Rosa María Calaf, veterana corresponal de TVE, visitó el pasado martes 7 de febrero el museo Alma Máter, para recibir el premio “Comunicar con Valores 2017”, primera edición de este galardón otorgado por la Archidiócesis de Zaragoza, con el fin de “reivindicar el inmenso poder de la comunicación social para promover la felicidad del ser humano y su realización personal”. Un premio que, según sus organizadores, buscaba un comunicador que encarnara en su labor el servicio a la dignidad de los derechos humanos, un compromiso ético y la defensa de los valores evangélicos. También se obsequió a la galardonada con una serigrafía numerada de la obra “Obertura para un museo”, de la monja Isabel Guerra, conocida como “la monja pintora”.
Por Rebeca Oliva
Rosa María Calaf cuenta con infinidad de galardones, pero, según ella, Comunicar con Valores “no es un premio de periodismo corriente”. Teniendo en cuenta el estado del periodismo actual, manifestó que le ha sorprendido que se premiase lo que «deberían hacer obligatoriamente los periodistas de hoy en día». Por esa razón, enfatizó que el premio “es una gran responsabilidad porque no se puede defraudar a la sociedad, por ello habrá que continuar peleando para transmitir unos valores adecuados en la Comunicación”.
«El periodismo abusa de la agenda política y mediática
dando paso a una visión mercantil y capitalista de la profesión»
Una proyección del cielo estrellado recibió a la invitada nada más entrar en el museo Alma Máter. Se trataba de un cortometraje holográfico sobre la construcción de la Basílica del Pilar. Toda la sala se cubrió de una cerrada noche, en la que la Virgen María ofrecía al apóstol Santiago el pilar con el cual debía construir la basílica, hoy icono y referencia del estilo arquitectónico barroco. Durante toda la visita, José María Albalad, profesor de Ética de la Universidad San Jorge, y miembro de la Delegación de Medios del Arzobispado de Zaragoza, acompañó a Calaf. Albalad expresó su admiración hacia la invitada describiéndola como una persona sensata, audaz, cercana, humilde y con criterio. “Se trata de un referente que alienta el compromiso entre tanta indiferencia”, afirmó.
Tras el recorrido por el museo, se procedió a la entrega del premio. Los asistentes, la mayoría personas vinculadas al mundo de la Comunicación, esperaban pacientes en la sala de conferencias del museo. Nada más entrar en la sala, el público acogió a la premiada bajo un caluroso aplauso.
Rosa María Calaf aseguró que se encontraba abrumada y expuso que “era necesario que se crease un premio de tales características porque es como una llamada de atención para rescatar los valores que vamos dejando por el camino”.
La galardonada defendió que en el trabajo periodístico “se ha de seguir teniendo en cuenta la dignidad de las personas y actuar por lo justo”. También expuso la necesidad de informar otorgando contexto a las noticias puesto que facilita la comprensión de las mismas y la situación por la que suceden.
«Se ha de seguir teniendo en cuenta la dignidad de las personas y actuar por lo justo»
La experimentada periodista denunció que hoy permanecemos atrapados en un mundo de pantallas y que, aunque tengamos a nuestro alcance una gran cantidad de información, estamos “peor informados que nunca”. Por ello, los periodistas no han de supeditar la información a la tecnología. Es es la tecnología la que tiene que ayudar al acceso y obtención de la información, dijo.
Agregó que “ hoy en día se prefiere lo que impacta sobre lo que importa y, además, el periodismo abusa de la agenda política y mediática dando paso a una visión mercantil y capitalista de la profesión”. Además, resaltó la idea de que la información como negocio es un gran riesgo para la sociedad porque es un bien “frágil y preciso”. Como resultado de la compra y venta de informaciones, la sociedad consume “información pre-cocinada” y, por ello, cada uno de nosotros ha de “aprender a interpretar los medios y mensajes como quien aprende a hablar”.
Durante el encuentro, Calaf también remarcó la importancia de la labor periodística. “Sin unos valores esenciales y universales es difícil construir una sociedad sana. Para edificar “un mundo mejor es necesario que los periodistas transmitan valores a la sociedad puesto que son su referencia».
La veterana informadora sostuvo que recuperar la ética perdida constituye un gran reto para los periodistas, por el valor de servicio a la sociedad que realizan, .
“Las palabras no son inocentes”, aseguró Calaf, y añadió que “los medios influyen por lo que dicen y por lo que no dicen. Determinan lo que de debemos pensar. Se necesita un buen periodismo que exija responsabilidad social, puesto que los periodistas se encuentran al servicio de la sociedad».
Calaf enfatizó que debemos abandonar el info-entretenimento porque la gente cree estar informada cuando solo está entretenida. “Recibir información es un derecho, pero recibir buena información es una obligación”, manifestó.
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