Empieza el partido y el terreno de juego se convierte en un campo de batalla. Desde el primer instante en el que da comienzo la acción se puede percibir como el deporte se ha convertido en el sustituto civilizado de la guerra. Este hecho se ve reflejado en el lenguaje empleado en las retransmisiones deportivas, que se caracteriza por el empleo constante de términos y expresiones relacionadas con los combates.
Blanca García Pulla
Desde el siglo XX hasta la actualidad, se puede conocer gracias a las hemerotecas la estrecha relación que existe entre el deporte y la guerra. Esto se debe a que el vínculo se muestra especialmente en el periodismo, ya que se puede encontrar léxico bélico en cualquier crónica, reportaje o artículo que narre un acontecimiento deportivo.
Ni las palabras que se podrían pensar más normales, por la costumbre de escucharlas, como son ataque o defensa se libran de ese connotativo sentido hostil. ¿Por qué se ataca o se defiende en vez de jugar el balón o recuperarlo? Los fans de cualquier deporte están acostumbrados a escuchar o leer términos como héroe, verdugo, artillería, matanza, bombardeo, choque de titanes o masacre, pasando por alto su marcado carácter bélico.
De acuerdo con el psicólogo deportivo, Antonio Piñeiro, el uso de este tipo de vocabulario se debe a que la mayoría de los deportes tradicionales fueron presentados en España por los militares, y los transmitían de la forma en la que ellos se sabían expresar. De este modo, se fue adaptando el léxico a los demás deportes que llegaban al país.
“Escribir sobre deporte es mucho más difícil que escribir declaraciones de políticos”
Orfeo Suárez
“A veces en el periodismo deportivo se utiliza el lenguaje bélico, y por ello se tilda de espectáculo, pero se hace porque se emplea siempre la metáfora”, explica Orfeo Suárez González, jefe de deportes del diario El Mundo. Se poetiza todas las jugadas como si fueran las hazañas de los grandes héroes del pasado, y se llega a ver a los jugadores como soldados que luchan juntos por su ejército. El uso de esta figura retórica sirve para comparar las guerras y conflictos del pasado con cualquier enfrentamiento de fuerzas que se de en el fútbol, tenis o baloncesto.
El hecho de que se utilice de forma reiterada la metáfora se debe a que la competencia en el mundo del deporte es muy grande y se necesita tener todo al instante. Hay que tener en cuenta que se tiene que contar algo que a la vez están contando otros medios, así que hay que hacerlo de una forma diferente y que llame la atención. La imaginación será clave, porque además de competir contra otros canales o periódicos, hay que narrar algo que ya se ha visto en repetidas ocasiones. El espectador ya habrá visto el partido, los resúmenes y puede que alguna tertulia, así que habrá que buscar las palabras para volver a contar de forma diferente. “Escribir sobre deporte es mucho más difícil que escribir declaraciones de políticos”, concluye Orfeo Suárez.
“El uso de un lenguaje bélico en el deporte incita a la violencia”
Antonio Piñeiro
“El deporte y la guerra mantienen una identidad en torno a un sistema binario en el cual hay alguien que gana y alguien que pierde”, explica Arcadi Espada. Se da un enfrentamiento entre individuos o equipos, en el que unos acabarán como vencedores y otros como vencidos. Esto hace que las comparaciones entre los dos surjan fácilmente. Además, se crea un sentimiento de patria, de pertenencia a un grupo, que solo se podría igualar al que siente los soldados luchando por su país. De este modo, también se une un factor pasional. “En el espacio de los deportes me puedo permitir los sueños e incluso la irracionalidad”, dice Orfeo Suárez.
Aunque no todo el mundo está de acuerdo con el uso de este tipo de lenguaje en las crónicas deportivas. Antonio Piñeiro cuenta que “el uso de un lenguaje bélico en el deporte incita a la violencia”. Argumenta su declaración explicando que el deporte, y sobre todo el fútbol, es un espectáculo muy influyente en la sociedad, por ello si se emplea este léxico al transmitirlo acabará repercutiendo de forma negativa en las personas y su educación. Piñeiro opina que “se debería utilizar un vocabulario que se ajuste más a las técnicas del mundo del deporte y que fomente más sus valores”.
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