Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Fue director del Diario de Tarragona y, desde 2008, dirige Heraldo de Aragón. Asegura que la credibilidad, la solvencia y la apuesta por el periodismo de investigación son las principales señas de identidad de este periódico. Admite que 2013 será un año complicado para los medios de comunicación aragoneses, aunque espera que en 2014 se empiecen a apreciar ligeros signos de mejora. En lo que respecta al futuro de los diarios en formato papel, Iturbe cree que en los periódicos del futuro predominará la opinión, serán más pequeños, más caros y tendrán una menor tirada.
Dragón Digital.- ¿Qué se siente al ser el responsable de uno de los medios de comunicación más importantes de Aragón?
Mikel Iturbe.- Éste es un medio centenario y, lógicamente, sacar todos los días una publicación con el peso, la credibilidad y la solvencia que tiene un producto como Heraldo implica directamente responsabilidad. En segundo lugar, satisfacción y orgullo porque representas, en lo informativo, a una casa muy importante.
D.D.- ¿Cuáles diría que son las señas de identidad de Heraldo de Aragón?
M.I.- Heraldo es un periódico muy profesional con una muy buena redacción y una solvencia y credibilidad informativa muy elevadas. Nosotros no dependemos de nadie. La independencia empresarial y la solvencia económica permiten un matrimonio perfecto entre una redacción profesionalizada y una empresa que no tiene exigencias económicas que nos estén asfixiando, lo que nos permite que el trabajo periodístico surja con total normalidad.
D.D.- ¿Cómo se gestiona un periódico en época de crisis?
M.I.- Con prudencia. El papel del director del periódico no solamente se sostiene en lo informativo, que es la parte más importante; también hay una responsabilidad en lo que hace referencia al control de los gastos, de los recursos y de las exigencias consumibles que tiene un medio todos los días. Tenemos unos gastos fijos importantes y, cuando descubrimos en 2008 que la crisis venía para quedarse, comenzamos a aplicar un plan de restricción y de control muy exhaustivo, lo que nos ha permitido estar en una situación privilegiada en comparación a la media de los medios de comunicación.
D.D.- ¿Se ha llevado a cabo algún cambio de forma en el periódico para reducir costes?
M.I.- Alguna pequeña trampa hemos hecho. Los lectores afortunadamente han entendido con normalidad que, en ciertas secciones, hemos reducido nuestra paginación. Esto ha pasado también en otros medios debido al descenso de la inversión publicitaria, que nos ha obligado a estructurar el producto en un menor número de páginas. No estamos dando menos periódico, lo que pasa es que antes había más páginas de publicidad. Lógicamente, ahora tratamos de atinar mucho más las decisiones que implican un gasto. Tienes mayor cuidado en el control de viajes y desplazamientos, tenemos medidas de ahorro muy exhaustivas, pero en lo que hace referencia a la calidad, al producto y a la solvencia no hemos escatimado gastos. Invertiremos lo que tengamos que invertir porque eso es nuestra bandera.
D.D.- ¿Qué le hubiera gustado hacer si las condiciones económicas no fueran éstas?
M.I.- Muchas cosas más, con dinero todo se gestionan de otra forma. Ahora tenemos dinero para poder sacar adelante esta redacción, pero, lógicamente, tenemos un control presupuestario mucho más riguroso, y eso establece limitaciones a la hora de planificar grandes coberturas informativas. Me hubiese gustado mover más la redacción, generar más informaciones, enviar a gente a más lugares, dejar que nuestros periodistas realicen coberturas de una forma mucho más sosegada, tener colaboradores a un precio más elevado y poder contar con firmas que, ahora mismo, no nos podemos permitir.
D.D.- ¿Cree que Heraldo es actualmente el único periódico de Aragón que puede destinar recursos al llamado periodismo de investigación?
M.I.- Nosotros tratamos de evitar el periodismo de agenda. Nuestra redacción de Internet genera sus propios temas y en la redacción en papel, aproximadamente el 80% de los temas son propios. La orden que tiene esta redacción es que tenemos que fajarnos de las ruedas de prensa y de la información que nos viene por el conducto oficial, aunque es cierto que el porcentaje restante tiene mucha fuerza porque, mediáticamente, es muy relevante. A ello hay que añadirle el volumen de cuestiones que van surgiendo a diario, como un suceso o un accidente. Hay algunas ruedas de prensa a las que debemos acudir porque el medio tiene una responsabilidad institucional. Si la presidenta de la Comunidad Autónoma o el alcalde de la ciudad quieren comunicar algo, Heraldo tiene que estar ahí. Lo importante es recoger eso con solvencia, credibilidad y una voluntad de interpretación que exige tener periodistas bien preparados y bien formados. Nuestro ánimo está en evitar, en la medida de lo posible, el mismo carril informativo que tienen el resto de medios.
D.D.- ¿Corren o correrán peligro los puestos de trabajo de los periodistas de Heraldo?
M.I.- Esperemos que no. En principio, nosotros estamos tranquilos y trabajamos con normalidad. A fecha de hoy no hay mayor problema.
D.D.- ¿Cómo ha evolucionado el descenso de la inversión publicitaria en los últimos años? ¿Ya se ve algo de luz al final del túnel?
M.I.- El descenso que hemos sufrido es parejo al de toda la prensa nacional. Creemos que todavía no hemos salido del túnel, la sensación que tenemos es que el próximo año también va a ser malo. El periódico responde de una forma clara a la realidad de mercado. Somos un bien de consumo y no podemos abstraernos de esa realidad. Yo siempre digo que hay tres elementos de referencia, que son el pan, el café y el periódico. El posible descenso de ventas que puede tener un bar de Zaragoza es el que ha podido tener Heraldo. 2013 va a ser un año complicado, pero espero que en 2014 empecemos a ver signos de ligera recuperación.
D.D.- Hay quien dice que los medios impresos tardarán más en salir de esta situación. ¿Qué opina?
M.I.- Creo que pasará todo lo contrario. Somos un termómetro perfecto de la realidad de la calle. Nosotros empezamos a notar la crisis ya en 2007 a raíz de un descenso en nuestras inversiones publicitarias. Cuando alguien no puede vender su vivienda o un coche se transmite de forma inmediata en los anuncios clasificados. Por tanto, creo que cuando empecemos a notar la reactivación del consumo, el periódico lo notará antes que el resto.
D.D.- ¿Qué pasará con los periódicos en formato papel en los próximos años?
M.I.- Creo que estamos en un momento de transición. Vemos cómo el producto que sacamos al mercado convive de forma sosegada con distintos tipos de lector. Tenemos a un lector más clásico, que no hará ninguna transición a la voluntad digital; un lector intermedio, que convive con los dos soportes y un lector más esporádico que está formado en lo digital y que accede al periódico no como comprador pero sí como posible lector. Creemos que no hay un rechazo a leer en papel y que, al final, productos como Heraldo sobrevivirán gracias a dos máximas fundamentales. Lo harán en la medida en que tecnifiquen más el producto porque leer va a ser una circunstancia muy restrictiva. Lo que sí estamos notando en este momento es una pérdida de la capacidad lectora del consumidor de información. El tiempo que se dedica a la lectura cada vez es menor. Ahora se hacen barridos en busca de determinadas entradas que te permitan estar medianamente informado, pero el tiempo que se dedicaba antes a la lectura de prensa está disminuyendo. Creo que, a la larga, el periódico atenderá a grupos de lectores más y mejor formados. Cuando esto suceda elevará el tono y centrifugará a muchas personas que no podrán acceder a ese tipo de información. El futuro de los medios pasa por periódicos muy elaborados, de mayor precio a lo que hoy se está abonando. El 1,30 pasará a la historia rápidamente y veremos periódicos que valgan entre 3 y 5 euros. Este nuevo modelo estará muy sostenido en la interpretación. De lunes a viernes veremos productos que se consumirán en el puesto de trabajo y, en fin de semana, veremos otro producto totalmente distinto. Será una transición lenta y sosegada, pero ordenada. Veremos cómo se reduce el tamaño de los periódicos, cómo se mejorará la calidad de impresión etc.
D.D.- ¿Cuántos años tardará en producirse este cambio?
M.I.- No me atrevo a dar una fecha, pero esto se moverá en la medida en que los dispositivos digitales aceleren su evolución, lo que ayudará a que se decante el mercado. Entonces, la prensa escrita actuará de otra forma. Tendremos que ver qué información generan y qué reflexión aportan los nuevos soportes. El 80% de los tuits o de las informaciones que circulan en Facebook tienen su origen en un medio de comunicación escrito. La supuesta capacidad de generación de información por parte de los ciudadanos es relativa, más bien pequeña. Afortunadamente, los periodistas seguimos gestionando y elaborando la información, de modo que los que trabajamos en medios escritos tenemos la fortuna de seguir liderando la opinión y la interpretación. La sociedad se partirá en dos: los que estarán bien informados y los que entrarán en otro tipo de consumo de información vía gratuidad.
D.D.- Heraldo tiene una posición privilegiada, ¿cree que este hecho le ayudará a ser de los primeros en dar el paso hacia el nuevo modelo?
M.I.- Ya somos de los primeros. En formato iPad, somos el primer y único periódico en España, por delante de El Mundo, que a las 10:30 tiene una edición. Cada vez tenemos más consumidores en tableta. El periódico está en Heraldo Premium y en Kiosco y más, y ahí tenemos un volumen de gente cada vez mayor que entiende que el soporte tableta es importante para poder consumir información. En ese sentido, estamos en la vanguardia. Además, nosotros somos bastante activos en redes sociales. Somos uno de los diarios españoles que más invierten en ese sentido. Nuestra página web es líder indiscutible en nuestra comunidad. Esos liderazgos nos dan una cierta voluntad para sentirnos satisfechos.
D.D.- ¿Ya se está pensando en cuáles serán los siguientes pasos?
M.I.- Sí, creo que el auténtico futuro pasa por los teléfonos inteligentes. Creo que las tabletas son soportes de despacho o de domicilio, pero no son portables, no puedes ir toda la noche con un iPad debajo del brazo. Hay que trabajar en los smartphones como elementos de consumo de información que te permitan una movilidad clara y un acceso a la información desde cualquier punto. Es ahí donde estamos trabajando, en ver cómo podemos generar información solvente, creíble y, sobre todo, legible, a través de los smartphones.
D.D.- ¿Cómo harán los medios para conseguir que el lector pague en Internet por lo que hasta ahora ha podido disfrutar de forma gratuita?
M.I.- Ese el gran debate en este momento y no hay nadie que esté acertando. Salvo aquellos que ofrecen unos contenidos muy exclusivos y especializados, nadie está consiguiendo que se pague por el consumo de información en Internet. El Financial Times o el New York Times sí lo están consiguiendo porque tienen una marca muy reconocible y una voluntad global. Ellos pueden conseguir suscriptores de todo el mundo, pero para ello hay que ofrecer información muy restrictiva, muy exclusiva y muy diferenciada. Hoy no existe una cultura de pago por consumo de información. Si hoy hiciésemos que Heraldo.es fuese de pago nuestras audiencias caerían de forma clara. Podríamos ir generando poco a poco una nueva audiencia que estuviese dispuesta a pagar por consumir, pero muy lentamente.
D.D.- Si no se consigue que la gente pague por acceder a la información a través de Internet, ¿qué pasará con los medios digitales?
M.I.- Hay una tendencia publicitaria que más o menos está soportando ese esfuerzo informativo, pero, evidentemente, si solamente funciona el pago vía publicidad las redacciones digitales no se sostendrán. Una redacción digital que solo ingrese por publicidad será una redacción limitada, de modo que las grandes coberturas informativas seguirán siendo patrimonio de los medios escritos. Por mucho que ingresen dinero por publicidad no podrán enriquecer sus redacciones.
D.D.- El número de lectores en formato papel baja, las visitas a la web suben ¿Cómo ve esta tendencia?
M.I.- Esta tendencia es un hecho, pero es un dato algo mentiroso. Si yo monto una bollería y pongo dos colas, una en la que digo doy cruasanes gratis y otra en la que los cobro a 1,50 euros, yo ya sé cuál es la cola que va a tener más éxito. Otra cosa sería si a los cruasanes gratis no les diese toda la elaboración que merecen y en la cola de pago ofreciese algo de mermelada, un poco de mantequilla, un buen café con leche y un zumo de naranja. Entonces, la cosa empezaría a cambiar. Nosotros tenemos que ser todo eso. Cuando no pagas por algo siempre habrá una cola más larga que otra. Lo que me preocupa es que la prensa digital no cuenta con la capacidad ni la elaboración que tiene el papel. También me preocupa la falta de exigencia de determinados consumidores y lo rápidamente saciados que se quedan. La gente curiosea y tiene una visión general de lo que ha pasado en el día, pero no adquiere una profundidad en el análisis informativo, lo que termina generando sociedades mucho más empobrecidas. En este sentido, la mayor red social que existe ahora mismo en Aragón es Heraldo. Tenemos 300.000 lectores diarios que se identifican con una imagen de marca. Ni Twitter ni Facebook tienen en este momento la capacidad que tiene Heraldo para generar debates comunes. Eso es algo importante para los medios, porque al final nosotros hablamos de cosas generales, lo que nos permite vertebrar la sociedad.
D.D.- ¿Twitter ha beneficiado o ha perjudicado al periodismo?
M.I.- Creo que este tipo de herramientas siempre son buenas si se saben administrar con cautela y si se sabe exactamente para qué sirven. El hecho de que el lector pueda contactar contigo de forma casi automática es algo bueno, aunque también es necesario saber discriminar, esto no puede ser una barra libre. Si no discriminas, cualquiera te puede decir mil barbaridades. Lamentablemente, esa voluntad por la inmediatez ha generado una falta de credibilidad en los tuits que se publican. La credibilidad sigue estando en los medios de comunicación y en los periodistas. Por tanto, la persona que administre las redes sociales de una medio de comunicación debe tener una formación elevada. Debe ser un experto en comunicación, tiene que saber moverse en este mundo para saber dar más y mejores respuestas. Si esa formación es periodística mejor, porque será capaz de discriminar contenidos periodísticos y sabrá ordenar el torrente comunicativo.
D.D.- ¿Cómo se sale de esta situación?
M.I.- Se sale con dos exigencias básicas: Con buenas empresas solventes e independientes económicamente y con más periodismo. En la medida en que hagamos más periódicos, mejor hechos, más elaborados y más solventes económicamente, nosotros mejoraremos nuestra reputación y credibilidad. Lo que nos está pasando no solamente es un problema económico, también es algo reputacional. Los periodistas hemos perdido mucho crédito de puertas afuera. Es importante que lo recuperemos demostrando formación, capacidad de trabajo, dedicación y entrega a nuestros lectores. Nosotros defendemos a nuestros lectores, defendemos a Aragón y tenemos muy claro el compromiso diario que mantenemos con esta tierra, pero esto solo se consigue si hay detrás una empresa que tiene muy claro que lo importante es trabajar y tener una exigencia empresarial y periodística importante.
Informa:Jorge Lisbona
Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Fue director del Diario de Tarragona y, desde 2008, dirige Heraldo de Aragón. Asegura que la credibilidad, la solvencia y la apuesta por el periodismo de investigación son las principales señas de identidad de este periódico. Admite que 2013 será un año complicado para los medios de comunicación aragoneses, aunque espera que en 2014 se empiecen a apreciar ligeros signos de mejora. En lo que respecta al futuro de los diarios en formato papel, Iturbe cree que en los periódicos del futuro predominará la opinión, serán más pequeños, más caros y tendrán una menor tirada.
Dragón Digital.- ¿Qué se siente al ser el responsable de uno de los medios de comunicación más importantes de Aragón?
Mikel Iturbe.- Éste es un medio centenario y, lógicamente, sacar todos los días una publicación con el peso, la credibilidad y la solvencia que tiene un producto como Heraldo implica directamente responsabilidad. En segundo lugar, satisfacción y orgullo porque representas, en lo informativo, a una casa muy importante.
D.D.- ¿Cuáles diría que son las señas de identidad de Heraldo de Aragón?
M.I.- Heraldo es un periódico muy profesional con una muy buena redacción y una solvencia y credibilidad informativa muy elevadas. Nosotros no dependemos de nadie. La independencia empresarial y la solvencia económica permiten un matrimonio perfecto entre una redacción profesionalizada y una empresa que no tiene exigencias económicas que nos estén asfixiando, lo que nos permite que el trabajo periodístico surja con total normalidad.
D.D.- ¿Cómo se gestiona un periódico en época de crisis?
M.I.- Con prudencia. El papel del director del periódico no solamente se sostiene en lo informativo, que es la parte más importante; también hay una responsabilidad en lo que hace referencia al control de los gastos, de los recursos y de las exigencias consumibles que tiene un medio todos los días. Tenemos unos gastos fijos importantes y, cuando descubrimos en 2008 que la crisis venía para quedarse, comenzamos a aplicar un plan de restricción y de control muy exhaustivo, lo que nos ha permitido estar en una situación privilegiada en comparación a la media de los medios de comunicación.
D.D.- ¿Se ha llevado a cabo algún cambio de forma en el periódico para reducir costes?
M.I.- Alguna pequeña trampa hemos hecho. Los lectores afortunadamente han entendido con normalidad que, en ciertas secciones, hemos reducido nuestra paginación. Esto ha pasado también en otros medios debido al descenso de la inversión publicitaria, que nos ha obligado a estructurar el producto en un menor número de páginas. No estamos dando menos periódico, lo que pasa es que antes había más páginas de publicidad. Lógicamente, ahora tratamos de atinar mucho más las decisiones que implican un gasto. Tienes mayor cuidado en el control de viajes y desplazamientos, tenemos medidas de ahorro muy exhaustivas, pero en lo que hace referencia a la calidad, al producto y a la solvencia no hemos escatimado gastos. Invertiremos lo que tengamos que invertir porque eso es nuestra bandera.
D.D.- ¿Qué le hubiera gustado hacer si las condiciones económicas no fueran éstas?
M.I.- Muchas cosas más, con dinero todo se gestionan de otra forma. Ahora tenemos dinero para poder sacar adelante esta redacción, pero, lógicamente, tenemos un control presupuestario mucho más riguroso, y eso establece limitaciones a la hora de planificar grandes coberturas informativas. Me hubiese gustado mover más la redacción, generar más informaciones, enviar a gente a más lugares, dejar que nuestros periodistas realicen coberturas de una forma mucho más sosegada, tener colaboradores a un precio más elevado y poder contar con firmas que, ahora mismo, no nos podemos permitir.
D.D.- ¿Cree que Heraldo es actualmente el único periódico de Aragón que puede destinar recursos al llamado periodismo de investigación?
M.I.- Nosotros tratamos de evitar el periodismo de agenda. Nuestra redacción de Internet genera sus propios temas y en la redacción en papel, aproximadamente el 80% de los temas son propios. La orden que tiene esta redacción es que tenemos que fajarnos de las ruedas de prensa y de la información que nos viene por el conducto oficial, aunque es cierto que el porcentaje restante tiene mucha fuerza porque, mediáticamente, es muy relevante. A ello hay que añadirle el volumen de cuestiones que van surgiendo a diario, como un suceso o un accidente. Hay algunas ruedas de prensa a las que debemos acudir porque el medio tiene una responsabilidad institucional. Si la presidenta de la Comunidad Autónoma o el alcalde de la ciudad quieren comunicar algo, Heraldo tiene que estar ahí. Lo importante es recoger eso con solvencia, credibilidad y una voluntad de interpretación que exige tener periodistas bien preparados y bien formados. Nuestro ánimo está en evitar, en la medida de lo posible, el mismo carril informativo que tienen el resto de medios.
D.D.- ¿Corren o correrán peligro los puestos de trabajo de los periodistas de Heraldo?
M.I.- Esperemos que no. En principio, nosotros estamos tranquilos y trabajamos con normalidad. A fecha de hoy no hay mayor problema.
D.D.- ¿Cómo ha evolucionado el descenso de la inversión publicitaria en los últimos años? ¿Ya se ve algo de luz al final del túnel?
M.I.- El descenso que hemos sufrido es parejo al de toda la prensa nacional. Creemos que todavía no hemos salido del túnel, la sensación que tenemos es que el próximo año también va a ser malo. El periódico responde de una forma clara a la realidad de mercado. Somos un bien de consumo y no podemos abstraernos de esa realidad. Yo siempre digo que hay tres elementos de referencia, que son el pan, el café y el periódico. El posible descenso de ventas que puede tener un bar de Zaragoza es el que ha podido tener Heraldo. 2013 va a ser un año complicado, pero espero que en 2014 empecemos a ver signos de ligera recuperación.
D.D.- Hay quien dice que los medios impresos tardarán más en salir de esta situación. ¿Qué opina?
M.I.- Creo que pasará todo lo contrario. Somos un termómetro perfecto de la realidad de la calle. Nosotros empezamos a notar la crisis ya en 2007 a raíz de un descenso en nuestras inversiones publicitarias. Cuando alguien no puede vender su vivienda o un coche se transmite de forma inmediata en los anuncios clasificados. Por tanto, creo que cuando empecemos a notar la reactivación del consumo, el periódico lo notará antes que el resto.
D.D.- ¿Qué pasará con los periódicos en formato papel en los próximos años?
M.I.- Creo que estamos en un momento de transición. Vemos cómo el producto que sacamos al mercado convive de forma sosegada con distintos tipos de lector. Tenemos a un lector más clásico, que no hará ninguna transición a la voluntad digital; un lector intermedio, que convive con los dos soportes y un lector más esporádico que está formado en lo digital y que accede al periódico no como comprador pero sí como posible lector. Creemos que no hay un rechazo a leer en papel y que, al final, productos como Heraldo sobrevivirán gracias a dos máximas fundamentales. Lo harán en la medida en que tecnifiquen más el producto porque leer va a ser una circunstancia muy restrictiva. Lo que sí estamos notando en este momento es una pérdida de la capacidad lectora del consumidor de información. El tiempo que se dedica a la lectura cada vez es menor. Ahora se hacen barridos en busca de determinadas entradas que te permitan estar medianamente informado, pero el tiempo que se dedicaba antes a la lectura de prensa está disminuyendo. Creo que, a la larga, el periódico atenderá a grupos de lectores más y mejor formados. Cuando esto suceda elevará el tono y centrifugará a muchas personas que no podrán acceder a ese tipo de información. El futuro de los medios pasa por periódicos muy elaborados, de mayor precio a lo que hoy se está abonando. El 1,30 pasará a la historia rápidamente y veremos periódicos que valgan entre 3 y 5 euros. Este nuevo modelo estará muy sostenido en la interpretación. De lunes a viernes veremos productos que se consumirán en el puesto de trabajo y, en fin de semana, veremos otro producto totalmente distinto. Será una transición lenta y sosegada, pero ordenada. Veremos cómo se reduce el tamaño de los periódicos, cómo se mejorará la calidad de impresión etc.
D.D.- ¿Cuántos años tardará en producirse este cambio?
M.I.- No me atrevo a dar una fecha, pero esto se moverá en la medida en que los dispositivos digitales aceleren su evolución, lo que ayudará a que se decante el mercado. Entonces, la prensa escrita actuará de otra forma. Tendremos que ver qué información generan y qué reflexión aportan los nuevos soportes. El 80% de los tuits o de las informaciones que circulan en Facebook tienen su origen en un medio de comunicación escrito. La supuesta capacidad de generación de información por parte de los ciudadanos es relativa, más bien pequeña. Afortunadamente, los periodistas seguimos gestionando y elaborando la información, de modo que los que trabajamos en medios escritos tenemos la fortuna de seguir liderando la opinión y la interpretación. La sociedad se partirá en dos: los que estarán bien informados y los que entrarán en otro tipo de consumo de información vía gratuidad.
D.D.- Heraldo tiene una posición privilegiada, ¿cree que este hecho le ayudará a ser de los primeros en dar el paso hacia el nuevo modelo?
M.I.- Ya somos de los primeros. En formato iPad, somos el primer y único periódico en España, por delante de El Mundo, que a las 10:30 tiene una edición. Cada vez tenemos más consumidores en tableta. El periódico está en Heraldo Premium y en Kiosco y más, y ahí tenemos un volumen de gente cada vez mayor que entiende que el soporte tableta es importante para poder consumir información. En ese sentido, estamos en la vanguardia. Además, nosotros somos bastante activos en redes sociales. Somos uno de los diarios españoles que más invierten en ese sentido. Nuestra página web es líder indiscutible en nuestra comunidad. Esos liderazgos nos dan una cierta voluntad para sentirnos satisfechos.
D.D.- ¿Ya se está pensando en cuáles serán los siguientes pasos?
M.I.- Sí, creo que el auténtico futuro pasa por los teléfonos inteligentes. Creo que las tabletas son soportes de despacho o de domicilio, pero no son portables, no puedes ir toda la noche con un iPad debajo del brazo. Hay que trabajar en los smartphones como elementos de consumo de información que te permitan una movilidad clara y un acceso a la información desde cualquier punto. Es ahí donde estamos trabajando, en ver cómo podemos generar información solvente, creíble y, sobre todo, legible, a través de los smartphones.
D.D.- ¿Cómo harán los medios para conseguir que el lector pague en Internet por lo que hasta ahora ha podido disfrutar de forma gratuita?
M.I.- Ese el gran debate en este momento y no hay nadie que esté acertando. Salvo aquellos que ofrecen unos contenidos muy exclusivos y especializados, nadie está consiguiendo que se pague por el consumo de información en Internet. El Financial Times o el New York Times sí lo están consiguiendo porque tienen una marca muy reconocible y una voluntad global. Ellos pueden conseguir suscriptores de todo el mundo, pero para ello hay que ofrecer información muy restrictiva, muy exclusiva y muy diferenciada. Hoy no existe una cultura de pago por consumo de información. Si hoy hiciésemos que Heraldo.es fuese de pago nuestras audiencias caerían de forma clara. Podríamos ir generando poco a poco una nueva audiencia que estuviese dispuesta a pagar por consumir, pero muy lentamente.
D.D.- Si no se consigue que la gente pague por acceder a la información a través de Internet, ¿qué pasará con los medios digitales?
M.I.- Hay una tendencia publicitaria que más o menos está soportando ese esfuerzo informativo, pero, evidentemente, si solamente funciona el pago vía publicidad las redacciones digitales no se sostendrán. Una redacción digital que solo ingrese por publicidad será una redacción limitada, de modo que las grandes coberturas informativas seguirán siendo patrimonio de los medios escritos. Por mucho que ingresen dinero por publicidad no podrán enriquecer sus redacciones.
D.D.- El número de lectores en formato papel baja, las visitas a la web suben ¿Cómo ve esta tendencia?
M.I.- Esta tendencia es un hecho, pero es un dato algo mentiroso. Si yo monto una bollería y pongo dos colas, una en la que digo doy cruasanes gratis y otra en la que los cobro a 1,50 euros, yo ya sé cuál es la cola que va a tener más éxito. Otra cosa sería si a los cruasanes gratis no les diese toda la elaboración que merecen y en la cola de pago ofreciese algo de mermelada, un poco de mantequilla, un buen café con leche y un zumo de naranja. Entonces, la cosa empezaría a cambiar. Nosotros tenemos que ser todo eso. Cuando no pagas por algo siempre habrá una cola más larga que otra. Lo que me preocupa es que la prensa digital no cuenta con la capacidad ni la elaboración que tiene el papel. También me preocupa la falta de exigencia de determinados consumidores y lo rápidamente saciados que se quedan. La gente curiosea y tiene una visión general de lo que ha pasado en el día, pero no adquiere una profundidad en el análisis informativo, lo que termina generando sociedades mucho más empobrecidas. En este sentido, la mayor red social que existe ahora mismo en Aragón es Heraldo. Tenemos 300.000 lectores diarios que se identifican con una imagen de marca. Ni Twitter ni Facebook tienen en este momento la capacidad que tiene Heraldo para generar debates comunes. Eso es algo importante para los medios, porque al final nosotros hablamos de cosas generales, lo que nos permite vertebrar la sociedad.
D.D.- ¿Twitter ha beneficiado o ha perjudicado al periodismo?
M.I.- Creo que este tipo de herramientas siempre son buenas si se saben administrar con cautela y si se sabe exactamente para qué sirven. El hecho de que el lector pueda contactar contigo de forma casi automática es algo bueno, aunque también es necesario saber discriminar, esto no puede ser una barra libre. Si no discriminas, cualquiera te puede decir mil barbaridades. Lamentablemente, esa voluntad por la inmediatez ha generado una falta de credibilidad en los tuits que se publican. La credibilidad sigue estando en los medios de comunicación y en los periodistas. Por tanto, la persona que administre las redes sociales de una medio de comunicación debe tener una formación elevada. Debe ser un experto en comunicación, tiene que saber moverse en este mundo para saber dar más y mejores respuestas. Si esa formación es periodística mejor, porque será capaz de discriminar contenidos periodísticos y sabrá ordenar el torrente comunicativo.
D.D.- ¿Cómo se sale de esta situación?
M.I.- Se sale con dos exigencias básicas: Con buenas empresas solventes e independientes económicamente y con más periodismo. En la medida en que hagamos más periódicos, mejor hechos, más elaborados y más solventes económicamente, nosotros mejoraremos nuestra reputación y credibilidad. Lo que nos está pasando no solamente es un problema económico, también es algo reputacional. Los periodistas hemos perdido mucho crédito de puertas afuera. Es importante que lo recuperemos demostrando formación, capacidad de trabajo, dedicación y entrega a nuestros lectores. Nosotros defendemos a nuestros lectores, defendemos a Aragón y tenemos muy claro el compromiso diario que mantenemos con esta tierra, pero esto solo se consigue si hay detrás una empresa que tiene muy claro que lo importante es trabajar y tener una exigencia empresarial y periodística importante.
Informa: Jorge Lisbona
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