Por Beatriz Gandoua Morales y Montserrat Campos Ortiz
La integración de las nuevas tecnologías en la educación española ha mostrado avances recientes. El Instituto Nacional de Estadística (INE) reporta que, en 2024, el 95,8% de la población de 16 a 74 años utilizó Internet en los últimos tres meses, un incremento respecto al 95,4% registrado en 2023. Sin embargo, la tecnología en el aula también es motivo de preocupación. Se han generado debates sobre la posibilidad de que se amplíe la brecha educativa, especialmente entre estudiantes con menos recursos económicos.
Ángel Martínez León, jefe de estudios de educación infantil y primaria en el colegio Cristo Rey de Zaragoza, aborda esta preocupación destacando el potencial democratizador de herramientas como la inteligencia artificial generativa. Según Martínez León, si se implementa de manera responsable, la tecnología podría reducir las desigualdades al proporcionar a todos los estudiantes acceso a recursos educativos avanzados, que anteriormente solo estaban disponibles para quienes podían permitirse clases particulares o materiales específicos. Martínez León argumenta que la inteligencia artificial, disponible incluso en dispositivos móviles básicos, puede ofrecer soluciones personalizadas de aprendizaje, permitiendo que cualquier estudiante reciba apoyo adicional en sus estudios, democratizando así el acceso a la educación de calidad.
Además, Martínez León aborda cómo la IA está transformando el panorama educativo actual. Afirma que algunos están en pánico al ver que métodos tradicionales ya no son suficientes, mientras que otros vislumbran grandes posibilidades. Según él, el reto es generar dinámicas que permitan ir más allá de la simple copia de información, fomentando procesos de aprendizaje más complejos. Destaca que herramientas como ChatGPT son actualmente muy potentes para la educación, permitiendo realizar tareas administrativas, como la creación de grupos de trabajo heterogéneos, liberando tiempo para que los docentes se enfoquen en aspectos más enriquecedores de la enseñanza.
Por otra parte, Martínez León ofrece una reflexión sobre la resiliencia de los jóvenes en el contexto educativo actual. Según comentó en la red social X, antes Twitter: “Los jóvenes que algunos dicen que son de cristal, están resultando ser de diamante; porque no les ha tocado vivir en un mundo de diamante, viven en un mundo de cristal”. Esta analogía subraya la fortaleza y adaptabilidad de las nuevas generaciones frente a los desafíos de un entorno cambiante y, a menudo, frágil. La inteligencia artificial, en este contexto, se presenta no solo como una herramienta de apoyo, sino como un medio para fortalecer aún más a estos «jóvenes de diamante», brindándoles recursos que les permitan sobresalir en un mundo lleno de complejidades.
Mientras que la IA puede asumir tareas administrativas o repetitivas, el rol del docente en el proceso presencial sigue siendo insustituible, permitiendo una educación más personalizada y efectiva
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