Complutense de Madrid y docente en la Universidad San Jorge, aporta una perspectiva experta sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la educación. Con una sólida trayectoria en dirección de centros educativos y especializado en comunicación y educación en red, Martínez León resalta un punto crucial, la fascinación por la tecnología a menudo eclipsa su verdadero potencial pedagógico.
Martínez León señala que, en muchos casos, se ha introducido tecnología en las aulas sin un cambio metodológico real. «Sustituir un mapa físico por Google Maps proyectado no cambia la dinámica del aula si no se utiliza para explorar nuevas formas de aprendizaje», explica. Esto refleja un reto recurrente, la inversión en dispositivos, como ordenadores, ha superado la planificación sobre cómo estos recursos pueden transformar la enseñanza: «El énfasis ha estado más en la disponibilidad de tecnología que en el desarrollo de estrategias pedagógicas que maximicen su uso».
Los beneficios de las nuevas tecnologías en la educación. Fuente: Fundación Aquae
Impacto en alumnos/as con necesidades especiales
Martínez León destaca cómo la tecnología ha sido una herramienta clave para los estudiantes con necesidades educativas especiales. «El diseño universal del aprendizaje promueve múltiples vías para acceder a la información y expresar el aprendizaje, y las nuevas tecnologías facilitan esto enormemente», explica. Ejemplos como paneles de comunicación personalizados para niños con autismo, hacen que ahora puedan llevarlos en sus dispositivos móviles, mejorando significativamente su capacidad de interactuar con el entorno.
El impacto de la tecnología se ve también en casos individuales, como el de un estudiante que, a pesar de su dificultad para comunicarse, pudo expresarse a través de un podcast, un medio que Martínez León utiliza para facilitar la participación y expresión de ideas en sus clases: «La tecnología ha permitido que estudiantes que antes eran reservados compartan sus pensamientos de formas nuevas y efectivas».
Impacto en padres y madres
A pesar de que las nuevas tecnologías se van implantando poco a poco en las aulas, las asociaciones de madres y padres han formado una opinión sobre ello. Nieves Burón, secretaria técnica de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Aragón (FAPAR), admite que hay un debate creciente en torno al uso de las tecnologías en las aulas. “Por un lado, se reconocen múltiples beneficios, como el acceso rápido a la información o la personalización del aprendizaje, pero por otro, el mal uso y la dependencia excesiva han generado preocupaciones”, cuenta Burón.
La Consejería de Educación tomó la medida de prohibir el uso de los teléfonos móviles en los centros, a no ser que fuese necesario. Esto se considera que existe la necesidad de cambio para que las tecnologías en las aulas sean herramientas y no sustitución. Burón añade que es preciso encontrar “un equilibrio entre el aprovechamiento de la tecnología y limitar su uso para evitar distracciones”.
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