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Los comienzos del cine español

Según datos del libro La llegada del cinematógrafo a España (1896-1897): Metodología y esbozo, las primeras exhibiciones cinematográficas en España fueron en mayo de 1896 en Madrid. El 11 de mayo de ese año, el húngaro Edwin Rousby, presentó en el circo Parish el Animatógrafo o Teatrograph. Dos días más tarde, Jean Busseret, representante de los inventores lioneses en España, proyectó imágenes con su Cinematógrafo Lumière. Desde entonces, muchos explotaron los inventos para proyectar películas por toda la península. Algunos ejemplos fueron Eduardo  Moreno o Joseph Sellier.

Fue el operador de cámara de los hermanos Lumière, Alexandre Jean Louis Promio (conocido como Eugene Promio), el que realizó en junio de 1896 las primeras cintas rodadas en España para la casa Lumière. Según la publicación La Cuna fantasma del cine español, las ciudades en las que se rodó fueron Madrid y Barcelona. Un año más tarde, Eduardo Moreno y Joseph Sellier fueron los primeros españoles en rodar películas. La película El Entierro del General Sánchez Bregua (junio de 1897) de Sellier está desaparecida. En 1897 se rodó la primera película con argumento, Riña en un café. El director de la película fue el barcelonés Fructuós Gelabert.La película considerada la primera de la historia del cine español es la Salida de la misa de doce de la Iglesia del Pilar de Zaragoza, de Eduardo Gimeno. Fue rodada en 1899 pese a que adquirió un aparato Lumière dos años antes.

En la segunda década del siglo XX, Barcelona era el centro de la industria cinematográfica del país. Se empezó a utilizar el término “españoladas” para referirse a las películas que exageraban el carácter español. Algunas de esas españoladas famosas fueron Florián Rey y Nobleza baturra (1925).  También se realizaron dramas históricos como Vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de América (1917), del francés Gerard Bourgeois. Se adaptaron folletines como Los misterios de Barcelona (1916) de Joan Maria Codina y obras teatrales, como Don Juan Tenorio, rodada por Ricardo Baños.

En 1928, se rodó El misterio de la Puerta del Sol, la primera película sonora del cine español rodada por Francisco Elías Riquelme. Durante el año 1930 se pudieron ver estrenos importantes, como Un perro andaluz de Buñuel y Dalí, y La aldea maldita de Florián Rey. Esta última se convirtió en un éxito en París.

Desde el comienzo de la Segunda República, las películas extranjeras con sonido hundieron a la producción del país. Tan solo se rodaron cuatro títulos en el primer año. En 1932, Manuel Casanova fundó la Compañía Industrial Film Española S.A. (CIFESA) y se rodaron dos películas más que el año anterior. Pese a todo el número fue aumentando notablemente desde 1935, pero el inicio de la Guerra Civil hizo que se abortaran algunos proyectos.

Según el blog Historia del Cine, durante la época de la Guerra Civil Española, el bando franquista se quedó sin apenas recursos para realizar proyectos cinematográficos, mientras que los republicanos dispusieron de una mejor infraestructura que les facilitó realizar alguna que otra película. Sobretodo hubo una intensa actividad en el campo de los reportajes y noticiarios, con abundante información ideológica y propagandística. Además, según la página Web Cosas del Cine, se usó el sonido y la radiofonía en las películas de manera masiva.  El bando nacional pretendía convencer a la población de que eran mejor que el bando opuesto, y republicanos intentaban lo contrario. La mayoría de los estudios de producción de la zona republicana estaban situados en Madrid y Barcelona, mientras que el bando nacional realizaba la mayoría de sus largometrajes en Alemania. Se intentó que la programación de las películas siguiera con normalidad, pero a mediados de 1937 las proyecciones disminuyeron ya que los distribuidores  de Estados Unidos suspendieron los envíos de películas por falta de pago. Por ello las películas que se proyectaban eran soviéticas. Más que largometrajes, se produjeron cortometrajes y mediometrajes como ¡No Quiero! ¡No Quiero! de Francisco Elías. Algún ejemplo de largometraje producido por los nacionales es La Canción de Aixa de Florián Rey. La película se estrenó tras finalizar la guerra.

Durante la posguerra, fue una época oscura para bastantes realizadores de cine debido a la aparición de la censura. El blog Historia del Cine, explica que se censuraba primero el guion y después la película ya rodada. Además, únicamente se daba dinero a aquellas producciones que apoyaran la dictadura. Madrid se convirtió en la capital del cine español y en la década de los años 40, la industria cinematográfica se recuperó rápidamente. Muchos directores consolidaron sus carreras y aparecieron nuevos rostros que empezaron a tener mucha fuerza en el panorama artístico. Pero lo que sobretodo animó a los espectadores a ir al cine, fueron los actores y actrices que se pusieron de moda en aquella época.  En 1962, se impulsó la Escuela Oficial de Cine en la que se formó a grandes cineastas como José Luis Borau.

Tras el fin de la dictadura, la censura del cine se suprime y la libertad de expresión vuelve al cine. Según María Oliva, estudiante de CPA Salduie en Zaragoza, en las películas se abordan y reflejan temas políticos de la época y también se recrea la época de la dictadura. Un ejemplo es la película Pim, pam, pum… ¡fuego!, dirigida por Pedro Olea en 1975. Además, en 1987 se crearon los premios más importantes del cine español, los Goya. Dichos galardones se entregan a las mejores producciones extranjeras y del país  que son nominadas en diferentes categorías cada año.

 

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