El periodismo de investigación, la piedra filosofal de la democracia

José María Irujo en la redacción de El País. Foto: El País.

José María Irujo

José María Irujo (Pamplona, 1950) se dedica al periodismo de investigación en El País. Destapó el caso Roldán, escribió sobre WikiLeaks y está especializado en terrorismo.

¿Qué etapas se deben de seguir en una investigación como la de los Papeles del Pentágono?

La experiencia más similar que hemos vivido en El País es la de los 250.000 documentos de los archivos de WikiLeaks. En esta investigación, nos unimos varios periódicos de prestigio durante casi seis meses, conformándose un equipo secreto de organización con esos medios internacionales y un sistema informático para trabajar juntos con casi 50 personas especialistas en diferentes áreas (seguridad, internacional, economía, etc.)

En el sótano del periódico se creó un espacio secreto para comunicar sobre esto y no se comentará nada al resto de la redacción hasta que se hizo el primer «disparo». Se pusieron una serie de pautas de trabajo para todos, por ejemplo, cualquier nombre que pudiera ser objeto de amenaza o chantaje se tapaba para proteger la fuente.

La experiencia fue como estar en un río pescando sin cesar donde podías sacar un salmón o nada.

«Era como estar en un río pescando sin cesar, podías sacar un salmón o nada»

¿Qué se debe priorizar: contar la verdad y mantener la esencia de periodismo o proteger unos documentos y cuidar la imagen del país?

En el caso de WikiLeaks, nosotros creímos que esas informaciones eran relevantes y que iba a primar el derecho a la información frente al tema de reputación. En el caso de los Papeles del Pentágono también creyeron en lo mismo.

Katherin Graham, mantenía relación personal con personalidades del gobierno de Nixon. ¿Cómo se pueden gestionar las relacioones personales de este tipo? ¿Hasta qué punto se puede confiar en una fuente?

En el caso de los Papeles del Pentágono, Katherine Graham mantenía una relación de proximidad con Nixon, lo que podría ser peligroso. Sin embargo, la ética de Katherine estaba por encima de su amistad y las informaciones se publicaron. Los Papeles del Pentágono es un caso bonito donde la profesionalidad primó sobre la relación con los poderes fácticos.

La relación ha de ser de respeto, la de intimidad puede ser peligrosa. La proximidad entre el periodista y la fuente, especialmente si es política, puede resultar diabólica y puede llevar al profesional a ponerse una venda en los ojos y mirar para otro lado en un caso de corrupción, por ejemplo.

¿Cómo crees que saldría a la luz en la actualidad una noticia de este calibre?

Se reproduciría igual. El periodista está ávido de noticias, de exclusivas. Si esta oportunidad se reprodujera, volvería a primar la libertad de información y serían muchos los medios que se querrían apoyar entre ellos para publicar juntos las informaciones.

Todos los medios tienen presiones económicas. Lo importante es que tengan la suficiente dependencia, pues en caso contrario, serán más susceptiblemente amordazados.

¿Cómo cambió después en Estados Unidos la relación entre el Gobierno y la ciudadanía?

En los Papeles del Pentágono la propia ley impedía la publicación de esos documentos por tener la categoría de Secretos de Estado. Además, la propia justicia decía que afectaba a la seguridad del país. El caso marcó un antes y un después en lo que es la censura y la presión de los periódicos. Dio alas y proporcionó más libertad de información.