Reportajes

Adam Schlesinger: un genio normal

Por Carlos Pérez

El pasado 1 de abril, el coronavirus se llevó la vida de Adam Schlesinger a los 52 años de edad. El pop, y en especial uno de sus subgéneros más en desuso como el power pop, quedó huérfano de una de sus últimas grandes figuras.

A lo largo de su trayectoria Adam Schlesinger y sus proyectos no movieron masas, pero ni pareció perder el sueño por ello, ni tampoco lo necesitó para construir un legado que va más allá de las escuchas (que no son pocas) de sus temas en Youtube o del número de discos vendidos de sus grupos.

El 5 de noviembre de 2011, Jordi Meya, director de RockZone, y Xavi Sánchez Pons, colaborador de Mondo Sonoro, acudieron juntos a Valencia para presenciar un concierto de Fountains of Wayne. Sobre el escenario de la sala Wah Wah aquella noche estuvo Adam Schlesinger, por quien se vuelven a juntar para recordar y reivindicar su figura.

Fountains of Wayne

De izquierda a derecha: Chris Collingwood (voz y guitarra rítmica), Adam Schlesinger (bajo y coros), Jody Porter (guitarra principal y coros) y Brian Young (batería), la casi única y principal formación de Fountains of Wayne (Foto: El País).

No cabe ninguna duda de que Fountains of Wayne fue el gran tesoro de la carrera de Adam Schlesinger, su proyecto más relevante. Formados en Nueva York en 1996, el grupo fue el resultado de dos amigos –Chris Collingwood y él- de la universidad (ambos estudiaron en Williams College) que compartían la misma pasión por el pop guitarrero de los 60 y 70. Fue así como ambos, después de varios años intentándolo, fundaron una banda de power pop.

¿Qué es el power pop?

El subgénero en el que se agrupaba y por el que apostó Fountains of Wayne es un tanto particular. En teoría parece sencillo delimitar qué es y qué no es power pop, pero en la práctica no lo es tanto.

Xavi Sánchez Pons ve el power pop como un pop vitaminado, de guitarras poderosas y de armonías vocales bien cuidadas (Foto: Xavi Sánchez Pons).

En su peculiaridad ahonda también Jordi Meya, que sin ninguna connotación negativa lo considera “un subgénero para nerds (frikis)”. En su opinión, “casi todos los grupos que se reúnen en esta categoría hacen canciones que podrían llegar a ser comerciales, pero en el fondo siempre ha sido una subcultura minoritaria y son más conocidos por temas sueltos, sin lograr que el público, salvo excepciones, se interese por su discografía”.

Al hilo de esto último, Jordi Meya tiene su propia teoría: “Cuando he entrevistado a artistas de este estilo me he dado cuenta de que a todos ellos les falta personalidad de estrella: gente bastante tímida, sin un físico muy vendible… Son personas muy normales, y seguramente construir el marketing alrededor de estas bandas no es fácil”.

Piezas clave para resucitar el género

Fountains of Wayne lanzó su primer álbum en un contexto en el que las tendencias musicales estaban muy alejadas de lo que ellos hacían, y eso, como comenta Xavi Sánchez Pons, les da un valor añadido en el imaginario musical de la época cuando uno echa la vista atrás: “Ellos aparecen en el 96, cuando todavía está dando coletazos el grunge y en pleno auge del rock alternativo. El valor que les doy es que, en pleno dominio de estos géneros, ellos hacen pop de guitarras cuando había muy pocos grupos así. Por entonces sacan su primer disco (Fountains Of Wayne, 1996), que incluye temas como “Radiation Vibe” o “Sink to the Bottom”, dos canciones pop. Su valor es apostar por ese sonido y ser fieles a sus raíces y sus influencias, como los Beach Boys, Cheap Trick o The Cars. Fueron contra la moda imperante de los 90, y creo que eso es algo muy guay”.

“Sink to the Bottom” – Fountains of Wayne (Video: 2 Metter Sessions).

Las letras como símbolo distintivo

Fountains of Wayne tiene muchas cosas que lo hacen un grupo especial, pero su gran fortaleza reside en sus letras. Eran aparentemente sencillas, pero tanto Adam Schlesinger como Chris Collingwood, los dos compositores del grupo, eran capaces de hacer que las personas se viesen reflejadas en ellas. Para Xavi Sánchez Pons, ellos dos “fueron los John Lennon y Paul McCartney del power pop de los 90”.

“Bright Future in Sales”– Fountains of Wayne (Video: Shout! Factory Music).

Con respecto a estas letras, el colaborador de Mondo Sonoro desmiente que su apariencia facilona signifique que no entrañen dificultad, sino más bien todo lo contrario, y es que hacían fácil lo difícil: “Aunque parezca sencillo, hacer letras sobre personajes de ficción que están basados en tu día a día no lo es. Se hicieron conocidos por sus historias de héroes cotidianos: mujeres y hombres que no pueden llegar a final de mes, que abren un negocio y no pueden cubrir los gastos… Siempre con un toque de humor. Eran grandes observadores de la vida cotidiana, sus canciones daban voz a los sin voz”.

Así eran las composiciones de Fountains of Wayne. En ellas no había falsas pretensiones ni filosofía barata, reflejaban la vida de personas corrientes porque ellos también lo eran.

Para Jordi Meya, la combinación de humor y retrato de la vida moderna era lo que hacían especiales las letras de la banda (Foto: Jordi Meya).

Stacy´s Mom

Si alguna vez Fountains of Wayne estuvo a punto de dejar su medio camino perpetuo entre el underground y el mainstream, fue con “Stacy´s Mom”. Incluida como uno de los singles de su tercer disco (Welcome Interstate Managers, 2003), el tema acumula más de 190 millones de reproducciones en Spotify, 120 millones en Youtube y fue nominado a los Premios Grammy de 2004.

Con respecto a si este hit pudo opacar el resto de su discografía, Xavi Sánchez Pons opina que los neoyorquinos “son ese tipo de banda que con los años ha hecho una base de fans muy sólida y que los valora más por toda su carrera”. Por su parte, Jordi Meya cree evidente que “hay mucha más gente que conoce más Stacy´s Mom que al grupo”, aunque reconoce que “la percepción de cómo podamos verlo aquí es muy distinta a la de Estados Unidos, porque allí la gente entre 25 y 50 años seguro que conoce el tema, cosa que en España quizás no ha pasado”.

El director de RockZone considera que “era una canción más chistosa que tuvo su momento”, y que incluso el propio Chris Collingwood “no quiso meter (en primera instancia) en el disco porque pensaba que era muy frívola y tonta”.

“Stacy´s Mom” – Fountains of Wayne (Video: Shout! Factory Music).

Otros proyectos

Adam Schlesinger siempre fue un culo inquieto, como demuestra su implicación en otros proyectos que desarrolló de forma paralela a Fountains of Wayne o después de la separación del grupo 2013. A lo largo de su vida cofundó, fue bajista, compositor y corista de Ivy (con los que  publicó 6 álbumes de estudio) y del supergrupo de power pop Tinted Windows (con un único LP en 2009), además de producir discos para otras bandas, entre los que destaca el del 50 aniversario de The Monkees (Good Times!, 2016), en el que llegó a tocar bajo, guitarra, batería o teclados en función de la canción.

Xavi Sánchez Pons repasa la carrera de Adam Schlesinger fuera de Fountains of Wayne (Foto: Babelio).
“Messing With My Head” – Tinted Windows (Video: Spinner).

Cine y televisión

En sus diferentes grupos, Adam Schlesinger se ganó ser reconocido como uno de los mejores compositores de pop. Sin embargo, fueron los encargos que recibía de cine y televisión lo que elevaron su misticismo como letrista a otro nivel.

Sus 3 premios Emmy y un Grammy hablan por sí solos, pero para Xavi Sánchez Pons la razón por la que pudo hacer carrera en el show business era su versatilidad: “Le pedían una canción tipo musical de Broadway, para una serie como Crazy Ex Girlfriend, un tema pop-punk para Josie and The Pussycats… Dominaba tan bien el arte de hacer canciones que era capaz de adaptarse a todo tipo de registros y hacerlo a un nivel alto. Tenía un talento innato para hacer canciones para todo el mundo”.

Pero sin duda, su gran éxito en el mundo del espectáculo llegó cuando Tom Hanks le pidió que compusiera el tema principal de That Thing You Do!, que fue nominado a los premios Oscar en 1997. Jordi Meya lo valora especialmente, ya que en su opinión “es muy complicado que te encarguen escribir una canción que podría haber sido un hit de los Beatles, que resulte convincente y que nunca te cansas de ella”. Por su parte, Xavi Sánchez Pons va incluso más allá, y piensa que “está a la altura de las mejores canciones de los mejores grupos pop de los 60”.

El valor de la normalidad

El mejor resumen de lo que fue Adam Schlesinger lo firma Xavi Sánchez Pons: “Era muy humilde. Pese al talento que tenía, siempre le gustaba estar en segundo plano. Si uno lo piensa bien, en Fountains of Wayne la voz principal era Chris Collingwood y él era el bajista… Nadie quiere ser el bajista de un grupo. Hablamos de que un tío que tocaba todos los instrumentos y que llevaba gran parte del peso de la banda acabó de bajista, eso te explica muy bien que no quería protagonismo”.

Adam Schlesinger se ha ido demasiado pronto, con decenas de canciones todavía por componer, pero no se fue sin dejar con sus letras y su forma de ser la mejor lección que uno puede sacar en su honor: no hay nada malo en ser gente corriente.

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