De la mano de su mujer, Eva Bosch, repasamos ese momento en el que José Luis dejó todo por un sueño. Un sueño que tuvo un parón, pero que finalmente recuperó para hacer historia como entrenador de Basket Zaragoza 2002.
Fue un momento difícil. José Luis comenzó jugando y podía haber llegado a ser jugador de nivel LEB Oro más o menos (Segunda División), sin embargo, se formó a la vez como entrenador en baloncesto formativo y se dio cuenta que eso era lo suyo, que se quería dedicar a los banquillos.
Un día le ofrecieron ser primer entrenador en Badajoz, la situación económica de su familia le permitía poder arriesgar y se dijo a sí mismo que era ahora o nunca, y bendita decisión la que tomó para el baloncesto.
Después de no conseguir el ascenso en Bilbao, tomó la decisión con su primera mujer, de dejar el baloncesto profesional si no lo lograba y si subía era su mujer la que dejaba su trabajo. Se quedó cerca, sin embargo, no lo logró y José Luis dejó los banquillos.
Sin embargo esto fue peor. En palabras de Eva Bosch, esposa de José Luis desde el 2000 hasta su fallecimiento, “fue como cortarle las piernas y me contaban que estaba siempre amargado porque su amor era el baloncesto”.
José Luis decía que tenía tres puntos de apoyo clave: “el baloncesto, sus hijos y su mujer Eva”, pero la propia Eva cuenta que Abós sin el baloncesto, no era la misma persona. «Era como su droga y lo daba todo por ello logrando pese a fallecer joven, subir con el CAI, triunfar con él y llevarlo a Europa.»
Justo después de separarse, José Luis no tenía ninguna duda de que quería “volver a la rueda” y lo hizo cogiendo una oferta de Estados Unidos para formar parte del staff de Wakeforest. Una experiencia en la que se sintió fantásticamente bien, en la que aprendió desde el minuto 0 y que le sirvió para volver a sentirse entrenador y a su vuelta después de cruzar el charco, encontrar distintos banquillos hasta conseguir debutar en la ACB.
Decisiones que marcaron la carrera del “coach” y por fortuna para el baloncesto aragonés, tomó el sendero que le llevó años después a hacer historia con Basket Zaragoza.
Fotografía: Gobierno de Aragón
