La historia se repite, y lo hace con los mismos actores. El título de la obra: ‘Operación Pilar Defensivo’. El prólogo: la muerte de Ahmed Jaabari, número dos de la rama armada de la organización palestina Hamás. El objetivo: acabar con las infraestructuras del grupo islamista Hamás y la Yihad Islámica. (Larazon.es, 14.11.2012)
Estas son las claves de la nueva ofensiva israelí sobre Gaza, iniciada el pasado 14 de noviembre de 2012 con la muerte selectiva del jefe de operaciones militares de Hamás, en represalia por el lanzamiento de cohetes sobre el territorio de Israel. (huffingtonpost.com, 20.11.2012) Durante los ocho días que duró el ataque, el Ejército israelí disparó alrededor de 1.500 misiles, que provocaron la muerte de 175 personas (dos terceras partes de ellas civiles) y daños materiales valorados en 232 millones de euros. Por su parte, los también 1.500 cohetes y proyectiles de mortero arrojados desde Gaza durante la operación causaron la muerte de cuatro civiles y dos militares israelís. (Lavozdigital.es, 28.11.2012).
“No puedes matar a israelís y andar como si nada”, declaraba el portavoz del Gobierno de Israel, Avi Pazner, a los pocos días de iniciarse la ofensiva, quien aseguró que no excluía “ninguna opción” a la hora de actuar para conseguir que los “enemigos de Israel” dejen a su pueblo “vivir en paz”. (Jewish News One, 16.11.2012). Entre sus alternativas estaba la movilización de 75 mil reservistas para una invasión terrestre, que finalmente no se materializó. Israel “tiene miedo [de llevar a cabo esta transgresión] porque el mundo y EEUU no le apoyan”, declaró el intendente de Escol, Jaime Adalin. [libertaddigital.com / esradio.fm, 17.11.2012)
Se trata de la segunda vez que el país hebreo aprovecha el vacío de poder de Estados Unidos, causado por el cambio de legislatura, para atacar los territorios palestinos. Lo hizo en el 2008 al bombardear más de cincuenta objetivos de Hamás situados en Gaza, como respuesta a los misiles previamente enviados por Palestina contra el sur de Israel. (ElMundo.es, 21.01.2009) La llamaron ‘Operación Plomo Fundido’, y fue bautizada por los medios de comunicación como ‘La masacre de Gaza’. La ofensiva se tradujo en tres semanas de ataques aéreos, una invasión terrestre, la muerte de alrededor de 1.400 palestinos (la mayor parte de ellos civiles y niños) y miles de heridos, así como la destrucción absoluta de las infraestructuras del territorio. (ABC, 14.11.2012)
Tras el inicio de los nuevos ataques, las reacciones de los principales organismos internacionales no se hicieron esperar. Por su parte, tanto la Unión Europea (UE) como la Organización de Naciones Unidas (ONU) mantuvieron una distancia prudencial con el conflicto, limitándose a llamar al diálogo y la búsqueda de soluciones pacíficas, postura ya adoptada en el 2008. Además, la UE defendió el “derecho [de Israel] de proteger a su población” de las “provocaciones irresponsables” protagonizadas por los territorios palestinos, algo que también había hecho cuatro años atrás. En un comunicado enviado a los pocos días de comenzar la ‘Operación Pilar Defensivo’, la representante de la Unión para asuntos exteriores y política de seguridad, Catherine Ashton, señaló que “los ataques con cohetes de Hamás y otras facciones de Gaza, que iniciaron esta crisis, son totalmente inaceptables para cualquier Gobierno y deben detenerse”. Aun así, instó a las autoridades israelís a “evitar una mayor escalada y más pérdidas de vidas”. (Eldiario.es, 16.11.2012)
El Cuarteto para Oriente Medio, involucrado en el proceso de paz del conflicto árabe-israelí, también justificó la operación sobre Gaza. Como declaró el enviado especial a Oriente Medio, Tony Blair, “hay un millón de personas que se ven obligadas a refugiarse cada noche [en Israel]. Cualquier Gobierno actuaría si su población estuviera sometida a esa presión”. Además, el representante puntualizó que, a pesar de las “presiones existentes sobre los líderes de Hamás”, éstos “debían encontrar otra forma de solucionar el conflicto”. (Gaza Live Blog, aljazeera.com, 15.11.2012). De las principales organizaciones supranacionales solo la Liga Árabe condenó de forma abierta y directa las acciones del estado israelí. (Emol.com, 17.11.2012) Este desequilibrio se debe al reducido número de actores que protagonizan la toma de decisiones en la comunidad internacional, situación que, en muchos casos, les lleva a ser juez y parte.
El principal ejemplo de esto es Estados Unidos, que se define como hegemonía mundial, miembro de la ONU y el Cuarteto para Oriente Medio, y gran aliado de Israel. Con este currículum y adelantándose al resto de potencias, EEUU ya justificó en el 2008 las actuaciones sobre Gaza llevadas a cabo durante la Operación Plomo Fundido. (eldiariomontantes.es, 28.12.2008). A pesar de esto, la relección del partido demócrata no convence al país hebreo. Tras el éxito de Obama como nuevo presidente, el partido gobernante israelí (derecha israelí) apuntó que “[Obama] no es bueno para Israel”. Su primer ministro, Benjamín Metanyahu, ya había revelado esta postura el día previo a las elecciones, cuando mostró abiertamente su apoyo al candidato republicano. Por su parte, en una entrevista para la CNN, Mitt Romney resaltó que las relaciones israelíes-estadounidenses son una “alianza basada no solo en intereses compartidos sino también en valores compartidos imperecederos” (Dragondigital.es, 28.11.2012)
A pesar del vacío existente en el Gobierno norteamericano, las discrepancias entre el ejecutivo de Obama y el israelí no se han hecho esperar. Durante una conferencia en Washington, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, condenó la extensión de las colonias israelíes, que “retrasan el proceso de paz”. Además, defendió que la creación de dos estados [israelí y palestino] podría concebirse como “un horizonte político” a la solución entre estos dos países. (nytimes.com, 30.11.2012). En la actualidad, la concesión a Palestina del estatuto de Estado Observador (lo que equivale al reconocimiento político del Estado palestino), tildada por el primer ministro israelí como un “ataque al sionismo” (generación.com, 2.12.12), y votada en contra por uno de los mediadores del conflicto [Estados Unidos], ha alejado todavía más a las dos partes. Aun así, el embajador palestino en España, Musa Amer Odeh, ve esta decisión como un paso adelante, puesto que “condena” a las dos partes a “entenderse”. (Conferencia en Universidad San Jorge, 26.11.2012)
En este conflicto todos los actores buscan su beneficio. Egipto, el segundo de los mediadores, apoya el fortalecimiento del movimiento islamista en Oriente Medio. Para intervenir, la ONU necesita luz verde del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cuyos miembros, entre los que se encuentra Estados Unidos y las principales potencias europeas, no están dispuestos a enemistarse con Israel. Mientras tanto, el resto de organismos supranacionales comparten sus plantillas, y los países no pueden hacer nada a título personal. Acontecimientos como la inclusión de Palestina como Estado observador o la condena de actos israelís por el Gobierno estadounidense rompen una lanza a favor del diálogo y la búsqueda de una solución. Aun así, son demasiadas las demandas de los implicados (que van más allá de Palestina e Israel) y muy pocos los puntos en los que se está dispuesto a ceder.
Informa: Grupo Alba Escobar. Relaciones Internacionales (2012)
Imagen: http://mapas.owje.com
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