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El turrón industrial gana terreno al artesanal

El turrón, el producto estrella de todas las navidades, ha sufrido también las consecuencias de la crisis. Frente al turrón artesanal, que lleva consigo una mayor elaboración y por lo tanto es más caro, el turrón industrial se ha convertido en la elección de muchos hogares por la diferencia de precio.

La llegada de las Navidades trae consigo los típicos y característicos productos de esta temporada: castañas, cocido y muchos dulces. El más consumido por todas las familias es el turrón. El turrón artesanal se ha considerado siempre un manjar entre sus consumidores. Los productos totalmente naturales, la elaboración a mano y la dedicación empleada con cada tableta son factores que hacen que los amantes de estos dulces los sigan consumiendo año tras año.

Pero la modernización se ha introducido también en el mundo de la fabricación de este producto. A pesar de tratarse de un producto artesanal y elaborado a mano, la industrialización ha afectado a este sector pastelero. Por un lado, los consumidores tienen una mayor variedad de turrones y a menor precio. Además, se rompen las barreras geográficas. Productos típicos de una zona en concreto de España se pueden encontrar en cualquier supermercado.

Tomasa Navarro, jubilada de 70 años, asegura que con la reducción de su pensión no puede permitirse gastar lo mismo que en las navidades de años pasados: “Este año el turrón será del supermercado. Otros años compraba turrón artesanal que le gusta mucho a mis nietos”.

Los pequeños comercios y los fabricantes tradicionales del turrón se han visto afectados con un menor número de ventas en comparación con otros años anteriores, lo que les hace renovarse continuamente para seguir fidelizando la clientela habitual. Un ejemplo significativo de ello es la Pastelería Ascaso de Zaragoza. Susa Ascaso, la propietaria, afirma tener 32 clases de turrones diferentes, todos ellos elaborados a mano. Los más vendidos son los de yema tostada, el de tres yemas y el de chocolate.

Ascaso asegura que: “La elaboración de los turrones comienza en el mes de noviembre. Puesto que se hace casi todo a mano, el proceso es lento para hacer las distintas capas del turrón”.

El método de elaboración de los productos industriales lleva un proceso diferente. A mediados de agosto, la cadena de montaje se pone en marcha y ya a principios de diciembre tienen todos sus productos listos para la campaña de marketing y comercialización. Las fábricas se cierran hasta el siguiente año. Así lo realiza la conocida fábrica de chocolates y turrones Lacasa. Ana Belén Moreno, responsable del Departamento de Comunicación, asegura que: “A mitad de diciembre ya no hay nada ni nadie en la fábrica, la cadena de montaje está parada ya que es necesario tener todos los productos elaborados con antelación para distribuirlos por España y realizar la campaña de publicidad”.

La pastelería Ascaso sigue produciendo turrones artesanales de diferentes variedades

Pero no se puede hablar de turrones en Zaragoza sin mencionar a la Pastelería Fantoba, la más antigua y famosa de la ciudad. Ivana Molina, propietaria y heredera del negocio, lleva ya varias semanas trabajando en sus productos estrella de estas fechas: “La proporción de almendra es diferente que en los productos industriales. Ellos utilizan azúcar, mientras que aquí nosotros utilizamos almendra natural, que no tiene tanto tiempo de conservación”.

Molina asegura que sus productos tienen diferencia en el precio respecto a los industriales, “ya que no puedes poner el mismo precio cuando utilizas almendra que cuando utilizas azúcar, además de la mano de obra, ya que no es lo mismo que te lo haga una máquina que una persona”.

El boom de venta de turrones lo tienen en la semana del 17 de Diciembre. En el momento en el que comenzó la crisis notaron una fuerte bajada de consumo y ahora se siguen manteniendo con esas cifras. Los clientes habituales siguen yendo a por las tabletas de turrón que se llevaban siempre. “Es cierto que a lo mejor en vez de llevarse 4 tabletas, ahora sólo se llevan dos. La gente que viene aquí prefiere comprar un turrón bueno que no cuatro malos”, asegura Molina.

La pastelería Fantoba sólo dispone de turrones artesanales.

Ángel Trisac, amante del buen turrón, afirma que: “Cuando llega la navidad en mi casa se come el turrón artesano, nos da igual gastarnos un poco más de dinero ya que lo disfrutamos el doble”.

La fabricación del turrón artesanal

Informan: Laura Díaz, Rocío Huerta, Alejandro Lechón y Ester Sancho

Universidad San Jorge