En la pequeña localidad de Ricla, a 56 kilómetros de Zaragoza, se encuentra una granja porcina cuyos propietarios han llegado a mantener hacinados medio centenar de perros en cuestionables condiciones higiénicas y veterinarias. Los vecinos han interpuesto más de 40 denuncias. Varias fuentes señalan que el Seprona tiene conocimiento de ello desde antes de 2007, pero esta sección de la Guardia Civil lo desmiente.
En 2003 María Robledo oyó hablar sobre una granja de Ricla donde había muchos perros que necesitaban ser rescatados. Un día decidió ir allí y rescatar a uno de ellos. Cuando llegó, se encontró la situación que todavía hoy en día mantiene a los vecinos de este pueblo y sus alrededores completamente atónitos: más de 40 perros hacinados en una instalación sucia, sin ningún tipo de control veterinario, llenos de garrapatas y rodeados de mugre y ratas.
Se trata de una granja porcina situada en las afueras del zaragozano pueblo de Ricla. María Robledo no pertenece a ninguna protectora de animales, pero le gustan. Quiso rescatar a algunos de los perros del lugar, los propietarios entregaron a Robledo una camada de cuatro cachorros, de los cuales solo Lola, su perra, sobrevivió ya que el resto estaban en mal estado, enfermos y mordidos por las ratas. Según Robledo, por aquel entonces el Seprona (grupo de la Guardia Civil encargado de la protección de la fauna, flora y medio ambiente) “ya sabía que esto estaba ocurriendo, pero en todos estos años no han hecho nada y ahora los granjeros han puesto un hierro en la puerta que impide que nadie entre o rescate perros”.
María Pilar Narro tampoco pertenece a ninguna asociación pero rescata perros y les busca familia. Sobre la granja de Ricla comenta que nunca llegan a tener el centenar de perros porque “la mayoría de los cachorros no sobreviven y muchos se mueren de parvo o los matan a pedradas los vecinos rumanos de enfrente”.
Según María Pilar, a principios de este año el Seprona les dijo a los granjeros que podían mantener 7 u 8 perros, pero que el resto tendrían que ser entregados. Según el Teniente Rodrigo, jefe de la sección Seprona de Zaragoza, “este grupo tuvo conocimiento de la situación de Ricla por un comunicado anónimo en el Ayuntamiento de la localidad, pero ya en 2012. Fue entonces cuando se inspeccionó la explotación porcina y se vio que había bastantes perros en muy malas condiciones”. Añade que “se les dio 15 días para que pusieran todo en orden, pero antes de finalizar ese plazo entró una denuncia de la protectora Zarpa y se giró otra inspección. Allí se denunció todo: que no tenían núcleo zoológico, las malas condiciones higiénicas de los perros, que no estaban vacunados ni con microchip, que no tenían carnet de manipulador de animales… Como consecuencia, en abril de este año se retiraron todos los perros. Muchos de ellos los sacó Zarpa, y otros el centro de protección de Movera, pero el propietario de la granja los entregó por narices”.
Esta es una versión de los hechos muy diferente a la que cuenta un voluntario de la protectora Zarpa. Este voluntario anónimo confirma que en abril Zarpa solo pudo sacar siete perros, y que el centro de Movera sacó otros dos. Estos suman un total de nueve perros, cifra lejana a los 40 que parece ser que había por entonces en la granja. Sin embargo, el voluntario afirma que hoy en día todavía quedan perros en la granja porcina, pero que no saben cuántos pueden ser. Según Narro: “A fecha del 25 de mayo de 2012, son más de 45 los perros que quedan en la granja de Ricla, que suma ya 40 denuncias por parte de los vecinos del pueblo”.
Francisco Romeo, alcalde de Ricla, apoya el testimonio de María Pilar Narro y recuerda que los habitantes del pueblo ya habían denunciado antes la situación: “Yo soy alcalde desde el 2007. Antes ya sé que se produjo un ataque de estos perros contra otros perros incluso causando la muerte de algún perro de ganado, que son un bien apreciado. Sé que habían tenido alguna denuncia o algún juicio entre algún pastor que le mató un perro la jauría esta… pero ya es anterior al 2007”.
Distintos testimonios apuntan a que los vecinos de la zona y protectoras de animales tenían conocimiento desde hace varios años de lo ocurrido, tal vez de haberse denunciado antes al Seprona hoy en día la problemática de esta granja sería historia.
Escrito por: Revista nogara
Imagen cedida por el Seprona
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