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El pádel, de la jet-set a deporte popular

A comienzos de los años 70, la Costa del Sol se convirtió en el paraíso del turismo mundial. La jet-set llegó en yate a Marbella e importó un juego procedente de Acapulco que pronto se popularizó en el resto del país. Una pista entre cuatro paredes, una pala y unas bolas de goma constituyen el secreto de este deporte. Cuatro décadas después, el pádel es la segunda disciplina más practicada en España después del fútbol.

La procedencia del pádel es un tanto incierta, si bien todos los indicios señalan al mexicano Enrique Corcuera García Pimentel como inventor de este deporte. Para remontarse a sus orígenes no es necesario retroceder demasiado en el tiempo. En 1974, Alfonso de Hohenlohe, amigo del precursor, lo importó a España y construyó las dos primeras pistas en el Marbella Club. La jet-set lo adoptó como juego propio y pronto comenzó su expansión por el resto del país. Otra de las teorías apunta a que el pádel pertenece a una serie de juegos adaptados que se practicaban en los barcos ingleses para divertimento de los pasajeros.

Según la primera hipótesis, su origen data de finales de los años sesenta, pero no es hasta los noventa cuando se empezó a hablar popularmente en España de pádel. Su auge llegó en la última década. En la actualidad es uno de los deportes con mayor número de practicantes.

Óscar Cebollero, presidente de la Federación Aragonesa de Pádel, explica que la pasión será aún más fuerte en el futuro debido a sus características: “Es un deporte muy competitivo y muy social al juntarse cuatro jugadores. Además se trata de un juego que se puede disfrutar desde niveles muy bajos. A niveles altos es muy exigente porque requiere mucha velocidad debido al reducido tamaño de la pista”, señala Cebollero.

http://youtu.be/Ql_Q0PKdoj0

Además, pese a su fama de «deporte elitista”, es una práctica que todo el mundo puede permitirse económicamente: “Se trata de un disciplina barata en la que sólo se necesita una pala y unas zapatillas como las de tenis”, explica Cebollero, quien añade que el resto es alquiler de pistas, cuyo precio no suele ser muy caro.

Pedro Sala, coordinador y gestor de Pádel Zaragoza, añade la facilidad que dispone la gente para practicar este deporte. «Puede haber personas con un nivel económico bajo que se intentan amoldar a las tarifas más baratas. Es un factor que depende de cada persona, pero se puede jugar por menos de 10 euros. En mi opinión, un precio bastante asequible”, señala Sala.

El éxito ha desbordado las previsiones más optimistas. Según Cebollero, “ha sorprendido que haya explotado tanto en tan pocos años”, hasta el punto de ser noticia en Lituénigo, una localidad zaragozana de 125 habitantes, por la construcción de una pista de 300.000 euros, 120.000 de los cuales corrieron de la cuenta de las arcas del pueblo. El alto coste del plan levantó polémica, pero desde el Ayuntamiento hablaron de un proyecto que podía traer interesantes bonificaciones paa la comarce de Tarazona y el Moncayo.

Casos como el del pequeña localidad zaragozana demuestran la rentabilidad que está suponiendo construir pistas de pádel, dada su expansión por todo el país y su gran popularidad. Sala explica este fenómeno: “Una de las razones principales del crecimiento es que no requiere grandes condiciones físicas. Es un deporte muy sociable y además es bastante fácil de mejorar con la práctica. En España,  actualmente, juegan al pádel cerca de 2 millones de personas. Esta cifra lo sitúa en el segundo deporte más practicado en nuestro país después del fútbol”.

Gabriel Alonso, director deportivo de Stadium Venecia, apunta en la misma dirección: “No es una moda que vaya a durar cuatro días, no exige tanto como el tenis ni es tan agresivo como el fútbol, es un deporte perfecto para disfrutar del aire libre”. Según Sala, en una semana pueden llegar a jugar unas 1.500 personas, por lo que el mantenimiento y cuidado de las pistas es una tarea muy importante.

A nivel universitario también se ha notado la fiebre por el pádel. Óscar Buj, responsable del servicio de actividades deportivas de la Universidad San Jorge, afirma que, hace cinco o seis años, el pádel era un deporte que apenas gozaba de interés. «Los alumnos alquilaban pistas y jugaban. Este año hemos preparado la sección de este deporte de una forma más organizada. Se pueden reservar  las pistas entre semana y además, por primera vez,  hemos creado una competición interna”, señala. De hecho, Buj recalca la importancia que ha adquirido el pádel en los últimos años. Otros deportes con raqueta, como el tenis o el frontón, han sufrido un notable descenso en lo que a número de reservas se refiere. «Este curso hay en torno a veinte profesores que cada semana juegan al menos un partido», señala Buj.

Miguel Ángel Ortega Zayas, entrenador de tenis y pádel, ha colaborado también con la Universidad San Jorge y desde siempre apostó por el pádel. Afirma que, al principio, se pensaba que sería “una moda pasajera”, pero se ha visto que es “un deporte en auge”.

Esa “moda pasajera” que llegó a comienzos de los años 70 a la Costa del  Sol ha echado raíces en nuestro país. Las numerosas pistas construidas en un corto espacio de tiempo en Zaragoza confirman el auge de este deporte.

 

Informan: Carlos Ciria, Manuel González, Andrea Ramos y Luis Millán.

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