Sobornos, empresas offshore, paraísos fiscales y políticos de toda Latinoamérica implicados en millonarias ‘coimas’. Así se presenta Lava Jato, uno de los casos de corrupción más escandalosos de los últimos tiempos, que ha llevado a prisión preventiva al ex presidente peruano Ollanta Humana, y a su esposa, la ex primera dama Nadine Heredia. En Dragón Digital hemos entrevistado en exclusiva a Rosana Cueva y Marco Vásquez, presentadora y reportero, respectivamente, del programa Panorama, quienes llevaron a cabo una investigación periodística de nueve meses que destapó la caja de los truenos en la política peruana, y que ha supuesto la cárcel para las dos personas más poderosas del Perú, tras el destape del llamado caso «Las agendas de Nadine». Estos cuadernos personales revelaban cómo la ex primera dama había recibido tres millones de dólares de Odebretch, la mega empresa constructora que financiaba campañas de candidatos presidenciales en toda Latinoamérica, para recibir, a cambio, la asignación de obras públicas que, una vez ganadas las elecciones, abultaban en exceso el presupuesto inicial. Cueva y Vásquez relatan los pormenores de ese caso, que se ha convertido en paradigma del periodismo de investigación latinoamericano.
Por Rebeca Oliva
A pesar de la peligrosidad que suponía el asunto, ¿cómo “Panorama” decide afrontar el caso e ir adelante?
Marcos Vásquez (MV): Lava Jato para Perú fue un caso muy peculiar respecto a las revelaciones que se hicieron. Aunque, en líneas generales, para toda Sudamérica el caso se trató de coimas por obras públicas, es decir, mega proyectos donde la empresa entrega sobornos a políticos, para ganar un vínculo político. Pero en el caso de Perú fue algo particular porque es el único país del mundo donde se ha puesto tras las rejas, o con orden de captura, a dos presidentes vivos (Ollanta Humala y Alejandro Toledo), y no solo a ellos, sino también a sus esposas (Nadine Heredia y Eliane Karp).
¿Cuándo pasó Lava Jato de ser un caso de corrupción en Brasil a tener relevancia internacional?
MV: Vino de la mano del acuerdo que firma la empresa Odebrech en Estados Unidos, en diciembre de 2016. Ese trato implica que los integrantes de esa empresa involucrados en la entrega de sobornos verían reducida su condena si revelaban los nombres de las personas implicadas en casos de corrupción.
¿Cuándo comenzó Panorama a seguir la pista del caso?
MV: . Entre 2011 y 2012 se concedió a Odebretch el mantenimiento de grandes carreteras de entrada a la capital peruana, Lima, y el posterior cobro de los peajes. Un negocio redondo por 30 años que beneficiaba a Odebrecht. Leyendo el contrato con los documentos recopilados, nos pareció realmente ventajoso para la empresa y fue entonces cuando surgió nuestra sospecha.
¿Cómo conseguieron dichos documentos?
MV: A través de la labor periodística, gracias a las fuentes y a nuestro poder de investigación.
«Perú es el único país del mundo donde se ha puesto tras las rejas, o con orden de captura internacional, a dos presidentes vivos y a sus esposas».
El presidente Ollanta Humala estaba en el poder en aquella época (2011 – 2016). ¿No temieron represalias contra Panorama o contra los periodistas que lo integraban?
MV: Las represalias hacia la labor periodística están en función comparativa con la libertad de prensa de un país. Es decir, depende del ánimo democrático de los gobernantes. En nuestro caso, las presiones no fueron como en los tiempos del régimen autocrático de Alberto Fujimori (1990-2000). Antes, un político podía llamar al dueño de un canal y parar algo, como en las dictaduras. Ahora, las presiones son sutiles y pueden venir de diferentes formas; por ejemplo, por la publicidad que es lo que mantiene en gran parte a un canal. Sin embargo, la función de un periodista es lograr que un reportaje salga a la luz, es un hijo, es una contribución a la sociedad. Para sortear presiones, se han de mostrar trabajos implacables. Si se siguen todos los pasos periodísticos y el trabajo realizado es impecable, hay menos probabilidades de sufrir presiones. Mientras más sólido es el producto periodístico, más seguridad habrá, y, por lo tanto, menos miedo.
¿Tuvieron la idea de parar la investigación en algún punto? Por ejemplo, cuando les llamaron a declarar en el Congreso.
MV: La investigación fue larga, duró nueve meses. Ese camino, particularmente, me provocó mucha ansiedad. Lo que nos pedían desde arriba eran confirmaciones exactas, pero la última verdad en una investigación la tiene el investigado y ellos nunca afirmarían ninguna acusación, ni siquiera a día de hoy que están tras las rejas. Ese camino largo lleva frustraciones, ansiedad y por ello llegó un momento en el que pensé que había fracasado.
¿Por ejemplo?
MV: No hubo nada en particular, las preocupaciones surgían cuando se me pedían confirmaciones que solo estaban en la cabeza del investigado. Puedes recopilar todo lo existente, documentos, informaciones, etc., pero hay cosas que no se pueden saber si aquel que investigas no habla.
«Ahora las presiones políticas son sutiles y pueden venir de diferentes formas, por ejemplo, por la publicidad que es lo que mantiene en gran parte a un canal de televisión».
¿En algún momento vieron peligrar su integridad?
MV: Yo siempre me cuido. Nunca he recibido una amenaza directamente, solo por teléfono, es decir, mensajes tontos. Pero yo el miedo lo transformo en precaución. Si tomo precauciones, aunque sean las mínimas, las probabilidades de que pase algo malo se ven reducidas. Por ejemplo, yo nunca uso la misma ruta para ir al trabajo.
Cuándo recibieron toda la información de las agendas de Nadine Heredia de la mano del ex congresista Álvaro Gutiérrez, ¿qué fue lo primero que se les pasó por la cabeza?
MV: Cuando nos dieron la información en crudo pensé: “Esto, de ser real, es una bomba”. Sin embargo, lo siguiente que pensé, como aconseja la directora de Panorama, Rosana Cueva, fue: “Esto es tan bueno que no puede ser real”. Siempre hay que sospechar. Por ello, pensamos que esas agendas, al comienzo de la investigación, eran falsas.
Tomo precauciones, aunque sean las mínimas. Por ejemplo, yo nunca uso la misma ruta para ir al trabajo», Marco Vásquez.
Rosana Cueva (RV): Por mi parte, me tocó hacer de abogado del diablo. Marco corroboró todos los datos, incluso aquellos más personales de la primera dama, como, por ejemplo, una lista de invitados al cumpleaños de su hija. Al ser informaciones tan íntimas nos otorgaban más credibilidad. Y, poco a poco, íbamos confirmando todos los datos que aparecían en las agendas, incluso los más insignificantes. Todo el proceso nos tomó nueve meses.
¿Por qué decieron acudir a un perito grafológico de Italia para confirmar si letra de la primera dama era la que aparecía en las agendas?
RC: Tenía que ser alguien que no fuera de Perú para que no tuviera inclinaciones o intereses políticos. De esta forma, Marco se encargó de buscar a alguien que tuviera credenciales impecables, un profesional pulcro de pies a cabeza, a quien no relacionaran con la oposición política.
«Cuando Nadine Heredia llamó al programa y comenzó a victimizarse fue el alivio del siglo. Ya habíamos ganado», Rosana Cueva.
¿Cómo confirmaron la fiabilidad del ex congresista Álvaro Gutiérrez, en su momento aliado político y financista de la candidatura de Ollanta Humala?
MV: En un comienzo, él no era una fuente fiable dado que, tras ser su aliado, Gutiérrez tuvo un problema con el presidente Humala y su esposa, pero no no podíamos dejar pasar aquella información. Así que decidimos no relacionar la fuente con el material, solo aceptamos la información cruda para procesar, sin ningún condicionamiento. Gutiérrez no exigía nada. Es más, para que esto no se viera como el inicio de una carrera política, él mismo confirmó que no iba a postular a ningún cargo público en el futuro; es decir, estas agendas no iban a ser un trampolín para su carrera política.
RC: Confirmar la fiabilidad de la información obtenida, sin duda, fue la parte más difícil. Necesitábamos que Gutiérrez se comprometiera a no meterse en política en el futuro. Mantener la promesa fue lo más complicado, incluso tuvo que pensarlo durante un tiempo. Pero finalmente se decidió y, para que no hubiera lugar a errores, Marcos lo grabó en vídeo.
¿Por qué decidieron publicar toda la información de las agendas?
RC: Fue un material exclusivo que solo fue entregado a nosotros. Para que tuviéramos credibilidad, la estrategia de Marcos fue comenzar el reportaje con: “¿Por qué tienen que creer que las agendas son de Nadine?”.
MV: La verdad de las agendas se tuvo que defender. Sabíamos que íbamos a publicar para mostrar, pero también para defender, ya que la gente iba a atacarnos con argumentos ajenos a la verdad. La información era tan amplia que era imposible de defender en un solo reportaje por semana. Por ello fue necesario el apoyo de Perú 21, un diario escrito para que el caso se desarrollara todos los días de la semana, dado que nosotros éramos un programa dominical y pasaba demasiado tiempo entre programa y programa para tales informaciones.
«Teníamos el temor de que si Nadine llamaba y decía que nos llevaba a un peritaje, estábamos “fritos”. Pero no fue así y lo único que hizo fue victimizarse», Rosana Cueva.
Rosana, cuando Nadine Heredia llamó durante la emisión en directo de un programa de Panorama, ¿qué sintió?
RC: Fue el momento más difícil de todos. Teníamos el temor de que si Nadine llamaba y decía que nos llevaba a un peritaje, estábamos “fritos”. Pero no fue así y lo único que hizo fue victimizarse. Si hubiera dicho que habíamos entrado en su casa y habíamos cogido material personal, que habíamos robado y que, como consecuencia, nos llevaría a un perito nos podría haber hundido. Pero, en el momento en el que ella llamó y comenzó a victimizarse y declarar que todo era falso, fue el alivio del siglo. Ya habíamos ganado.
¿Por qué reaccionó de esa forma?
MV: Cuando salió el reportaje la gente comenzó a reaccionar en Twitter. Empezaron una serie de corrientes que le animaban a llamar al programa. Fueron sus defensores que decidieron ir en contra de nosotros, incluso entre ellos había periodistas.
RC: Nadine Heredia y su marido, el presidente de la República, sabían del material que poseíamos, se les notificó, pero decidieron no responder. Ahí es cuando apareció la vanidad y la soberbia. Durante el desarrollo del programa, Nadine Heredia estaba muy atenta de las redes sociales, de forma que, incentivada por los tweets, decidió atacar, desobedeciendo los consejos de su abogado. Y la jugada le salió fatal.
https://www.youtube.com/watch?v=PXBcuXJfOzg
¿Y no hubo problemas éticos o legales por el hecho de que la fuente tomara las agendas personales de la casa de Nadine?
RC: Lo discutimos muchas veces. Por eso tardamos nueves meses en revelar toda la información. Tuvimos que contactar con abogados, especialistas para plantear todo. Establecimos por qué toda aquella información era interesante para los ciudadanos. Determinamos qué páginas eran de interés público y cuáles no. Por ejemplo, hubo cosas personales que no incluimos, aunque sí corroboramos, por si acaso.
«Todavía quedan muchas cosas por investigar. Cuando crees que ya
no puede haber más, sale otro nombre y puede ser importante», Rosana Cueva.
Cuando la bancada oficialista les llamó al Congreso para declarar, ¿qué pensaron?
MV: Sabíamos que nos iban a zarandear, que nos marearían, que tratarían de derrumbar nuestras informaciones, pero, mientas más riguroso seas con tu trabajo, vas cortando las posibilidades en donde te puedan atacar. Simplemente, era una verdad que teníamos que defender.
RC: En el Congreso nos provocaban para ver si caíamos en una contradicción. Solo nos preguntaban tonterías. Llegaron a preguntar a Marco si viajó a Italia con miembros de partidos de la oposición en el mismo avión cuando buscaba al perito. También nos exigieron todas las facturas de los trabajos que habíamos realizados para ver que no habían sido pagados por la oposición. Para ellos, la principal sospecha era que Gutiérrez cubría todos los gastos. Lo bueno es que teníamos las respuestas claras, teníamos todos los registros. Fuimos muy cuidadosos.
¿A día de hoy siguen investigando el caso Lava Jato?
RC: En el tema de las agendas, en relación al caso, todavía quedan muchas cosas por investigar. Justo cuando crees que ya no puede haber más, y ya estás harto del tema, de repente sale otro nombre más y puede ser importante. Marcos a día de hoy está sumido en una investigación relacionada con el caso que, si hay suerte, veremos más adelante…
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