Hoy, 3 de mayo de 2024, como cada año, se celebra el Día Internacional por la Libertad de Prensa. Esta libertad que, como cada vez que celebramos este día, se busca de manera constante en todo el mundo. Hemos podido hablar con Rosane Cristinha Marinho, una fotoperiodista que ha tenido que luchar por romper esta barrera y conseguir hacer del periodismo un trabajo mejor visto y con más libertad.
¿Qué significa para ti la libertad de prensa? ¿Cómo influye en tu trabajo?
Lo es todo, es parte de lo que el fotoperiodista necesita para poder contar sus historias. Si estamos cohibidos, por la razón que sea, no podemos contar. La libertad de prensa es esencial para nuestro trabajo. Sin ella, dejamos de existir.
¿Cuál consideras que es el papel de la fotografía en esta defensa?
Siempre será enseñar parte de esa realidad. La fotografía es una forma de contar, que siempre tendrá una visión personal, pero este fotógrafo debe tener un cierto rigor con la información. Este rigor es el que da la credibilidad a la fotografía. La fotografía es importante dentro de la libertad de prensa en el momento en el que se puede contar, narrar hechos que otros no quieren ver.
¿Cuáles son los principales desafíos que se enfrentan los fotoperiodistas si hablamos de libertad de prensa en la actualidad?
Uno de esos desafíos llega porque en determinados lugares la información está muy controlada. Ahora mismo, fotógrafos que conozco que están en Ucrania no tienen ninguna libertad de fotografiar lo que quieren. Están condicionados por el ejército ucraniano. Ellos no pueden ir a donde no permiten, tienen una vigilancia constante. Otro desafío es que a un fotógrafo, a veces, no puede contar algo porque está lejos, ninguna empresa le paga y porque tiene que ir como freelancer, pero no tiene ninguna garantía de que le vayan a comprar sus historias.
¿Qué importancia tienen las imágenes en esta lucha y en el acceso que tiene a la información?
Yo siempre pienso en eso que dicen de que las imágenes valen por mil palabras. Para mí eso es cierto, pero tampoco es verdad todas las veces porque las imágenes también pueden mentir, Pero son parte fundamental de la información.
Sin información no existe democracia y cada gobierno, cada país, cada ciudad, sea pequeña, grande, democrática o no puede acabar haciendo lo que quieran.
Rosane Cristina Marinho
¿Te ha tocado alguna vez saltarte algún obstáculo o algún tipo de censura en tu trabajo?
Censura, propiamente dicho, no. Pero luchar para poder llegar a un lugar, sí porque lo primero que encuentras muchas veces es el no. Y tú te quedas, vale , pero tengo que contar y acabas dando con la manera de entrar y de poder contarlo. Eso sí, muchas veces, cuando trabajas en un periódico y la persona no quiere permitir que cuentes eso, tienes que encontrar otra forma para poder contarlo y no aceptar el primer no.
La tecnología y las redes sociales, ¿cómo están impactando en la libertad de prensa?
El problema de las tecnologías, de las redes sociales es que ellas tienen una autocensura que esta determinada no por un ser humano, sino que por unos robots. Y yo veo fotógrafos que no pueden publicar determinadas imágenes, sobre todo si son de cuerpos. Especialmente si son de mujeres, incluso de mujeres amamantando. Y esas imágenes están censuradas y pierdes el poder de enseñar enseñarlas porque la propia red social no permite por una censura totalmente puritana. Por otra parte, la tecnología te da acceso a los medios de comunicación, acceso a transmisión de imágenes, a mucha información, esa es la parte buena.
¿Un consejo que le darías a un estudiante que quiera ser fotoperiodista?
La regla número uno del periodismo: El periodismo molesta. El periodismo que no molesta es publicidad. Nosotros somos los especiales que preguntan. Mi consejo es ser especial.
¿Cómo ves la libertad de prensa a nivel global?
En el mundo occidental es bueno. Aquí, en España, hay muy buena libertad de prensa. Puedes publicar lo que quieras. Lo que pasa es que ahora mismo también existen, en algunos medios, un poco de autocensura porque hay miedo a que te cancelen.
¿Qué retos enfrenta un fotoperiodista al documentar situaciones peligrosas, difíciles?
En las zonas de conflicto, ahora mismo, el cerco a la prensa es muy grande. En Ucrania y Gaza, no hay nadie de fuera que esté contando. Solo se cuentan con los que están dentro. En Ucrania, los fotógrafos no tienen libertad de movimiento. Solo pueden ir donde determina el ejército de Ucrania. Eso también pasaba en Irak, en Siria. Aun así, se consigue contar muchas de esas historias.
¿Cómo podemos mejorar los fotoperiodistas para que la libertad de prensa vaya a mejor?
Hay que prestigiar a quién hace, a quién está contando. Primero es suscribirse a los periódicos, a las revistas. Es una forma importante de dar apoyo.
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