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Los multicines ganan la partida a las salas convencionales

Alrededor de una veintena de salas de cine se han abierto en Zaragoza desde principios del siglo XX, de las cuales ocho continúan en funcionamiento. Los cines más nuevos, los recién inaugurados de Puerto Venecia. Los últimos en cerrar, los “Cines Renoir” que nos dijeron adiós el pasado mes de abril. Hoy, los pequeños cines están siendo devorados por los multicines de las grandes superficies. Sólo quedan dos salas de formato clásico en la ciudad.

Las proyecciones cinematográficas que hoy se conocen como multicines son verdaderamente recientes. La primera aparición de este modelo de multisalas fue con la apertura de “Los cines Buñuel” en el año 1977. Hasta entonces los cines esparcidos por la ciudad ofrecían una única película en su cartelera.

A comienzos siglo XX la red de transportes urbanos de Zaragoza empezaba y terminaba en Independencia haciendo muy difícil el acceso de los habitantes que vivían en los barrioa estratosféricos. Los cines estaban estratégicamente situados por barrios para llegar a todos los habitantes de la ciudad. En cada distrito había una sala de cine que ofrecía a los vecinos de la zona un único film. “Me encantaba ir al cine cuando podía, y era una gran suerte tener en el propio barrio el “Cine Oliver” para no tener que desplazarnos. Lástima que lo cerrasen tan pronto”, comenta Teresa C., vecina del barrio Oliver. La permanencia de las películas en cartelera solían ser semanales y su precio variaba de una sala a la otra. El cine no era sino otro medio para comprobar la estratificación social de la ciudad.

Según explica Amparo Martínez Herranz, profesora de Historia del Cine en la Universidad de Zaragoza, en sus libros “Los Cines en Zaragoza (1896-1936)” y “Los Cines en Zaragoza (1939-1975), la década de los años 50 supuso una gran renovación cultural y cinematografíca en Zaragoza puesto que se abrieron alrededor de unas diez salas de cine. Entre ellas se encuentran algunos locales que ya han pasado a mejor vida como “Coliseo Equitativa”, “Cine Venecia”, “Cine Torrero”, “Cine Madrid”, “Cine Norte”, “Cine Oliver”, “Cine Coso” o el gran conocido “Cine Iris” que más tarde cambió su nombre por “Teatro Fleta”. De todos los inaugurados en la década de los años 50 solo permanece abierto con fines cinematográficos los “Cines Palafox” que abrió sus puertas en 1954 y que más tarde se unió a los cines «Dorado» y «Rex».

Los pequeños cines están siendo devorados por las grandes superficies tales como los “Cines Aragonia”, “Cinesa de Grancasa” , “Yelmo Cines de Plaza Imperial” o los recientes inaugurados “Cines de Puerto Venecia”. No solo ha cambiado la concepción de los cines con una única sala al formato de multicine. También, lo han hecho los edificios de estilos arquitectónicos concordes a los de la época en los que se encontraban las salas. Han modificado su apariencia y ahora forman parte de los centros comerciales como una zona más de ocio. Ahora, tan solo los “Cines Elíseos” y los “Cines Cervantes” continúan con el formato de una única sala y con propuestas que no ofrecen el resto de cines en la ciudad quienes apuestan por proyecciones más comerciales.

El cierre de este tipo de salas provoca de manera devastadora la desaparición prolongada de proyecciones de películas de cine de autor e independiente. A pesar de que Zaragoza cuenta con más de 80 salas de cine, la oferta de títulos en cartelera es menor a las décadas anteriores. Y es que, la mayoría de las exhibiciones cinematográficas en la capital aragonesa se repiten en casi todas las salas. El pasado mes de abril se cerró una de las principales fuentes de cine de autor e independiente, los “Cines Renoir Audiorama”. Las salas que empezaron a ofrecer este cine no comercial en enero de 1997 para suplir las carencias que dejaban el resto de salas en Zaragoza cerraron sus puertas por la falta de ingresos.

Un asiduo a los cines Renoir, Vicente Calvo, comenta la tristeza que le supuso el cierre del recinto. “Ha sido una gran pérdida para la ciudad. Era una gozada comprobar que sitios como este apostaban por el cine poco convencional y era todo un lujo disfrutar de ello. Ahora, tenemos que tirar de centros que proyecten películas independientes para solventar esta perdida”, señala Calvo, “esta crisis está haciendo mucho daño, y más al séptimo arte. Luego se pretende que la ciudadanía sea legal y que no descargue películas, pero no hay medios que faciliten las cosas. Se seguirá tirando de préstamos en bibliotecas», añade.

Asociaciones como APUDEPA (Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés) luchan por conservar el patrimonio comunidad aragonesa. Entre sus funciones está la de proteger los inmuebles que una vez acogieron a esos cines ya cerrados. Entre sus últimas intervenciones para proteger el patrimonio aragonés cinematográfico está su lucha contra el expolio de los “Cines Goya” situados en la calle San Miguel y que cerraron sus puertas al público el 30 de septiembre de 2005 y que finalmente fue derribado en 2008.


APUDEPA también apuesta por la restauración del “Teatro Fleta” que por desgracia continúa en obras tras gastar millones de euros en una rehabilitación que nunca llegó a darse. Desde su página Web ésta asociación apunta que: “El “Teatro Fleta” en Zaragoza es uno de los edificios más modernos y más importantes de Aragón y España y como tal se encuentra registrado en la “Fundación Internacional DOCOMOMO Ibérico” y protegido por la ley de patrimonio y la normativa urbanística vigentes”. Así pues llama a la ciudadanía para que aporte su granito de arena y apueste por la restauración del edificio declarado de Interés Arquitectónico por el Ayuntamiento de Zaragoza.

Informan: Lucía De la Sierra, Vanesa Ramos, Claudia Salte e Irene Villanueva

Universidad San Jorge