Deporte y Coronavirus: Bandera roja en todo el deporte universal

      Continúan tras la pandemia:                                                                                                                                                                                  No competirán más este curso:       

El 13 de marzo, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, decretaba el Estado de Alarma en todo el país. Una situación única que paralizaba todas las actividades consideradas ‘no esenciales’ y con ello, todas las distintas modalidades deportivas.

Como si se tratara de una bandera roja en plena carrera de Fórmula 1, el coronavirus (también conocido como COVID-19), detuvo en seco todo el deporte del planeta y por ende, el deporte aragonés, que es el que nos centramos en este trabajo.

Ante esta situación, tocaba agudizar el ingenio, entrenar en casa, tratar de hacerse con una bici estática/rodillo y convertir tu lugar de residencia en un pequeño gimnasio. Más de tres meses después, el deporte y la ‘nueva normalidad’ están regresando, sin embargo, nada volverá a ser como antes al menos hasta un largo tiempo y la interrupción del deporte, según la agencia de marketing deportivo «Two circles», la industria deportiva mundial  perderá más de 60000 millones de los 129000″ que se preveían como ingresos.

Por un lado, la mayoría de los deportistas aragoneses se han quedado sin competición al menos hasta septiembre.

Por la otra parte, los tres únicos equipos que siguen en competición (Real Zaragoza, SD Huesca y Casademont), lo hacen en un escenario totalmente distinto, con todas las medidas de precaución y sin público.

Algunas personas siguen cuestionando por qué se juega sin afición. La respuesta es clara: por negocio, por dinero y por supervivencia. Según el periódico Mundo Deportivo, cancelar la competición suponía perder un 20% del negocio (cerca de 700 millones entre primera y segunda división).  Y dice este mismo medio, que más del 90% de los ingresos que tiene un club de la LFP (Liga de Fútbol Profesional), dependen de la televisión. En resumidas cuentas, suspender era un auténtico drama.

La COVID-19 ha cambiado nuestra vida y por ende, también la del deporte aragonés que tendrá que adaptarse. No podemos saber a ciencia cierta como afectará a cada deporte, a cada profesional y a los equipos, pero sí, que la situación será distinta, de hecho, ya lo estamos notando. Este mismo sábado, de más de 25000 personas que hubieran acudido a La Romareda, a jugar a puerta cerrada con tan solo unas pocas decenas de personas entre jugadores, entrenadores y profesionales de la comunicación.

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