Entrevistas

Paula Remirez, árbitro de taekwondo en unos Juegos Olímpicos: «Parece que los árbitros somos los grandes olvidados de este deporte»

Paula Remirez.
Desde pequeña, Paula Remirez soñaba con estar en unos Juegos Olímpicos y lo hizo realidad. Foto: Paula Remirez

Paula Remirez es luchadora y árbitro profesional de taekwondo. Formó parte de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 cómo árbitro de dicho deporte y, además, junta esta disciplina con la de profesora en secundaria, donde aplica todos los valores que este arte marcial le ha otorgado para que sus alumnos aprendan lo máximo posible.

¿En que momento de su vida comenzó con el taekwondo?

Prácticamente desde siempre. Me viene de familia, ya que mi padre lo hacía y, de hecho, lo sigue haciendo, además, también ha sido árbitro como yo. Mi madre, antes de tenerme a mí y a mi hermano, también lo practicaba, es decir, es el deporte familiar, porque aparte de mis padres, mi hermano y mis primos también lo realizan. Nadie me obligó a hacerlo, ya que también practicaba natación, pero al final me decidí por éste, y en cuanto a la edad, empecé, más o menos, a los cinco años y, desde entonces, no lo he dejado ni tengo intención de ello. 

¿Qué significa para usted este deporte?

Es como una forma de vivir, he crecido con él y me ha enseñado unos valores esenciales para toda la vida, es decir, gracias al taekwondo soy una persona muy inquieta, hago muchas cosas y gracias a lo que su disciplina me aporta, me ha permitido organizarme muy bien, ser más constante en todo. Desde pequeña, con el paso de los cinturones, me he enfrentado a un tribunal que me hacía una serie de exámenes y, debido a ello, he perdido muchos miedos para enfrentarme a las cosas. Como por ejemplo, en mi labor de ser profesora, en el momento que tengo que explicar a mis alumnos el temario de la clase y, previamente a ello, cuando tuve que aprobar las oposiciones, para las que hay que tener mucha constancia.

Lo mejor y lo peor del taekwondo es…

Lo mejor, diría que son las clases, el entrenamiento, es algo muy heterogéneo, no como en otros deportes como el fútbol o baloncesto que tienes a personas de la misma edad, sexo y aquí no. Obviamente, hasta cierta edad, estás con personas de edades similares, pero a partir de los 16, que entras en categoría de adulto, te puedes juntar con gente de más de 60 años, con chicos y chicas de diferentes niveles, lo que hace que sea muy enriquecedor, porque el que no sabe nada se fija en el que sabe y este le ayuda, es decir, es algo muy bueno para los propios deportistas. Como parte mala, por decir alguna, te diría que es la constancia, porque al haber un sistema de cinturones de varios grados, necesitas esa continuidad para poder llegar al máximo nivel y luchar muchos años para llegar a ese objetivo. Debido a esto, puede haber personas que se agobien, que se pregunten por qué no se les cambia el cinturón, aunque hay que ser paciente y, si sale mal, aprender, reforzar e intentarlo de nuevo. 

El taekwondo, para Paula, es más que un deporte, una forma de vida. Foto: Noticias de Navarra.

Para mi, el taekwondo es una forma de vivir y me ha enseñado unos valores esenciales para toda la vida

Paula Remirez, luchadora y árbitro profesional de taekwondo

Para llegar a unos Juegos Olímpicos como árbitro, hay que ser seleccionado, ¿cómo es ese proceso?

Los árbitros, lo que tenemos justo un año anterior, es una selección que llama Training Camp, que consiste en un campamento olímpico donde seleccionan a 50 árbitros de todo el mundo y se realiza en todos los continentes. Para ser elegible tienes que realizar a una serie de cursos y campeonatos previos, pero estos tienen diferentes niveles y no puedes ir a uno de cierto nivel si no lo tienes, entonces, para conseguirlo, por ejemplo, tienes que ir a 10 campeonatos al año y una vez allí tienes que lograr, al menos, lo mínimo de nota para poder ser seleccionable y así poder entrar en los Training Camp. Una vez que estamos los 50 seleccionados de todo el mundo ya empieza el proceso como tal y durante el año previo a los juegos, una comisión nos evalúa sobre la manera en que arbitramos. Conforme a esos resultados, salen las 30 personas que van a los juegos: 15 mujeres y 15 hombres.

¿Cómo fue el momento en el que le comunican que va a formar parte del Comité Español de Árbitros para Tokio 2020?

Estaba de camino al trabajo y a las 7:30 de la mañana recibí un mensaje desde Seúl (Corea del Sur), entonces, leí el asunto, el cual decía que estaba seleccionada y claro imagínate… Comencé a gritar de emoción, quería decírselo a todo el mundo, pero no nos dejan comunicar nada, no se puede saber quiénes son los árbitros hasta que falta un mes para la competición y, después, es la federación la que lo comunica de manera oficial. Mis compañeros del trabajo me veían muy alegre y no me dejaban de preguntar el que me pasaba y no podía decirlo, pero una vez llegue a casa, no me pude resistir y se lo dije a mis padres, se llevaron una alegría enorme, sabían lo importante que era para mí y lo que había trabajado para ello. 

¿Tuvo que sacrificar mucho a nivel económico para ser árbitro de taekwondo a nivel internacional y conseguir llegar hasta donde está hoy?

Sí, la verdad que bastante, no hago la cuenta porque seguro que salgo a perder. Los viajes a los campeonatos nos los tenemos que pagar nosotros, y dependiendo de donde sea el evento, sale carísimo. Porque lo que nosotros percibimos como sueldo por arbitrar, en concepto de dietas, son días de campeonato desde competición, que normalmente suelen ser de tres días de competición y dos de curso, entonces, aproximadamente, cobras unos 100 dólares por día, cuando el viaje, por ejemplo, si vas a un sitio como Tokio te puede costar entre 900 y 1000 euros. En mi caso, quitando la pandemia, suelo tener un campeonato por mes con todo lo que conlleva a nivel económico. A nivel mundial, son muy pocas las federaciones de taekwondo que costean dichos gastos a los árbitros y creo que se deberia de cambiar y mejorar esta situación, ya que, a veces, parece que somos los grandes olvidados de este deporte.

Pese a la pandemia, ¿que se siente al estar en unos Juegos Olímpicos?

Al principio no eres consciente de dónde estás porque los primeros días teníamos entrenamientos y es algo que en la mayoría de campeonatos es similar, además de que el estar con la misma gente de eventos previos parece que es una competición más, también el que no hubiera público, quizá no te hacía realmente ver lo que iba a suceder, la magnitud del evento. Los Juegos Olímpicos, son una competición donde las normas las marca el Comité Olímpico Internacional, entonces, hay una serie de reglas del arbitraje que para nosotros son nuevas, impuestas por dicho estamento superior, y una vez aplicadas, ya te das cuenta de que es algo a nivel tan grande e importante como unos Juegos Olímpicos y en ese momento ya eres consciente de todo, comienza el fuego real.

Para convertirse en árbitro internacional hay que conseguir el cinturón negro en competición. Foto: Navarra Capital

A nivel mundial, son muy pocas las federaciones de taekwondo que costean dichos gastos a los árbitros y creo que se deberia de cambiar y mejorar esta situación, ya que, a veces, parece que somos los grandes olvidados de este deporte.

Paula Remirez, luchadora y árbitro profesional de taekwondo

Al haber llegado a unos Juegos Olímpicos como árbitro, ¿siente que ha cumplido su sueño o hubiera preferido hacerlo como luchadora?

Por circunstancias, desde pequeña, en mi club se entrenaba más la parte técnica del taekwondo (Poomsae), es decir, la que no es olímpica, no la de combate, que me encanta también, pero claro, si quería practicar esa también, necesitaba que el día durante 36 horas en vez de 24 y no podía ser. Necesitas entrenar muchísimo ese tipo de taekwondo para que no te partan la cara. Ahora mismo, quizás sí que vea con algo de envidia el no poder haber vivido como luchadora ese momento, pero los árbitros somos deportistas, necesitas tener el cinturón negro, el mayor grado de taekwondo para poder serlo, además de que lo sigo practicando como tal. El poder haber ido a los juegos como árbitro, que es una parte fundamental de este deporte, porque si no hay árbitros tampoco se puede realizar ningún tipo de campeonato, ha sido un auténtico sueño del que estoy realmente orgullosa y era la única manera que tenía de ir a un acontecimiento como este, la única que estaba en mi mano y la he conseguido. 

Aparte de competidora y árbitro de taekwondo, usted es profesora, ¿cree que los valores de dicho deporte son aplicables a la enseñanza?

Por supuesto, en mi caso, soy profesora de programación, una asignatura muy abstracta y que requiere de muchas horas de dedicación, lo que se traduce en constancia, en hacer muchos ejercicios, no rendirse… Cosas que aplico en mi deporte y que intento inculcar en mis clases. Mi disciplina de taekwondo, se basa en hacer muchas veces en el mismo movimiento y repetirlo hasta que se mejore y acabe saliendo, es decir, se asemeja mucho a la programación y el depurar la técnica del ejercicio hasta que salga. De hecho, tengo planteado un sistema de progreso para los alumnos a base de cinturones de colores, como en el taekwondo, entonces, intento llenarles de todo lo bueno de mi deporte, que aprendan y saquen los mejores resultados posibles. 

Los siguientes juegos olímpicos son en Paris 2024, ¿la veremos ejerciendo de árbitro?

He vivido los juegos en pandemia y me gustaría, si se puede, estar en unos juegos en “normalidad”, por lo que no descarto nada. Si el proceso continúa bien, el trabajo me lo permite y sigo disfrutando como hasta ahora, intentaré ir a los siguientes… Que sale bien, fabuloso, que no sale bien, del camino habré disfrutado igual, pero no me cierro a nada y creo que mientras siga pasándolo bien y haciendo lo que me gusta todo ira saliendo. Si pude estar en Tokio, ¿por qué no en Paris?

Universidad San Jorge