Durante varios minutos aplaudió todo el Kursaal al director y a los actores de “Silent Heart” tras su proyección. La cinta, que trata el difícil tema de la eutanasia, nos sumerge en lo más profundo de una corriente familia danesa y nos muestra los sentimientos y complicaciones de cada uno de sus miembros ante la difícil decisión de dejar morir o no a un ser querido.
Bille August, ganador de un Oscar y dos palmas de oro, explicó que “la historia le interesó muchísimo” y que “el tema de la eutanasia se ha abordado mucho en Dinamarca”. Además, añadió que “es una historia muy potente que trata un tema muy complicado con la cuestión de la dignidad”.
Esther (Ghita Norby) es una mujer mayor que padece una enfermedad degenerativa y que con el tiempo la dejará sin movilidad y sin capacidad para respirar. La actuación magistral de Norby es casi una obra de teatro, con los matices humanos y sentimentales llevados a un nivel extremo. Lo que se ve en la pantalla es prácticamente real: “Nos convertimos en una familia de cine muy rápidamente, porque estábamos tan cerca en este pequeño lugar en Dinamarca, y de repente teníamos unos sentimientos los unos hacia los otros como si fuéramos una familia de verdad. Todos nos conocemos porque somos actores pero de repente algo sucedió entre nosotros y eso hizo que el rodaje fuera conmovedor”, señaló la actriz danesa.
Paprika Steen y Danica Curric interpretan a las hijas de Esther. La primera, más mayor, lleva diez años casada y tiene un hijo. “Cuando el personaje entra en ti en la primera semana del rodaje todas mis preguntas ya se resuelven de la misma manera. Yo intento sentir el dolor cuando aparece y dejarlo llevar con el personaje”, comentó Paprika.
La segunda, padeció trastornos psicológicos cuando era pequeña, y con muchas menos aspiraciones en la vida se aferra Dennis, un novio al que ha dejado ya varias veces y cuyo único interés es colocarse. “Es una historia tan humana que fue muy fácil sentir las emociones y tuvimos una conexión sorprendente”, dijo Danica.
Sobre la escena más complicada del rodaje, todos apuntan hacia la misma dirección: la muerte de Esther. “Cuando rodamos la escena de Esther todo el mundo en el rodaje estaba muy conmovido y para mí fue la escena más difícil emocionalmente. Únicamente la rodamos dos veces” explicó el realizador.
Fotografías tomadas por Cristina Martínez Recio
Bille August, galardonado ya con los más prestigiosos premios del mundo cinematográfico, expresó su visión sobre los reconocimientos individuales: “El mejor premio para mí es si tienes un buen guión, una buena historia, un buen elenco y si puedes crear un momento mágico y que las cámaras estén ahí para grabarlo, ese el mejor premio para mí”, manifestó. “La mayor recompensa es el público y poder volver a ver la vida en la pantalla”, concluyó.
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