Entrevistas

Eva Azcárate, propietaria del restaurante Bermellón: «Quien pide a Glovo, sacrifica buena comida a cambio de comodidad»

La hostelería tradicional ha sido uno de los campos más afectados tras la llegada de estos nuevos métodos de reparto a domicilio. El ciudadano medio prefiere la tranquilidad de su casa a ir a un restaurante. Eva Azcárate parece ser una de las pocas personas que no ha caído en las redes de estas empresas y se mantiene fiel a lo que ella cree que está bien.

¿Por qué no contratáis los servicios de estas empresas?

Porque no puedo contratar a más personal para que se dedique a preparar únicamente los pedidos de Glovo. Eso lo realizan los restaurantes grandes, las cadenas, porque pagan muy poco a sus trabajadores y por eso tienen más. Los restaurantes pequeños no podemos asumir atender a los clientes que tenemos en el establecimiento y a los que pedirían por Glovo.

¿Pero realizáis encargos a domicilio?

No. Este es el mismo motivo por el que no realizamos pedidos para llevar, aunque vengan a recogerlos al propio establecimiento, nos colapsan el trabajo de cocina. Lo hemos intentado, pero no se pueden realizar las dos cosas a la vez sin necesidad de más personal dedicado exclusivamente a los pedidos. Y para que fuese rentable deberían de encargarnos un volumen de pedidos muy grande, además de crear las infraestructuras necesarias: una cocina más grande, cuarto de envasado…

¿Crees que estas empresas os pueden quitar mercado? ¿Qué es uno de los motivos por los que cierran tantos establecimientos?

No, los establecimientos cierran por presión fiscal en la mayoría de los casos, pagamos muchos impuestos.

¿Crees que de aquí a unos años los restaurantes se van a a ver obligados a tener reparto de comida a domicilio? ¿Qué se está convirtiendo en un servicio más de los restaurantes?

No. Porque el ritual que conlleva comer fuera de casa. Que la gente se arregle para salir y relacionarse con conocidos, salir de las cuatro paredes de casa, de la rutina, para desconectar… Además, la gente no se va a conformar con comer siempre comida de baja calidad, que suele ser la que reparten glovo. Es inviable comer, por ejemplo, una carne en su punto, un pescado recién sacado de una parrilla y un postre adornado adecuadamente, o un vino a su temperatura ideal, mediante este sistema de repartos.

¿Crees que es una moda estas aplicaciones? ¿O que han llegado para quedarse?

No es una moda, es un servicio para la gente que ya consumía comida con muy poca elaboración. Un público que ya existía pero que antes salía más de casa. Por supuesto, han llegado para quedarse.

¿No crees que es una buena solución para personas que no pueden salir de casa por diferentes motivos y/o no pueden cocinar? (movilidad reducida, edad, falta de tiempo…)

No. Ya existe un servicio de catering de los servicios sociales de los ayuntamientos en el caso de las personas necesitadas, con problemas de movilidad o mayores. Y en muchas empresas de comida preparada, también lo llevan a domicilio.

Además, personas que realmente necesitarían este servicio, como los mayores, no saben utilizar el móvil o el ordenador para realizar pedidos. Ni su mentalidad está preparada para recibir a un extraño cada día.

¿Te han preguntado muchos clientes si tienes estos servicios o te lo han pedido?

Nadie.

¿Por qué crees que tus clientes no te lo han pedido?

Porque nuestra cocina no es comida de cadena, no elaborada por una persona con su estilo, como hamburguesas, comida italiana, kebab…, que es la que se suele pedir a domicilio. Son comidas sencillas para llegar y calentar. Sin expectativas de sabor o sello personal de cocinero.

El cliente que pide a glovo sacrifica buena comida a cambio de comodidad.

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