Alberto Artero, director general de ‘El Confidencial’, el primer diario digital nativo de España, ha sido el encargado de pronunciar la ponencia inaugural. Este medio cuenta con más de 6.500.000 usuarios únicos y ha multiplicado por tres su base de usuarios únicos en los últimos años. Asimismo, su facturación ha crecido un 20% en el último año. Los datos demuestran que se están acercando a otros diarios como ‘El País’, ‘El Mundo. “Trabajamos desde la humildad y las ganas de aprender para consolidarnos como los números uno. “El Confidencial es un proyecto con alma, una empresa con conciencia”, asegura.
Artero aspira a que ‘El Confidencial’ reconcilie al periodismo con la ciudadanía. “Queremos que todo el mundo se sienta acogido. Por ello, hemos renunciado a la línea editorial”, sostiene. Este director general afirma que la empresa fue creada por un grupo de amigos buscando un ideal. Por ello, dice: “No pretendemos hacernos ricos”.
“Primero va la información, luego todo lo demás. Tenemos que llevar todo a lo que los demás no se atreven. Tenemos que publicar lo que los demás no publican porque no se enteran y hacerlo de manera distinta. Todo ello con rigor y la responsabilidad”, explica, y añade: “Tenemos la obligación de sorprender a los lectores y marcar agenda. La gente va a otros medios a informarse y viene a ‘El Confidencial’ a buscar información. Se logra a través de la apuesta por los periodistas y un crecimiento sostenido”.
Este proyecto coral se caracteriza por tener unos lectores influyentes: deciden y prescriben. Buscan la excelencia y tienen poco tiempo. No toleran el intrusismo y son fácilmente monetizables. Además, el 65% de ellos recurren a este medio habitualmente. “El Confidencial es un modelo rentable desde el segundo año (2002). Las claves: “No asumen riesgos, solo asumen un 10% de riesgo cada año. Los socios somos muy cutres, seguimos una política de austeridad total, llevamos tres años sin repartir dividendos, todo se reinvierte en la empresa. Inyectamos dinero cuando es necesario y mantenemos siempre una tasa de tesorería muy alta por si la publicidad se cayera”, aclara Artero.
El Confidencial ha demostrado que se puede vivir solo de publicidad siempre que se consigue una audiencia lo suficientemente segmentada, se logre una recurrencia, se mantenga una adecuada política de precios, se cuide el ecosistema, se siga una política de austeridad empresarial, se supere el legacy (los costes estructurales) y se eviten las distracciones megalómanas.
Informa: Jorge Lisbona
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