Quizás te hayas convertido en un flȃneur al vagar por una calle. Es posible también que hayas conocido a algún poxhemuchka, una persona que no para de hacer preguntas. O, incluso, que hayas estado en un ramé, un evento caótico y maravilloso al mismo tiempo. Quizás te has encontrado en estas situaciones, pero no lo has sabido porque no conocías esas palabras en francés, ruso y balinés. Hemos hablado con el profesor Tim Lomas, experto en psicología positiva de la Universidad de East London, que las ha recopilado en el proyecto Positive Lexicography.
Por Paula Cámara
Tim Lomas ha llevado adelante investigaciones relacionadas con este campo como Mindfulness and the Buddhism o Multidimensional positive psychology. El proyecto, según el profesor Lomas, busca aprender de otras culturas y entender las diferentes formas en las que otras personas de diferentes procedencias experimentan y comprenden el bienestar, y, al mismo tiempo, una vía de enriquecer nuestro vocabulario emocional”.
En una conferencia de psicología positiva, el doctor Lomas se topó con “una conferencia de una investigadora finlandesa, Emilia Lahti, en relación al término sisu, un tipo de coraje y determinación”. Tras ese congreso, empezó a pensar sobre ello durante una conversación con su madre y ambos llegaron a la conclusión de que, tal vez, la mayoría de los leguajes tuviesen palabras interesantes que sin un significado equivalente en otros idiomas. A partir de ese momento, comenzó a recolectar tantas palabras sin traducción como pudo, centrándose en las relacionadas con el bienestar.
«Conocer estas palabras es una forma de ampliar nuestro vocabulario emocional», Tim Lomas
Hay una gran cantidad de palabras en otros idiomas que tienen un significado que no se puede traducir de forma literal a otros lenguajes. El sentimiento de enfado y frustración que experimentas cuando has ido a una peluquería y no te gusta el resultado de tu corte de pelo, se expresa en japonés como age-oton. Y el dolor, en su sentido más profundo y doloroso, que supone casi un color espiritual, se expresa como toska en ruso.
El hecho de que algunos idiomas tengan palabras para expresar un sentimiento o un adjetivo ha sido interpretado por Tim Lomas como la hipótesis de que algunas culturas hayan desarrollado más esos estados emocionales que aquellas que carecen de esas palabras. Pero ello es “algo que necesita ser comprobado y espero poder hacerlo en el futuro”, afirma el investigador.
Tim Lomas ha estado trabajando en este proyecto durante 18 meses y confiesa que “hay muchas palabras esperando a ser descubiertas y siempre puedo mejorar mis definiciones”. Ha generado un archivo donde muestra su trabajo y en su cuenta de Twitter va publicando sus progresos.
¿Quieres ayudar al profesor Tim Lomas con su proyecto? Puedes hacer click aquí y rellenar una encuesta donde compartir la palabra sin traducción que conozcas. Que tengáis un día lleno de kuài lè (felicidad y satisfacción en chino).
Comentar