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El día a día de los notarios, ¿firman y ya está?

Por Irene Mazana

¿Qué hace realmente un notario? ¿Cuáles son sus funciones y por qué existe tanto desconocimiento sobre su profesión? Seguramente, habrán escuchado la expresión de “los notarios solo firman y ya está”, una cuestión que dista mucho de la realidad. Las próximas líneas tratarán de explicar el día a día de los notarios y el trabajo que hay detrás de esas famosas “firmas”.

Estos profesionales del derecho tratan asuntos cotidianos, pero enmarcados en un panorama muy diverso y plural que, a la sociedad, en ocasiones, le cuesta comprender. Sin embargo, han ido apareciendo medios para acercar y entender su labor.

Los notarios están presentes en toda la realidad urbana y rural de España, llegando incluso a los pueblos más recónditos

Hay 3.000 notarios en todo el territorio español. Una cifra bastante escasa si la comparamos con el número de abogados y abogadas, pues hay 300 por cada 100.000 habitantes españoles, según revela un estudio de la Comisión Europea. No obstante, los notarios están presentes en toda la realidad urbana y rural de España, llegando incluso a los pueblos más recónditos, garantizando a toda la población su labor de asesoramiento.

La razón por la que existe un número de plazas cerrado se debe a que viene predeterminado por el Estado, a través del Ministerio de Justicia, que fija el número de notarios y las vacantes de cada año. Hoy por hoy, la labor de estos 3.000 notarios es suficiente para satisfacer las necesidades de los ciudadanos y garantizar la seguridad jurídica.

Aun así, hay gente que manifiesta estar en desacuerdo con su existencia. Hay cierto debate social sobre si son prescindibles o no, tal y como ocurre en otros países, donde la figura del notario no existe. “No entiendo por qué un abogado no puede hacer el trabajo del notario, como ocurre en Portugal”, alega un abogado español que reside en Inglaterra, Jorge Linacero. Pues bien, el derecho español atribuye a estos profesionales una serie de funciones que los convierte en especialistas del derecho.

Somos expertos en derecho mercantil y civil”

Javier Mazana Puyol es un notario aragonés que lleva ejerciendo 26 años. En 1991, aprobó las oposiciones y ha pasado por las notarías de Maella, Caspe y Calatayud. Él describe su cargo como aquel que “da fe de los actos y contratos que realizan los particulares, asesora y da autenticidad a la voluntad de los ciudadanos”.

“Somos especialistas del derecho”, alega Mazana, “los notarios pueden considerarse expertos en derecho mercantil y civil, además de los derechos forales de España”.

Las oposiciones a notarías son unas de las más difíciles que existen en España.

Las oposiciones de notarías, el reto necesario

Antes de profundizar en las acciones que desempeñan estos profesionales del derecho, cabe mencionar la complejidad del acceso al cargo, ya que son muy pocos los que lo logran. Las oposiciones a notarías son unas de las más difíciles que existen actualmente en España, junto con las de registrador de la propiedad.

Se estima que, para aprobarlas, se necesitan 50 horas de estudio semanal durante tres años, en caso de que se logre aprobar a la primera. Además, el examen consiste en cuatro partes que incluyen ejercicios prácticos y orales, más conocidos como “cantar temas”, y cada prueba es eliminatoria.

“Es una oposición durísima que te cambia la vida, y te la quita a la vez”, explica Cristina, que está preparándose por segunda vez para intentar superarlas. El estudio de estas oposiciones requiere renunciar a todo tipo de ocio durante tres años, explica la opositora, “nada de cumpleaños, ni viajes, ni fiestas, ni escapadas de fin de semana”.

“Vivimos una cuarentena indefinida”

Cristina define las oposiciones como “vivir una cuarentena indefinida”, ya que “no ves la meta a corto plazo”. Sin embargo, la estudiante valora que le está aportando “un sentido de la disciplina” que, si no fuera por las oposiciones, nunca hubiera aprendido.

El notario Javier Mazana es, además, director de la Academia de preparadores del Colegio Notarial de Aragón, en la que actualmente hay 24 opositores a esperas de presentarse al próximo examen en el año 2021. Mazana asegura que “la disciplina y la constancia son solo el punto de partida”.

El esfuerzo mental que supone estar estudiando todas las horas del día no es algo que pueda hacer todo el mundo. “Es una decisión importante”, asegura Mazana, “hay que estar mentalmente preparado para estar sentado en una silla 12 horas al día y no pensar en otra cosa”.

“Si se presentan 900, aprueban 100”

Sin embargo, durante la trayectoria como preparador, Mazana se ha encontrado con opositores que se resisten y se niegan a dejar de intentarlo. “Tengo un alumno que va a presentarse por quinta vez”, señala el notario, “pero yo no puedo dejar de motivarle, es mi obligación hacerle saber que se planteara otras opciones, pero respeté su decisión y ahí seguimos al pie del cañón”.

“Es cuestión de tener fuerza de voluntad y asimilar que, si se presentan 900, aprueban 100”, concluye el notario aragonés.

Hay alumnos de derecho que descartan completamente la opción de ser notarios, precisamente, por la complejidad de las oposiciones. Isabel Suárez acaba de graduarse en Derecho. “Es una opción que ni me planteo”, asegura la estudiante, aunque valora y admira a aquellos capaces de aspirar a esta profesión.

“En mi facultad no hay mucha gente que tenga clara esta decisión”, explica Isabel. “Se siente presión en el ambiente, solo con nombrar las oposiciones de notarías”, concluye.

¿Y luego, qué?

El día a día de los notarios se enmarca en un escenario que, aparentemente, resulta complejo, pero tratan asuntos cotidianos desde la legalidad que son imprescindibles para garantizar su autenticidad, en otras palabras, para que existan.

Los notarios realizan desde actas de fotografías para determinar qué hechos han sucedido y hasta constituir hipotecas. También dan fe de contratos como la compraventa de un piso o de un campo, una donación o cualquier tipo de operación bancaria necesaria como el renting, leasing, cuentas de crédito o avales.

Actualmente, también pueden celebrar matrimonios e intervenir en separaciones y divorcios. En el ámbito sucesorio, realizan testamentos y autorizan las herencias para que cada heredero reciba lo que le corresponda.

En resumen, los notarios dan seguridad en todos estos ámbitos de la vida social y garantizan que se realicen de acuerdo a lo que exigen las leyes.

La profesión notarial exige estar en contacto permanente con la gente, hay quienes los llaman “psicólogos legales”, aunque tal y como evidencia la enumeración de sus funciones, son mucho más que eso. En cierto modo, asesoran y acompañan al ciudadano, como decía Mazana, “desde que nace hasta que muere”.

“Los notarios acompañan al ciudadano desde que nace hasta que muere”

“Mi día a día es muy satisfactorio: me relaciono con gente, conozco sus problemas y les ofrezco soluciones”, confiesa el notario aragonés. Esto sucede todavía más en las poblaciones rurales, ya que “hay menos profesionales”, explica el especialista, y “nos consideran gente con capacidad de resolver sus inquietudes”.

En algunas ocasiones es difícil plasmar la voluntad de los particulares en una escritura, ya que algunos pretenden condiciones imposibles de cumplir. Esto ocurre, por ejemplo, cuando un padre quiere condicionar excesivamente a su heredero con exigencias ilegales o imposibles. Javier Mazana asegura que siempre tratan “de encauzar una solución que se adecúe a la ley y a sus intereses”.

La labor de los notarios en tiempos de coronavirus

Ante la situación que está viviendo el país de la pandemia mundial del Covid-19, la labor de estos profesionales se ha considerado esencial y deben seguir prestando sus servicios. Sin embargo, solo podrán atender casos de urgencia, entre ellos las operaciones bancarias necesarias para la subsistencia de los autónomos y las empresas.

Pero, ¿qué ocurre si una persona necesita hacer de forma urgente su testamento y no tiene un notario al alcance? Existe un medio curioso que parecía que jamás se iba a utilizar: en tiempos de epidemia se puede hacer testamento en presencia de tres testigos sin intervención de un notario.

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Jaime Buendía

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