
El aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokyo ha obligado a varios profesionales a esperar un año para cumplir un sueño por primera vez, o repetirlo como en el caso de las nadadoras aragonesas María Delgado o Teresa Perales, pero sobre todo, permite a deportistas lesionados o afectados por otros problemas volver a intentarlo, volver a soñar con estar en Agosto de 2021 en Japón. Es el caso de Juan Alberto Jiménez, ciclista de deporte adaptado natural de Zaragoza y protagonista de la historia más emotiva de este especial.
Hace un año, Juan Alberto tenía que pasar por el quirófano para solucionar un problema importante en su mandíbula (se sometió a una cirugía ortognática bimaxilar con mentoplastia). Con ello, el sueño de participar en Tokyo se diluía como un azucarillo. Con la idea de que no podría estar en los próximos juegos olímpicos en la cabeza, el corredor zaragozano comenzó su recuperación sin dejar de trabajar en ella un solo día y mejorando, poco a poco, con la meta poder llegar a otras citas importantes y con el punto de mira a largo plazo en París 2024. Los objetivos habían pasado a ser otros.
Sin embargo, todo en la vida pasa por algo, y esa oportunidad que el paso por el quirófano le había arrebatado se la ha devuelto el COVID-19. Que las puertas de Tokyo se vuelvan a abrir debido a una pandemia global no es la situación que un deportista firmaría para que su destino mejore, pero no por ello deja de ser cierto que es una realidad que, una posibilidad que se había esfumado, vuelve a existir, como bien indica el propio Juan Alberto Jiménez: «Antes lo descartaba por completo (estar en los juegos), pero con este aplazamiento, no renuncio a ello para nada».
Con este nuevo horizonte que se ha abierto ante él, el deportista aragonés cree en sus posibilidades, pero sobre todo en su trabajo: «No he parado ni un día de cumplir con mi rutina de trabajo, y espero que eso se note. Lo vamos a dar todo para ponérselo lo más complicado posible a los seleccionadores que escogen el equipo que va a Tokyo».
La vida no ha sido sino una constante carrera de obstáculos para Juan Alberto Jiménez: nació con las rodillas al revés (Genu recorvatum), pero consiguió recuperarse de ello mostrando una entereza y un espíritu de superación que plasma sobre la bicicleta. Una pasión, el ciclismo, que le ha permitido seguir adelante en todo lo que se ha propuesto hasta la fecha. Ahora, espera que su carácter y todo lo aprendido le sirva para poder correr en las carreteras de Tokyo en el verano de 2021.
Un objetivo que se había desvanecido, pero que, paradójicamente, el coronavirus ha vuelto a poner en el camino de Juan Alberto. Y mientras haya tiempo, a él se puede agarrar.