Alumno de la Universidad San Jorge. Un emprendedor que estudia 4º del grado de Publicidad y Relaciones Públicas y aún así saca tiempo para trabajar. Carlos Santanatalia se dedica a organizar las bodas más originales y personalizas desde su empresa Wedding Paradise en Zaragoza. No os preocupéis por nada, es vuestro momento. Él y su equipo harán el trabajo por vosotros, porque en el día más especial de vuestras vidas tienes que estar feliz.
Alejandra Carrasco.- Cuéntanos, ¿cómo empezaste con Wedding Paradise? ¿Cómo se te ocurrió la idea de dedicarte a las bodas?
Carlos Santanatalia.- Todo empezó con la boda de mi hermana. Me tocó organizar las mesas, las invitaciones y todo lo demás. Encima me dejaron total libertad para hacer lo que quería, que siempre es más bonito. Además, conocí a un hombre allí que es de los mejores fotógrafos de bodas que hay ahora mismo en España. Y claro, me picó el gusanillo. Luego me presentó al hombre que se encargaba del vídeo, que era amigo suyo. Fueron los que mejor se lo pasaron. Y creo que fue ahí donde decidí que me gustaba el mundo de las bodas. Después de eso, una profesora de la universidad me propuso hacer el concurso de vivero de emprendedores y lo gané. Me dieron esta oficina y, más adelante, conocí a mi compañero, Jorge. Me enteré que era un productor audiovisual bastante bueno, hablé con él y decidimos comenzar a trabajar.
Lara Nuviala.- ¿Qué es lo que hacéis en Wedding Paradise?
C.S.- Nosotros hacemos todo lo que podemos. Los carteles, invitaciones, los sellos, las fotos y distintos vídeos. También nos encargamos de decorar el sitio, porque normalmente se ocupan los restaurantes y no se les da muy bien. Los novios muchas veces quieren hacer las cosas por sí mismos, porque realmente es su día y no quieren que nadie haga nada por ellos. Así que, nos encargamos de estar ahí para ayudarles y que disfruten de su boda. En nuestro trabajo buscamos el mundo publicitario de las bodas. Es decir, usamos la creatividad y la forma de vender, pero llevado al día especial de dos personas. Trabajar así, aunque sea sin cobrar, nos gusta. Nosotros hasta que cobramos la primera boda tuvimos que hacer cinco. Por tanto, confiar en el proyecto es lo más importante.
A.C.- En estos momentos, ¿trabajáis vosotros dos solos?
C.S.- No, está mi hermana también, que lleva las cuentas. Es la que menos trabajo tiene porque de momento no facturamos mucho. Y contamos con otra chica que nos contrató en su boda y ahora está con nosotros.
L.N.- ¿Cómo sería un día cualquiera en Wedding Paradise? ¿Qué hacéis cuando viene una pareja?
C.S.- Primero contactan a través de los medios por los que nos conocen. Por ejemplo, las redes sociales, que son muy importantes. Y luego ya quedamos con ellos dependiendo de dónde y cuándo podamos. A veces quedamos en la oficina, pero realmente lo mejor es ir a sus casas a conocer a las parejas. Y yo me llevo el ordenador con los trabajos que tengo, para mostrarles ejemplos, y todas mis ganas. Pero, sin duda, lo más importante es conocer bien a los novios, para que todo lo que organicemos en la boda sea perfecto y la ambientación sea acorde a ellos.
A.C.- En cuanto a los precios, ¿son fijos o los adecuáis a cada pareja?
C.S.- Nos adecuamos a la pareja y al trabajo. De un diseño de unas invitaciones cobramos lo que cuesta la imprenta, que son precios muy elevados, y les regalamos el diseño. Los precios de los vídeos dependen de la extensión. Puede ser desde 700€ hasta 1000, 2000 o incluso 3000. También dependen del número de operadores de cámara, del equipo, etc. Además, nosotros realizamos unos vídeos pre-boda y esos los regalamos también. Al final, el presupuesto suele ser entre 1000 euros y 2000.
L.N.- ¿Alguna vez os han pedido una idea muy fija que no se podía cambiar?
C.S.- Sí. Una vez grabamos una boda de un chico español con una chica de China. Era una boda civil y nos cambió todos los esquemas, porque no nos dijeron nada de cómo iba a ser. Entonces, nosotros grabamos la boda. Y cuando estaba editado el vídeo y les mandamos el resumen, nos dijeron que había que cambiarlo entero. Lo habíamos editado en tres días porque nos lo pidieron, cuando de normal se tarda mes y medio. Y por la cultura, no se podía ver al novio en ropa interior, ni risas, ni besos, ni amigos hablando, ni casi escucharse voz. Así que borramos el video y empezamos de cero. Estuvimos varias noches sin dormir editando de nuevo el vídeo. Al final salió como querían y, además, fue la primera boda en firme que hicimos. Toda esta historia nos hizo aprender a grabar una boda civil y estamos preparados para la próxima vez que nos toque.
A.C.- Para finalizar, cuéntanos alguna característica que os diferencia de la competencia. Algo que solo hagáis vosotros.
C.S.- En el mundo bodas es complicado. Lo que sí que hacemos que no hace mucha gente son las invitaciones y la boda personalizadas. Todo orientado a los novios. Nos ocupamos de hacer todo lo de pre y post boda con una temática y una linealidad específica de los novios. Además, nosotros no contratamos nada. Hacemos todo nosotros y si hay algo que no podemos, no lo hacemos. Es importante para nosotros tener el control, porque si algo sale mal nosotros somos los culpables. Y, por otro lado, si algo sale bien, digamos que somos los ganadores.
Informa: Alejandro Carrasco / Laura Nuviala
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