Entrevistas

José Luis Trasobares, presidente de la Asociación de Periodistas de Aragón: “Los medios de comunicación han perdido el control de su propia actividad”

Tras una larga carrera profesional como periodista en diversos medios de prensa escrita en Aragón, José Luís Trasobares acoge la presidencia de la Asociación de Periodistas de Aragón (APA) con diversos planes y objetivos.

Dragón Digital.- ¿Qué le ha llevado a presidir la APA?

José Luis Trasobares.- Hace unos meses, algunos miembros de la anterior junta, la anterior presidenta, Camino Ibarz y gente de mi entorno me preguntaron si querría presidir la asociación. Al final me convencieron y, ahora mismo, estoy en pleno aterrizaje. Hasta ahora no había tenido un contacto muy constante con la asociación y sus actividades. Ahora me estoy poniéndome al día. En los próximos meses, con la ayuda de la junta directiva, desarrollaré un programa que, por el momento, solo está esbozado. Me he metido, básicamente, por asumir un reto en unos momentos críticos no solo en cuanto a la situación laboral sino, fundamentalmente, en lo que respecta a la situación de los periodistas y de la información. La información es un pilar esencial de la democracia y creo que todo esto está pasando por una situación muy complicada. Creo que un profesional ya veterano como yo puede echar una mano y tratar de contribuir a hacer frente a estos problemas.

D.D.- ¿Qué objetivos se ha marcado para los próximos cuatro años?

J.L.T.- Cuatro años es un mandato larguísimo. A corto y medio plazo, las cuestiones que quiero tratar son las siguientes: En primer lugar, quiero desarrollar un estudio sobre la situación de la profesión. La anterior junta estuvo manejando esta opción pero no se llegó a concretar en nada. Vamos a intentar encontrar financiación y un equipo profesional que nos haga una disección de cómo está la profesión: cómo son los periodistas actualmente, qué están haciendo, qué problemas tienen…Queremos tener una visión panorámica de cómo están las cosas.

En segundo lugar, voy a intentar reorganizar la junta directiva de tal manera que, además de la junta, tengamos de una manera paralela una comisión que trabaje sobre los problemas y la situación de los periodistas jóvenes. Son un contingente muy importante con unos problemas muy agudos. Esos problemas forman parte de lo que debe ser la visión de la profesión: ¿Qué está pasando con las becas? ¿Cómo se está formado a los periodistas desde las facultades? Hay que hacer una comisión de gente joven. Me gustaría hacer una asamblea con los periodistas jóvenes de Aragón para ver quiénes son y qué quieren hacer. También quiero crear una comisión que se dedique al periodismo comarcal, ya que cada vez hay más gente trabajando fuera de Zaragoza. Además, hay que rediseñar la página web. Quiero que la página web de la asociación se convierta en algo más que un mero vehículo para informar a los periodistas. Creo que tenemos que elaborar más la web para lanzarla sobre la sociedad y explicarle nuestros problemas y debatir sobre las buenas y malas prácticas periodísticas y para darles información. No descarto que podamos dar un servicio a la comunidad en ese sentido.

Además, la asociación organiza cada año el Congreso de Periodismo Digital de Huesca y hace cursos de periodismo. Seguiremos con todo esto, aunque tendremos que ver cómo lo mantenemos económicamente. También mantendremos el centro de prensa, al que le quiero dar un impulso… Al final, no creo que haga ni la cuarta parte de todo esto pero, por lo menos, lo intentaré.

D.D.- ¿Va a ser una APA más reivindicativa?

J.L.T.- Sí. La asociación de los periodistas tiene que estar constantemente reflexionando y exponiendo a la sociedad lo que está pasando con la información. Los periodistas que hemos vivido distintas etapas a lo largo de los últimos treinta años estamos alarmados con lo que está ocurriendo. Yo estoy atónito. La agenda informativa nos la manejan los gabinetes de comunicación. Allí hay periodistas, pero su misión no es hacer los medios. Los medios los hacemos los que trabajamos allí, ellos tienen que facilitarnos el acceso a las fuentes. Hay muchos problemas de fondo que reflejan no solo el empobrecimiento material del periodista sino que la información está atravesando un momento fatal que no tiene nada que ver con los nuevos soportes. Al final, el soporte es una parte importante, pero el mensaje puede acercar a la opinión pública a la verdad o convertirse en una patraña sistemática para desarrollar eso que los políticos llaman la realidad percibida. A mí no me interesa la realidad percibida porque es un artificio, a mí me interesa la realidad real, es decir, el qué está pasando y el por qué.

D.D.- ¿Qué importancia tiene que los periodistas permanezcan unidos?

J.L.T.- A mí eso me parece fundamental, aunque los periodistas no hemos estado unidos casi nunca. Somos absolutamente refractarios a organizarnos. No tenemos prácticamente organización sindical. La asociación de periodistas va tirando. En Aragón tenemos más de 600 afiliados, aunque al final solo veinte o treinta van a las asambleas. Los periodistas somos capaces de estar explicando las miserias que afectan a otros, pero parece que nosotros fuésemos una especie de orden angelical que no tiene ningún problema y esto no es así. El problema es que, como nosotros no reflexionamos sobre nuestros problemas, tampoco encontramos la necesidad de unirnos. Los periodistas debemos estar organizados y unidos. Somos un colectivo como cualquier otro. Tenemos unos objetivos profesionales muy complejos que exigen que reflexionemos juntos.

D.D.- La mala situación que vive la profesión, ¿comenzó con la brecha digital?

J.L.T.- No, todo empezó cuando los periodistas dejamos de tomar las decisiones en la industria de la información. Todo esto estuvo empujado por la irrupción de la informática. Hubo un impacto. Los diarios pasan a imprimirse con elementos informáticos. Esos instrumentos empiezan a ser manejados por ingenieros informáticos. De repente, las decisiones las empezaron a tomar ellos. Por ejemplo, un día, el que entiende el aparato te dice que una palabra no cabe en un titular y te obliga a utilizar otra. Gran parte de estos técnicos han trasladado algunos de sus problemas al periodista, que a veces tiene que adaptarse a las exigencias del diseño. La brecha digital se produce cuando la industria del papel, en lugar de llegar al territorio digital sabiendo cómo lo va a hacer, se lanzó sin saber cuál era el modelo de negocio. Lo único que hicieron fue trasladar su producto de papel a la web y ofrecerlo gratis. Cuando todos fuimos conscientes de las posibilidades que ofrecía Internet, muchos ya habían pensado que el periodista se convertiría en un hombre orquesta que iría a cubrir las ruedas de prensa con cámara, libreta, micrófono, etc. y que esta especie de hombre orquesta cobraría 800 euros al mes, de modo que los que manejaban la industria se harían millonarios.

D.D.- Si los periodistas deciden plantarse corren el riesgo de que los dueños de los medios de comunicación contraten a otros que hagan el mismo trabajo por menos dinero. ¿Cuál es la solución para este tipo de situaciones?

J.L.T.- Cuando digo que los periodistas debemos plantarnos, no solamente me refiero a nuestras condiciones laborales sino a que debemos reflexionar sobre lo que estamos haciendo. Estamos haciendo cosas muy raras. Si fuésemos a una hemeroteca veríamos que, en los últimos años, se han publicado cientos de noticias falsas o absurdas porque se ha cogido simplemente lo que te ha dicho la fuente oficial de turno y el periodista se lo ha trasladado sin más a los lectores. Sucedió con Gran Scala, por ejemplo. Se dio la noticia y se le dio continuidad durante meses sin profundizar en algunas cuestiones básicas.

D.D.- Cuando estuvo como director en Heraldo se apostó por un periodismo de investigación que hoy en día apenas existe. ¿Cómo valora la ausencia de este periodismo en las redacciones aragonesas?

J.L.T.- En Heraldo no es que hiciésemos grandes maravillas pero fuimos capaces de empezar a desvelar algunas cosas. Heraldo levantó una serie de velos sobre cosas que estaban pasando en Aragón. Eso es información. Últimamente cogemos mucho la información que llega ya elaborada, lo que hace que publiquemos cosas que, en ocasiones, llegan a caricaturizar la realidad. Ahora no hay medios para este tipo de periodismo. Los medios de comunicación han perdido el control de su propia actividad. Eso ha sucedido porque a muchos medios les ha venido muy bien que les sirviesen desde el exterior noticias precocinadas porque así, ellos podían abaratar sus costes y contratar a menos periodistas. La industria informativa está metida en una espiral muy complicada. Hemos entrado en un círculo vicioso: como las cosas están mal se reducen costes y, por lo tanto, tu producto es peor y como te sigue yendo mal, sigues despidiendo a gente. Así que si tú no estás dispuesto a hacer una cosa, hay una cola de gente esperando a tener su propia oportunidad. A todos nos compete reflexionar. Hay que ser consecuentes con los que estamos haciendo y plantarnos ante determinadas prácticas. Tenemos que cotejar la información y establecer un diagnóstico, no vale hacer un corta-pega. Si no nos plantamos, la opinión pública va a empezar a pensar que los periodistas formamos parte del sistema, que los periodistas somos unos mentirosos. Podríamos empezar a decir que no a pequeñas cosas e ir extendiendo nuestra negativa, que vendría acompañada de una nueva forma de hacer las cosas.

D.D.- La situación laboral de aquellos que empiezan a trabajar en el mundo del periodismo hace que muchos queden sin tiempo para especializarse. ¿Cómo valora esta situación

J.L.T.- Uno de los grandes problemas que tiene la formación actual es que, muchas veces, es deficiente. Aporta conocimientos, pero si cuando sales de la facultad no tienes un puesto fijo, es muy difícil que puedas especializarte. A mí lo me gusta que me informe aquel que entiende del tema, aquel que pueda ayudarme a configurar mi propia opinión. Muchas veces, en los primeros meses de trabajo te llevan de una sección a otra. A los dos años, estas personas conocerán algunos trucos de la profesión y sabrán salir del paso en bastantes ocasiones, pero realmente no tienen ninguna especialización, no acaban de pillarle la onda a nada y, por lo tanto, cuando lleguen a una rueda de prensa, no sabrán qué preguntar porque no sabrán lo qué les están contando. Yo soy partidario de que la gente adquiera una especialización y tenga una manera de trabajar que le permita ser capaz de contextualizar las noticias. Muchas veces, como no se produce el proceso natural de comprobación e indagación se publican noticias falsas. No se trata de descubrir algo que alguien está ocultando, se trata de hacer una comprobación mínima. Para eso tienes que tener agenda, conocer a gente de la industria y eso es algo que solo se consigue con una cierta especialización.

D.D.-¿Le parece que las nuevas tecnologías son un aliado o todo lo contrario?

J.L.T.- Un aliado, por supuesto.  Para mí una herramienta es una herramienta, y cuanta mejor herramienta tenga mejor me saldrá lo que estoy haciendo.  El error está en que nos estamos creyendo que las nuevas tecnologías solo nos van a ayudar a hacer más cosas al minuto y por lo tanto nos va a salir más barato.  Ésa es la concepción de quien fabrica un producto industrial.  Los periodistas trabajamos con ideas, con bienes creativos.  Es normal que el mundo digital nos tenga fascinados, es muy revolucionario.  A mí me parece magnífico que nos permita insertar parte de la documentación que utilizamos en el propio artículo y el lector tenga así mayor información, más profundidad informativa.

D.D.- El panorama mediático que hay hoy en Aragón cómo lo ve, ¿está saturado?

J.L.T.- En toda España el panorama mediático está saturado.  Hay medios que se tienen en pie a duras penas.  Hay pocos medios de comunicación con beneficios en estos momentos.  Pero en Aragón hay problemas añadidos, yo creo que hay muchos medios informativos aragoneses que se han adocenado, su línea editorial tiende a estar muy vinculada a las relaciones que, como empresa, mantiene con las instituciones políticas y poderes fácticos.  Cuando estás en pérdidas, tienes mucha dependencia de la gente que te pueda financiar.  La información en Aragón tiene todavía destellos de calidad, pero mi sensación es que en general es una información con poca iniciativa y poca chispa, tiene muchas dificultades para profundizar en los temas.

D.D.- Pero todavía hay hueco para la innovación, empresarialmente, con Internet…

J.L.T.- No creo, Internet no tiene un modelo de negocio.  En Estados Unidos ya se están haciendo algunos experimentos empresariales que parecen ir por buen camino.  Ahora lo que hay que hacer es una adecuación de la prensa como negocio a Internet.  Cuando comenzaron los primeros medios de comunicación en Internet se produjo un fracaso empresarial, y todavía no está subsanado.  Internet yo creo que tiene tres retos: el modelo de negocio, que la industria fabrique dispositivos móviles como las tabletas o los smartphones que se diseñen pensando en los medios de comunicación y que tengan longevidad, y cómo se desarrolla la calidad de la información en estos soportes.

D.D.- En Zaragoza cada año, cada curso, salen una media de 100 periodistas nuevos a la palestra.  ¿Qué podemos hacer los jóvenes para coger las riendas del Periodismo?

J.L.T.- Lo primero es tener fe en vosotros mismos y voluntad de ser periodistas.  También ambición, hay que tener la autoestima y la convicción de que vas a ser un buen periodista, de que lo que hagas lo vas a hacer bien y vas a aprender rápidamente y de una manera constante.  Que no se os olvide la ideología, los principios.  Somos los perros guardianes de las instituciones democráticas, gestionamos el derecho a la información de la ciudadanía, y tenemos que ser conscientes de esta responsabilidad.  Yo creo que es necesario asociarse a la Asociación de la Prensa de Aragón (APA) y estar al tanto de la bolsa de empleo de que dispone y ejercer tu derecho a la protesta por medio de la asociación.  Hay que procurar relacionarse con los compañeros de profesión.   Es importante que los periodistas estemos organizados.  Esta es una profesión maravillosa.

Informan: Jorge Lisbona y Sergio Lacasa

Universidad San Jorge