Entrevistas

Xavi Aguado: “Víctor Fernández me hizo ver el fútbol de otra manera”

Nació en Badalona el 5 de junio de 1968. Es el jugador que más ocasiones ha vestido la camiseta del Real Zaragoza, pero curiosamente ostenta también el récord de expulsiones en un terreno de juego.

Javier Oliván.- ¿Tan al límite iba del reglamento?

Xavi Aguado.- Yo creo que no. Curiosamente cuando batí el record, Canal + me hizo un reportaje y muchas jugadas en las que fui expulsado eran por protestar, manos, o faltas siendo el último hombre. Mucha gente te tilda de jugador violento al ver el registro de expulsiones, pero siempre he sido un jugador muy limpio. Lo que pasa es que en aquel momento se introdujo la famosa norma de expulsión cuando era el último jugador, y creo que eso me perjudicó.

J.O.- A nadie que le nombres a Xavi Aguado le viene a la cabeza un jugador violento…

X.A.- Nunca me ha gustado entrar fuerte o violento. A veces tienes que hacer falta por la posición que ocupas, aunque muchas veces los árbitros, que luego me lo han reconocido, han cometido algún exceso conmigo por ser muy joven porque la mayoría de expulsiones fueron en mis inicios.

J.O.- Sergio Ramos está a solo dos expulsiones de igualarle el record…

X.A.- Sí, Sergio Ramos es un jugador parecido a mí. Rápido, fuerte… sus expulsiones me recuerdan bastante a las mías. Hacía una falta que quizás no era ni amarilla, y la siguiente te pegaba en la mano y te expulsaban. Yo creo que muchas veces los árbitros tienen que medir las tarjetas y, sobre todo, crear un baremo donde se juzgue a todos por igual.

J.O.- Fue defensa central y marcó 29 goles…

X.A.- Yo creo que eso destaca un poco el perfil de jugador ambicioso que siempre he sido, ha habido años que hasta he hecho cinco goles. En la final de la Recopa hice un poste y en la final del 2001 tuve la suerte de marcar un gol; siempre me ha gustado en las jugadas de estrategia subir a hacer gol.

J.O.- ¡Vaya balón le puso el “Toro” Acuña en esa final de 2001 contra el Celta!

X.A.- El otro día que hicieron un reportaje de lo que se alzó Cristiano Ronaldo contra el Manchester, yo me acordaba del salto ese que hice que siempre he comentado que tenía a todo Aragón abajo impulsándome. La clave fue el balón del “Toro”, venía muy tocado, muy fuerte y solo tuve que cambiar la dirección.

J.O.- Sus inicios están lejos de aquí, debutó con el Sabadell en el año 88…

X.A.- Yo estaba en el Badalona en el año 87 sin prácticamente ningún tipo de ambición de llegar a 1ª División, y tuve la fortuna de que Toño de la Cruz en aquel momento me hizo una prueba y conseguí pasarla. Ahí empezó todo. El hecho de estar en Sabadell dos años me ayudó mucho a conocer el fútbol profesional en el que hay mucha competencia y tienes que esforzarte al máximo.

J.O.- Sin embargo, en el año 90 llegó a Zaragoza, gracias en parte a Enrique Orizaola y al servicio militar.

X.A.- En aquel momento fue una tragedia venir a Zaragoza. Yo estaba jugando en el Sabadell y venir aquí me trastocaba bastante el futuro. Tuve la fortuna de que Enrique Orizaola, gran ojeador, me quiso para una temporada cedido y ahí tuve otra de las fortunas, ya que en el primer partido se lesionaron los dos centrales titulares, Juliá y Fraile.

J.O.- El día de su debut terminó con una derrota (0-1) ¿Qué recuerda de aquel día?

X.A.- Lo recuerdo con muchos nervios. La tarde del sábado, que ya sabía que iba a debutar en 1ª División, se me hizo muy larga. Era un partido importante, el debut en casa, tener que jugar delante de la afición… y me salió buen partido. Desafortunadamente, un gol de Sarabia nos condenó. Fue un año de aprendizaje, ya que la mayoría de jugadores éramos nuevos.

J.O.- Esa inexperiencia provocó que el equipo terminase jugando la fatídica promoción con el Murcia.

X.A.- Eso no se lo recomiendo a nadie. He jugado muchas finales y una promoción creo que es lo peor para un futbolista, sobre todo cuando la juegas en 1ª división. Nosotros estábamos muy mal porque perdimos en Cádiz, el Murcia venía muy bien y el partido que tuvimos en La Condomina fue terrible. La vuelta fue espectacular con miles de personas más de las que permite el aforo de La Romareda, para mí es un recuerdo imborrable.

J.O.- ¿Qué entrenador le ha marcado más en toda su carrera?

X.A.- A mí me hizo ver el fútbol de otra manera Víctor Fernández. Me marcó mucho porque en aquella época salíamos siempre a ganar, esa mentalidad ganadora me la inculcó él. Otro entrenador que me ha marcado mucho, sobre todo a nivel humano, es Juan Manuel Lillo, que a pesar de que aquí no es muy buen recordado, me ha dado unos consejos tanto en el fútbol como en la vida que todavía guardo.

J.O.- ¿Con qué se quedas de toda su estancia en el Real Zaragoza?

X.A.- Con el momento que salió José Luis Violeta a darme el trofeo al jugador que más veces ha jugado en el Real Zaragoza. Batir a una leyenda como José Luis Violeta fue un sueño y la verdad es que fue muy duro conseguirlo.

J.O.- ¿A qué compañero recuerda con más cariño?

X.A.- Desafortunadamente al que ya no está entre nosotros, Sergi López. Hicimos una amistad tremenda y me ayudó mucho. Él venía de jugar en el Barça y tenía mucha más experiencia que yo, y esa amistad se grabó a fuego.

J.O.-  ¿Quién fue el rival que protagonizaba sus pesadillas?

X.A.- Ronaldo y Romario en aquella época estaban a un nivel altísimo y cada vez que jugabas contra ellos eran muy difíciles de marcar. Eran futbolistas muy potentes y muy rápidos, creo que si hubieran tenido más continuidad hubieran adquirido una mayor relevancia a nivel mundial porque. Son de lo mejor que he visto.

J.O.- Hablar de Xavi Aguado y no nombrar a Rafa Guerrero…

X.A.- Fue una anécdota que todavía perdura. Sé que es una jugada que me va a perseguir hasta el final. Es una anécdota muy curiosa y que me permitió conocer a una bellísima persona como es Rafa Guerrero. Creo que se le ha tratado injustamente. Él me agradeció mucho que después del partido saliera a defenderle. Se equivocó en una jugada puntual, pero no por ello vamos a fustigarlo. Desde aquel día nos conseguimos los teléfonos y nos llamamos, coincidimos en León en una peña y guardo grato cariño hacia él, en especial unas tarjetas que me regaló dedicadas.

J.O.- ¿Se arrepiente de algo en estas 13 temporadas?

X.A.- No, posiblemente lo único que me pueda arrepentir es de no haberme operado de la lesión. Lo hecho, hecho está.

J.O.- ¿Tiene una espinita clavada en su carrera por no haber ido a la Selección?

J.A.- Sí, yo creo que todos los que no hemos ido la tenemos. Los compañeros que han tenido esa fortuna te comentan que es algo muy especial. Defender a tu país yo creo que es lo más grande del mundo. Aquel año de la Recopa yo creo que merecía ir más gente de aquel equipo legendario, tan solo fue Belsué y “paquete” Higuera.

J.O.- ¿De no haber sido futbolista, que hubiera sido Xavi Aguado?

J.A.- Yo empecé a estudiar informática en Barcelona. Al llegar aquí empecé a estudiar empresariales, acabé la carrera y creo que hubiese sido un empresario.

J.O.-  También hizo sus pinitos en el mundo de la canasta…

X.A.- Sí, en aquella época el DKV Joventut estaba en auge. Mis padres cambiaron la residencia de Badalona, y al ir a vivir a las afueras con 14 años, no pude seguir entrenado con regularidad. Sí que reconozco que soy un baloncestista frustrado.

J.O.- ¿Sufre viendo jugar a su hijo?

X.A.- Sí. Intento moderarme porque evidentemente no puedes gritar ni chillar, ya que estás muy mirado. Trato de evitar hacerle correcciones porque para eso está el entrenador. Lo que quiero es que disfrute, que se lo pase bien y que vaya creciendo.

J.O.- ¿Algún entrenador le ha pedido que se metas a entrenar con ellos un día?

X.A.- Sí, me pasó en el Stadium Casablanca con un entrenador que no podía ir un día a entrenar. Me comentó si podía ir yo y la verdad es que fue muy bonito. A mí me gustaría entrenar, no solo a mi hijo, sino a chavales. Pero ahora con las cosas que estoy haciendo dispongo de muy poco tiempo.

J.O.- ¿Veremos algún día a Xavi Aguado sentado en el banquillo del Real Zaragoza?

X.A.- A corto plazo no. Cuando mis hijos cumplan años y ya pueda desplazarme y ver otras culturas, a mí me gustaría formarme y quizás en un futuro no lo descarto, pero a corto plazo es difícil porque necesitas de un periodo de formación del que ahora no dispongo.

Informa: Javier Oliván

Universidad San Jorge