Con motivo del Día Internacional de la Violencia de Género, la Casa de la Mujer de Zaragoza organizó un programa de actividades previsto para la ocasión. Este año se hizo especial hincapié en las redes sociales, el ciberacoso y la sextorsión, con el objetivo de concienciar a los más jóvenes. Además, Gema Rupérez, una artista Zaragoza, expone estos días su obra “Sobre la superficie” en La casa de la mulas instalaciones de la organización, donde el pasado 22 de octubre se rindió homenaje a las 43 mujeres muertas por violencia de genero este año.
La violencia de género continúa presente en nuestra sociedad y sigue sumando víctimas. Mujeres de todo el mundo sufren situaciones de control, humillación, acoso y agresiones machistas. Una realidad que afecta a mujeres de cualquier edad y condición y que refleja la permanencia de la desigualdad en las relaciones entre hombres y mujeres.
La Casa de la Mujer lleva trabajando más de 30 años para ayudar a las mujeres aragonesas y en lo que va de año ha atendido a más de 800 mujeres por diversas causas. El 25 de noviembre, en conmemoración del Día Internacional Para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, la Casa de la Mujer hace hincapié en las redes sociales, un medio que ofrece posibilidades novedosas de comunicación y de relación y que se han convertido en un atractivo escenario en el que se producen manifestaciones de violencia sexista: ciberacoso, sexting, grooming.
Además, las estadísticas revelan que las principales afectadas son las mujeres jóvenes y adolescentes, que en mayor medida sufren estas nuevas formas de violencia: la violencia de género en la red.
Pilar Maldonado, directora de la Casa de la Mujer de Zaragoza explica que “actualmente solo el 25% de las chicas jóvenes perciben las primeras señales de violencia, y el principal problema está en que lo comparte con sus amigas que tienen la misma o menos experiencia que ellas”.
Por este motivo se ha dedicado un especial interés a la realización de charlas preventivas y formativas contra la violencia de género en diferentes centros de enseñanza de Zaragoza. En ellas se ayuda a las adolescentes a aprender a auto-protegerse, ya que muchas veces son las propias victimas las que se exponen en la red.
La jornada del 22 de octubre finalizó con un acto en homenaje a las 43 mujeres muertas por la violencia de género que tuvo lugar en la sala Juana Francés de la Casa de la Mujer, donde se encendió una vela en conmemoración a cada una de las víctimas. Al acto asistieron representantes de la organización, diversas mujeres entregadas a la causa y el Consejero de Acción Social, Roberto Fernández, quien pronunció unas palabras de consuelo y agradecimiento a la labor de la institución. “Aquí se les da un apoyo intensísimo, que es un esfuerzo que hace el Ayuntamiento en relación con un problema que nosotros hemos detectado que es muy importante para que las mujeres en general, que son el sujeto mas importante de la violencia de genero tenga un sitio donde apoyarse, encontrarse y donde tener unos recursos que ponemos a sus disposición”, declaró el consejero.
El Ayuntamiento de Zaragoza tiene varios programas con los que trabaja para ayudar a este colectivo. De apoyo psicológico, de vivienda (del que se vieron beneficiadas 19 el año pasado) y de integración en el mercado empresarial entre otros. “Hay que animar a la gente a que denuncie estos casos y contacte con los profesionales para poder trabajar en una línea integral contra este problema”, explicó el Consejero de Acción Social.
Sobre la superficie
Desde el 30 de octubre la artista zaragozana Gema Rupérez expone en la sala Juana Francés de La Casa de la Mujer su trabajo “Sobre la superficie”. Un conjunto de ocho obras donde la idea de lo acogedor y lo doméstico se convierte en algo opresivo e incluso violento y que tiene como tema central la violencia de género. La joven artista comenta que “lo verdaderamente importante no es el mensaje que quieren transmitir si no lo que cada uno percibe de la misma”.
La exposición está formada por ocho obras con las que Gema ha querido expresar un dilema íntimo, político y crucial: la importancia de una cierta iconoclastia del cuerpo maltratado que retorna siempre como un trauma espectral. Dos de ellas fueron creadas especialmente para la exposición. Una de ellas, compuesta por varias camisas de hombre, reflejan la esperanza de la liberación que sí existe para algunas mujeres. La otra, un vídeo con el que finaliza la exposición, muestra a una mujer encerrada en una caja de cartón, la angustia y desesperación la dominan y no encuentra salida.
Gema Rupérez se siente identificada con el problema de la violencia de género y por ello quiso colaborar con su exposición. “Mi trabajo tiene un punto femenino pero no un único sentido”, explicó Gema.
Algunas de sus obras son las siguientes:
Día Internacional de la violencia de género: ¿Por qué el 25 de noviembre?
El día 25 de Noviembre de 1960 fueron asesinadas en la república dominicana tres de las cuatro hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa Mirabal) a manos de un sicario enviado por el dictador Rafael Leónidas Trujillo, por oponerse a dicha dictadura. La cuarta hermana (Dedé Mirabal) no sufrió este destino dado que no se involucró en esta oposición clandestina.
El 18 de mayo de 1960, las hermanas Minerva y María Teresa habían sido juzgadas en Santo Domingo, al igual que sus esposos, por atentar contra la seguridad del estado dominicano. Se les declaró culpables y fueron condenadas a tres años de prisión, inmediatamente todos comenzaron a purgar sus penas, pero ellas no durarían mucho en la cárcel.
Trujillo en un gesto de generosidad dejó a las mujeres libres y poco menos de un mes después se descubrió que su actividad clandestina en contra del gobierno establecido no había tenido final. Por ello, el dictador ordenó al General Pupo Román realizar un plan para hacer desaparecer definitivamente a las Hermanas Mirabal. La primera medida que tomó Pupo Román fue el traslado de los presos a la cárcel de Salcedo, pues de este modo no tendrían que realizar largos viajes a la cárcel de La Victoria, que era donde cumplían sus penas los esposos.
Torres Tejada se dirigió a Santiago y le dio las instrucciones al jefe del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) en la zona norte, el entonces Teniente Víctor Alicinio Peña Rivera y según escribe en su libro el propio Peña Rivera, éste le expuso el plan de la siguiente manera: «Vengo de parte del ministro de las Fuerzas Armadas, General Román, para que dispongas el traslado a Puerto Plata de los esposos de las Hermanas Mirabal, la justificación del traslado será el descubrimiento de armas clandestinas dirigidas al movimiento que ellos encabezan, la idea es que ellos nos ayuden a determinar si las personas apresadas las pueden identificar como miembros del movimiento, una vez terminado esto les puedes decir que serán regresados a Salcedo de nuevo. Una vez trasladados les prepararás una emboscada en la carretera a las Hermanas Mirabal, deben morir y se simulará un accidente automovilístico, ese es el deseo del jefe».
Se llevaron a cabo tres intentos para asesinar a las hermanas pero finalmente se produjeron los hechos el 25 de noviembre. Inicialmente las asesinadas debían ser Minerva y María Teresa pero ese día les acompañaba en el coche otra de sus hermanas, Patria, quien sufriría también las consecuencias de la decisión del dictador.
La reconstrucción de los hechos de ese día podrían resumirse en que las tres mujeres y el chófer salieron rumbo a Salcedo. Ya fuera de Puerto Plata, se desplazaron por la carretera y al llegar al puente de Marapica, fueron detenidos por cuatro hombres en medio del puente. Las tres mujeres fueron obligadas, a punta de pistola, a subirse al asiento trasero del vehículo de sus verdugos. Los dos vehículos entraron al patio de una casa. Las hermanas y el chófer fueron llevados a la fuerza por los sicarios dentro de la casa. De inmediato Peña Rivera hizo una señal a de la Rosa, sargento de la operación y uno de los sicarios, para que actuaran. Entró a la casa con las tres hermanas y el chófer y los repartió entre sus otros tres compañeros que debían llevar a cabo la ejecución ahorcando las víctimas. Después de que su respiración estaba en fase final las apalearon hasta morir para luego introducir los cuerpos en el coche y simular un accidente de tráfico. El sargento de la Rosa se dirigió entonces al aposento donde estaba Peña Rivera y le dijo: «Señor, misión cumplida».
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