¿Has sido donante en una ONG o alguna vez te has preguntado cómo se controlan los gastos de las fundaciones? Pablo Villalva, coordinador de empleo y bolsa de vivienda en la Fundación Federico Ozanam explica en qué se basan esos sistemas de control cuyo objetivo es regular las actividades que practican las ONG.
¿Cómo se supervisa la labor de las ONG?
El control puede venir de varias partes. Principalmente, de los proveedores que son los que financian la fundación. En nuestro caso es por un lado, la Administración Pública como puede ser el Ayuntamiento de Zaragoza, el Gobierno de Aragón, el servicio público de empleo, el Gobierno de España y el fondo europeo y, por otro lado, instituciones privadas como es en nuestro caso la Caixa. Se crean unas estructuras para asegurar que los fondos vayan a donde tienen que ir.
¿Y qué tipo de estructuras son esas?
Principalmente auditorías, que se basan absolutamente en cuestiones documentales. Es decir, en nuestro caso, demuéstrame que el chaval está en garantía juvenil, que tiene este documento o que es mayor de edad.
Por lo tanto, ¿ese tipo de demostraciones se recogerían en esas auditorías?
Sí, se recogen las justificaciones de los proyectos. Todo lo que gastas lo tienes que justificar. Tiene que ser una justificación directa. Por ejemplo, si yo te contrato durante 10 horas para dar un taller en una actividad organizada por la ONG, hay que facturarlo: nómina, seguridad social, etc. Otro de los controles son firmas de personas a las que entrevistas: si viene tantas veces, firma tantas, una manera de controlar a quién se ayuda.
«Profesionalizar es la clave para tener una buena organización»
¿Crees que es un método eficiente?
Podría haber mejores. Respecto a las firmas, ¿quieres comprobar que he entrevistado a una persona? Pues pon en la tarjeta del paro un código de barras, y cada vez que venga se recogen los datos en tiempo real. Hay una burocracia descomunal. Por ejemplo, si realmente quieres saber si el dinero va donde tiene que ir, haz encuestas a los usuarios. No se cuenta con la opinión de las personas a las que ayudamos. Todo ese dinero que se gastan en papel, si lo dedicaran a hacer encuestas, aunque sean anónimas, se obtendrían respuestas más reales. Si ves que hay un descontento por parte de los usuarios, pues plantéatelo.
Pero, a estas alturas, si no se ha hecho ya… ¿será por algo?
Pues claro, hay muchísimos intereses creados. La «maquinaria» de la administración es muy compleja, es todo inercia. Tiene que pasar todo por un ciclo. Que si por el Fondo Europeo que a la vez por el Fondo del Consejo de Gobierno y, en medio de eso, hay intereses políticos.
Y por último…¿Cómo cree que se puede evitar la corrupción desde una ONG?
Lo primero, cumplir la legalidad. Crear un código ético que tiene que ir a misa, algo que tiene que ser cumplido por todas las personas que participen en las actividades de la fundación. Aquí no se puede contratar a familiares directos, por ejemplo, y eso es por cosas que han pasado ya. También estableciendo controles internos. Hay tres o cuatro controles anuales de las cuentas; es decir, hay que rendir cuentas de manera interna. Tener una buena organización, por ejemplo, profesionalizar, eso es clave. Muchas veces hay entidades que se les apodera la actividad y están basadas solo en el voluntarismo. Aunque me sorprende que existan fraudes salvo que hagas un “tinglao” con el objetivo de defraudar, porque es muy difícil. Somos muchos más fáciles de destapar que una empresa.