En un mundo cada vez más digitalizado, la ciberseguridad y la protección de datos se han convertido en aspectos fundamentales para cualquier usuario de internet. Desde el robo de credenciales hasta las estafas en redes sociales, los riesgos están presentes en la vida cotidiana. Para entender mejor esta problemática y conocer las mejores prácticas de seguridad, este reportaje cuenta con dos expertos en la materia: Carlos Borau, ingeniero informático especializado en ciberseguridad, e Iván Calvo, técnico informático especializado en seguridad ofensiva.
Las estafas digitales más comunes y cómo identificarlas
El aumento de fraudes en internet ha puesto en alerta tanto a expertos como a usuarios. Carlos Borau destaca que las estafas digitales más habituales incluyen el phishing (correos fraudulentos), el smishing (mensajes de texto maliciosos) y el vishing (llamadas telefónicas engañosas), todos ellos diseñados para robar información personal. «Un correo con errores ortográficos, un enlace sospechoso o una solicitud urgente de credenciales son señales claras de que estamos ante un intento de fraude», advierte Borau.
En redes sociales, los engaños también están a la orden del día. Desde falsos sorteos hasta perfiles fraudulentos, los ciberdelincuentes utilizan diversas estrategias para captar víctimas. «Si una cuenta no verificada te pide información personal o dinero para recibir un premio, es una señal de alerta», señala el experto.
La ciberseguridad no solo es responsabilidad de las grandes empresas; cualquier usuario puede tomar medidas para reducir los riesgos. «Usar contraseñas seguras y únicas para cada cuenta, activar la autenticación en dos pasos y evitar redes WiFi públicas sin protección son pasos esenciales para una navegación segura», explica Borau.
Además, el uso de gestores de contraseñas facilita la administración de credenciales sin comprometer la seguridad. «Muchas personas aún guardan sus contraseñas en documentos de texto o las reutilizan en múltiples servicios, lo que las hace vulnerables ante cualquier filtración de datos», añade.
Cómo operan los hackers y qué podemos hacer para protegernos
Desde el lado ofensivo de la ciberseguridad, Iván Calvo explica que los hackers emplean múltiples métodos para obtener información personal. «El phishing sigue siendo el más eficaz, ya que los «hackers» han perfeccionado sus técnicas hasta el punto de hacer que los correos y sitios web fraudulentos parezcan completamente legítimos», detalla.
Sin embargo, no es el único riesgo. La ingeniería social juega un papel clave en los ataques, aprovechando la confianza y el descuido de los usuarios. «Publicar demasiada información en redes sociales puede ser peligroso. Los hackers pueden usar estos datos para responder preguntas de seguridad o manipular a una persona hasta que revele información sensible», advierte Calvo.
Los dispositivos móviles y las redes sociales son objetivos frecuentes de los ciberdelincuentes. «Muchas aplicaciones solicitan permisos excesivos que pueden comprometer la privacidad del usuario», afirma Calvo. Además, la falta de actualizaciones de software y la conexión a redes WiFi abiertas aumentan el riesgo de ataques.
En cuanto a redes sociales, el robo de cuentas mediante phishing y la exposición de información personal son las principales amenazas. «Es fundamental revisar la configuración de privacidad y ser cauteloso con los enlaces y mensajes sospechosos», recomienda el experto.
¿Es seguro almacenar datos en la nube?
El almacenamiento en la nube ofrece muchas ventajas, pero también plantea riesgos si no se toman las precauciones adecuadas. Borau subraya la importancia de elegir servicios confiables, usar contraseñas fuertes y cifrar archivos sensibles antes de subirlos. «Nunca debemos almacenar información extremadamente sensible en la nube, como datos bancarios o documentos de identidad», advierte.
Por otro lado, con el avance de la inteligencia artificial, los riesgos en ciberseguridad seguirán evolucionando. «Los fraudes serán más sofisticados, con ataques personalizados mediante deepfakes y mensajes automatizados diseñados para engañar incluso a los usuarios más precavidos», señala Borau. Frente a esto, la mejor defensa sigue siendo la educación digital y el uso de herramientas de detección actualizadas.
El sentido común, la mejor herramienta de seguridad
Si bien ninguna medida garantiza una protección del 100%, los expertos coinciden en que la combinación de buenas prácticas y herramientas de seguridad reduce significativamente el riesgo de ser víctima de ciberataques. «El sentido común es la mejor defensa: si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente sea una estafa», concluye Calvo.
En un entorno digital en constante cambio, la prevención y la educación en ciberseguridad son clave para proteger nuestros datos y nuestra privacidad. Adoptar hábitos seguros y mantenerse informado sobre las amenazas actuales es la mejor estrategia para navegar con confianza en internet.
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