Fue hace pocos días cuando la reconocida empresa de servicio multimedia se puso en marcha para eliminar todas las versiones premium de su aplicación que fueron instaladas de manera ilícita. Estos famosos archivos APK llevan meses navegando a sus anchas por Internet, con miles y miles de descargas. Siendo esto una amenaza hacia la economía de las empresas, una de ellas Spotify, se ha decidido dar un golpe sobre la mesa y combatir la piratería.
Los cierto es que se ha normalizado este tipo de acciones entre los usuarios. Como ya informó la plataforma musical en su momento en 2018, al menos dos millones de usuarios tenían acceso a este tipo de archivos por aquel entonces. Incluso según afirma Statista, sólo los internautas españoles accedieron a más de 5.000 millones de contenidos piratas en 2023. Pero ¿a qué tipo de contenidos?¿puede este movimiento de Spotify provocar más reacciones?
Una reacción tardía e inesperada

Nos tenemos que remontar hasta 2012 o 2013 para saber de la existencia de las primeras versiones modificadas de Spotify para Android. Pruebas piloto que han ido mejorando con el paso de los años, así lo confirma el Diario As. Sin embargo, no fue hasta hace tres o cuatro días cuando los primeros usuarios con está APK notaron que no les dejaba reproducir su música, o tan siquiera abrir la aplicación en sus dispositivos móviles. Esto es porque Spotify decidió empezar a tumbar cuentas iniciadas o creadas desde la plataforma oficial, pero que estaban logueadas usando este tipo de sistema.
La noticia no tardo en expandirse por todo el mundo y cada vez más y más ‘piratas’ tenían el mismo problema. Si bien hay gente reacia a que les quiten la cuenta y que ha conseguido evadir esta justicia digital, la mayoría de usuarios o han aceptado el problema, o se han pasado a aplicaciones del estilo, como SoundCloud. Las redes a día de hoy siguen en llamas por este bloqueo masivo, aunque cabe recordar que es justificado, ya que la piratería es considerada un delito.
Una amenaza a todos los sectores
Y es que la piratería abarca muchos aspectos. El contenido más consumido y utilizado de forma ilegal en todo internet es sin duda el deporte. Aquí hay que incidir que existen dos formas de poder obtener estos servicios. Una de ellas es la contratación de canales multideporte. Se trata de proveedores o canales que obtienen acceso a plataformas de pago como Movistar+, DAZN o Eurosport y venden estos servicios.
En el caso de las plataformas que transmitan el deporte más visto por diferencia, el fútbol, ya están bajo lupa desde hace un tiempo. Como ya avisó Javier Tebas, presidente de LaLiga en España, se van a mantener en una lucha ya no solo por derecho, sino por cuestiones financieras. El fútbol pirata genera pérdidas de entre 700 y 800 millones de euros al año en España. La cantidad asciende hasta los 1.800 millones de euros en países como Alemania o Inglaterra. Un dato alarmante es que el 42% de los jóvenes españoles consumen este contenido, según un estudio reciente de la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea.

Otro gran afectado es el sector audiovisual y cinematográfico. La metodología de los ‘hackers’ o proveedores de estos contenidos es similar a la del sector deportivo. Son capaces de meterse en aplicaciones usando otras direcciones IP, VPN específicas u otros métodos que ni hoy en día se saber para revender ese servicio multiplataforma. También existen los sitios web que retransmiten en directo o en diferido películas y series, sin ninguna contratación de por medio.
Los afectados principales en este caso son Disney+, HBO y el más damnificado, Netflix. Según el Observatorio de piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales del año 2023, a la mayoría de estos sitios web se accede por redes sociales como Telegram o Facebook. Aunque la búsqueda directa desde navegadores como Google predomina cuando ya se conoce el sitio en cuestión. Estas interacciones de los usuarios provocan como mínimo daños económicos de 420 millones de euros al año.
¿Cuál es el remedio?
Las empresas refuerzan su lucha contra la piratería con medidas más estrictas. Spotify, según Teknofilo, ha bloqueado regionalmente las APKs modificadas, mientras que LaLiga y plataformas como Netflix o Disney+ intensifican sus acciones legales y tecnológicas. Sin embargo, la solución no solo pasa por restricciones, sino también por mejorar la accesibilidad y precios de los contenidos legales. Como indica el Observatorio de piratería, muchos usuarios recurren a vías ilegales por costos elevados o falta de opciones. Combatir la piratería requiere una estrategia equilibrada entre el control y una oferta asumible por la audiencia.
Comentar