Entrevistas

Sergio Moreno, responsable del Grado de Psicología: “Todo esto que ha sucedido está dejando una clara prueba de que no hay suficientes recursos destinados a la salud mental”

Maestro y psicólogo de formación, se enfrenta, ahora, al reto de ser el Coordinador Académico del Grado en Psicología, implantado este mismo año en la Universidad San Jorge (USJ). Parte con una dilatada experiencia ya que también es el responsable del Servicio de Orientación y Atención Psicológica (SOAP) de la Universidad y codirector del gabinete Psicología Zaragoza. Sergio forma parte de la USJ desde el año 2011 impartiendo clases en los grados de Fisioterapia y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte(CCAFD). Su línea de investigación se centra en la Psicoterapia y Asistencia Sanitaria, donde esta acreditado como especialista en Psicoterapia a nivel europeo desde 2009, cuenta también con un Doctorado con Mención Europea en el programa de Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza

Pregunta: ¿Cómo ha sido instaurar un grado nuevo en estos momentos?

Respuesta: Realmente como veníamos ya de un semestre el curso pasado donde tuvimos que adaptar todo a las nuevas tecnologías y a la nueva situación, el instaurarlo no ha sido nada especialmente traumático. Ya había mucho camino recorrido y preparado en lo que era la metodología. Al ser un grado con un número de alumnos bastante limitado y con una programación que hemos podido contar con bastante tiempo, la verdad es que las planificaciones han sido muy llevaderas. Creo que no ha representado nada especial frente a lo que ha sido la dificultad en otros grados.

P: ¿Cómo afrontó el reto de ser el responsable del grado de Psicología?

R: Fundamentalmente con mucha responsabilidad porque es un grado que se viene trabajando en la Universidad desde el 2013. Nos hemos ido encontrando con muchas dificultades por parte de los gobiernos que ha habido para poder instaurarlo y finalmente lo han concedido. Entonces, la sensación es de tener una enorme responsabilidad para poder dar respuesta con calidad a esa expectación social que se ha generado.

P: ¿Cuál es la valoración de estos meses de curso? ¿Cómo se han adaptado los alumnos de esta primera promoción a la metodología semipresencial?

R: A pesar de que hemos llevado una metodología mixta entre online y presencial, pues la metodología presencial es mucho más gratificante, el feedback que tengo de los alumnos y profesores es que hay un nivel de satisfacción bastante alto. De hecho, nos pasaron los resultados de las encuestas de satisfacción de los alumnos de nuevo ingreso hace unas semanas y aparecía un feedback muy, muy positivo. Si no recuerdo mal, estábamos en un nueve sobre diez. Yo creo que al no haber tenido presencialidad previamente es una ventaja. El alumno ya ha venido con una programación concreta y como cómo iba a ser la modalidad de docencia.

P: Nos encontramos en una situación de incertidumbre constante debido a la COVID-19 ¿cómo puede afectar esto a los estudiantes y a su rendimiento?

R: En lo que se refiere al Grado de Psicología no lo podemos valorar, porque como no tenemos notas o rendimientos de estudiantes previos a una situación normal o estándar. Nosotros vamos a ir viendo cómo se desenvuelve el estudiante en esta situación conforme se vaya sucediendo el curso. Tratamos con gente joven, una de las muchas cualidades que tienen es la capacidad de adaptación a las situaciones.

«El feedback que tengo de los alumnos y profesores es que hay un nivel de satisfacción bastante alto»

P: En el Servicio de Orientación y Atención Psicológica (SOAP) de la USJ, del cual también es responsable, ¿se han observado más casos de ansiedad, depresión o estrés en el alumnado universitario debido a esta atípica situación?

R: Si bien se han reducido las situaciones ansiógenas que provocaba la evaluación presencial, como los exámenes orales, etc. Creo que se han incrementado los problemas de ansiedad derivados de la gestión o planificación, y el poder ir un poco más al día o llevar un ritmo más adecuado de estudio. Con esta modalidad online, el alumno queda un poco más en libertad de hacer lo que crea conveniente en su casa. Aun así, yo creo que con la metodología mixta que hemos llevado este primer semestre en todos los grados eso se amortigua bastante.

P: ¿Qué temas pueden tratarse en el SOAP?

R: El SOAP es un servicio de asesoramiento. Fundamentalmente nuestra labor es tener una primera recepción del estudiante que se está encontrando con problemas, por ejemplo, emocionales y que cree que están interfiriendo en el rendimiento académico. Entonces, si los problemas vienen originados o causados por el estudio desde el servicio se ofrecen distintos recursos o talleres para, por ejemplo, afrontar la ansiedad ante exámenes, cómo gestionar el tiempo, o bien consultas puntuales a nivel individual donde esa misma demanda con estas temáticas atenderla de forma más detallada. El servicio no es una consulta psicológica sanitaria al uso, no es un servicio para solucionar los problemas emocionales que pueda tener el alumno fuera. Otra labor nuestra es distinguir dónde pueden estar las causas externas y orientar hacia la ayuda más eficaz. Por ejemplo, sí que se ha producido un incremento, debido a la pandemia, en las demandas que requieren atención específica fuera.

«De hecho, si vemos los telediarios, vemos continuamente cifras de gente infectada, de gente en UCI, de gente fallecida, pero no vemos ni una sola cifra de gente que ha tenido problemas de ansiedad, de depresión, de consumo de psicofármacos, etcétera».

P: Como director del centro de Psicología Zaragoza, también conocerá diferentes perfiles que el del universitario que hayan podido desarrollar algún tipo de problema psicológico derivado de la pandemia ¿han aumentado las consultas después del confinamiento?

R: Actualmente el centro lo codirijo con Esther Fernández, que es la encargada del área de infantil. Es un gabinete especializado por áreas, donde los profesionales se dedican única y exclusivamente al campo de su especialización. De tal manera, creo que podemos contar con un cierto feedback social de por dónde ha ido la realidad en este sentido. Yo diría que, a nivel adultos, la demanda por problemas de ansiedad se ha disparado notablemente. En niños, al haber estado la situación un poco más flexible en los procesos de aprendizaje, no se manifestaron tanto estas dificultades, disimuladas muchas por los “nuevos” contextos didácticos, estaban en casa, los padres más encima…En la demanda infantil han predominado sobre todo los problemas de conducta. A nivel temporal, ha habido picos de demanda diferentes a los de otros años, lógico, habiendo asistido a una serie de limitaciones de desplazamiento y de libertad un poco peculiares. Esto durante el segundo y parte del tercer trimestre del año, ahora mismo cuando ya se ha “normalizado” todo un poco más, volvemos hacia las tendencias previas.

P: ¿Considera que se le da la importancia necesaria a la salud mental?

R: Yo creo que tiene que haber un mayor protagonismo de la salud mental, todo esto que ha sucedido, ha dejado o está dejando una clara prueba de que no hay suficientes recursos destinados a estas problemáticas. De hecho, si vemos los telediarios, vemos continuamente cifras de gente infectada, de gente en UCI, de gente fallecida, pero no vemos ni una sola cifra de gente que ha tenido problemas de ansiedad, de depresión, de consumo de psicofármacos, etcétera. Nosotros, en el gabinete, no tenemos servicio de psiquiatría, pero hay gente que llama para pedir que le receten pastillas, de tener, a lo mejor, una llamada cada cuatro meses por alguien que se equivocaba antes de todo esto, hemos llegado a tener semanas donde han llamado cuatro y cinco personas pidiendo consulta de forma más o menos urgente con un psiquiatra. Cuando eso aterriza en una demanda privada, además un gabinete orientado a la psicología, entiendo que tienen que estar los dispositivos desbordados.

«Sí que, quizás, tendríamos que irnos preparando para lo que va a ser la “desescalada” o vuelta a la “normalidad”, porque un escenario más positivo puede conllevar también su riesgo para la salud mental».

P: ¿Qué consejos podríamos seguir para cuidar nuestra salud mental en estos momentos?

R: La respuesta no es fácil. Los consejos e indicaciones tendrían que estar adaptados tanto a la situación como a la persona. Dar un consejo general tiene el riesgo de no ir adaptado a la persona en concreto. Creo una de las dificultades específicas que tenemos ahora para este tipo de cuestiones es que vamos cambiando situacionalmente cada muy poquito tiempo, a veces semana a semana. Es decir, no son los mismos los consejos de salud mental durante un confinamiento porque, evidentemente, el entorno, el ambiente, las oportunidades que tenemos de distracción, las fuentes de ansiedad estrés, son diferentes a, por ejemplo, los consejos que puede haber de salud mental, en el momento en que haya una vuelta a la normalidad, que se pueden dar reacciones muy maníacas, muy eufóricas y también habrá que cuidarse. O, por ejemplo, hablando de las pérdidas, por situaciones que he visto en consulta, no es lo mismo orientar a una persona en una pérdida durante el confinamiento que no se podía hacer un funeral, que no se podía hacer una despedida tradicional, a, por ejemplo, en verano, que ya teníamos cierta flexibilidad para ello. O ahora, que hemos vuelto a una situación donde a veces la gente no sabe “ni dónde está” en lo que a restricciones se refiere, si en la situación A o B. Solamente ese detalle de desorientación, ya puede provocar más ansiedad. Creo que la propia naturaleza de cada situación es un factor a tener en cuenta muy muy importante en estos momentos. Creo que hay que ser muy prudentes y analizar tanto la situación concreta como la persona concreta a la que vaya destinada ese consejo que queramos dar. Sí que, quizás, tendríamos que irnos preparando para lo que va a ser la “desescalada” o vuelta a la “normalidad”, porque un escenario más positivo puede conllevar también su riesgo para la salud mental.

Universidad San Jorge