El club de lectura de la Facultad de Comunicación comentó el cuento de El Principito de Antoine de Saint Exupéry el pasado jueves 28 de febrero. Esta obra universal destinada tanto para niños como para adultos tiene infinidad de interpretaciones por lo que su lenguaje metafórico no deja indiferente a nadie.
Víctor Manuel Pérez, Vicedecano de la Facultad de Comunicación y miembro del grupo, considera que Antoine de Saint Exupéry desafía al lector para que se busque así mismo sin olvidar que pese a las dificultades, hay esperanza. “Es la búsqueda de aquello que te identifica cómo persona. No es la felicidad a modo de marca sino la de reconocerte como un ser libre y, por supuesto, al otro como persona; en el nosotros está el ser social” recalca este amante de la lectura.
El vicedecano destaca un párrafo muy significativo del relato: «A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan: ¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con estos detalles creen conocerle.”
Al estar en una Facultad de Comunicación hay un aspecto imposible de olvidar y crucial en el libro: nuestra disposición hacia el otro como persona. Escribimos una noticia, diseñamos campañas, elaboramos videos espectaculares o realizamos una traducción para otros. Por ello y antes de hacerlo, debemos interesarnos por el otro y reconocerlo como persona o nuestros trabajos carecerían de sentido.
El grupo de lectura llegó a la conclusión de que El Principito sería una obra coja sin las ilustraciones que acompañan al texto. “¿Realmente es factible llegar a la imagen de un elefante dentro de una boa sin tener el contexto? ¿Habríamos imaginado así al cordero dibujado dentro de la caja?”, apuntó Víctor Manuel Pérez. Los asistentes consideran que a través de los dibujos el autor intenta remarcar su mensaje de ir más allá de las apariencias y la verdad que el mundo adulto pretende imponer.
Informa: Leyre Beazcochea
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