Un balón ovalado que avanza terreno

“Lo que no entiendo es por qué no había sucedido esto antes, durante el mundial es el tercer deporte más televisado, y en otros países es el primer deporte” se cuestiona Alejando Cases, presidente del Íbero Club Rugby. Según los datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, las licencias federadas en rugby han pasado en Aragón de 440 en 2012, a 681 en 2014. Es decir, han aumentado un 54% en dos años. Desde las organizaciones y clubes contemplan complacidos como crece la afición y la participación en este deporte, pero no saben dar respuesta.

Alfredo Benedí, entrenador en el Fenix Rugby, se aventura con una hipótesis. Los motivos para el auge del rugby son dos: uno a nivel internacional- es una tendencia que se viene dando en toda España- y otro local, en Aragón.

“A nivel nacional el problema era que anteriormente, en las licenciaturas de CAFD (Ciencias de la Actividad Física y el deporte) no se prestaba atención al rugby” explica. En consecuencia, los profesores de Educación Física en los colegios no enseñaban a los niños este deporte. “Lo que ocurría finalmente es que la gente no estaba familiarizado con el rugby”, explican desde la Federación Aragonesa de Rugby. Pero desde hace algunos años, este deporte es tenido más en cuenta en los planes de estudio de los grados de CAFD. E incluso en algunas provincias, como Lérida, se imparte una especie de “maestría” sobre rugby.

La Federación también alude a la influencia de ciertas campañas nacionales en los medios de comunicación. Recuerdan con especial énfasis el spot que llevo a cabo Cola Cao en 2013.

Paralelamente, voluntarios del club en el que Benedí es entrenador ponen en marcha una iniciativa en Aragón. Una iniciativa de promoción y captación: “Rugby en superficie dura”. Comenzaron en 5 colegios del barrio de Torrero hace 15 años. Pedían permiso a los profesores de Educación Física para impartir sesiones formativas de rugby a sus alumnos.

Este proyecto ha ido sufriendo altibajos: barbecho-siembra-barbecho-siembra. Pero hoy en día acuden a casi todos colegios de Zaragoza. Los veteranos del Club del Fenix Rugby siguen dicando su tiempo a la promoción del rugby en los colegios. Y pronto se adhirieron a esta iniciativa otros clubes aragoneses como el Universitario (Zaragoza), Quebrantahuesos Rugby Club (en Barbastro), Ejea Rugby (en Ejea de los Caballeros) y el Club de Rugby Seminario (en Tarazona)

Además, desde la Federación Aragonesa de Rugby también se intentó prestar atención a estas futuras canteras, organizando concentraciones de escuelas de forma regular, y a la difusión de este deporte en nuevas zonas de la Comunidad.

Fruto de estas acciones de promoción -y de otros factores-, se ha dado un crecimiento del rugby aragonés en todas sus facetas –licencias, clubes, afición, etc-. Un crecimiento que ha sido paulatino y constante, pero que ha batido records durante estos últimos años (2014-2015).

Este auge, además de en el número de licencias –necesarias para las competiciones federadas-, también puede verse reflejado “a pie de calle”. Juan José Esteban –coordinador de la competición de rugby entre las facultades de la Universidad de Zaragoza: El Trofeo Rector- puede ver como en muchas ocasiones son universitarios que forman equipos por pasar un buen rato con sus compañeros y disfrutar haciendo deporte. Son “universitarios que nunca antes habían jugado a rugby, pero lo descubren y acaban enganchándose…cada vez son más los que se quedan hasta el final y después buscan dónde seguir practicando este deporte”.

Ante la creciente presencia de universitarios “enganchados” por el rugby, también crecen quienes se animan a formar escuelas y clubes de rugby. Y es que en nuestra comunidad autónoma han surgido dos nuevos clubes en apenas 3 años. El Quebrantahuesos Rugby Club y el Íbero Club Rugby.

Alejandro Cases, presidente y promotor del Íbero Rugby, se plantea la posibilidad de crear un nuevo club “para aquellos que quieran seguir disfrutando de este deporte de una manera un poquito más profesional”. Lo reconoce: sus fichas están principalmente cubiertas “por jugadores del Trofeo Rector de la universidad”. Así nacía el Íbero C.R en 2015. Un club que actualmente cuenta con más de 35 fichas en la sección masculina y con 13 fichas en la femenina.

Ellas también juegan

Un incremento del 362% en dos años. Y es que según los datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte sobre licencias federadas, el aumento de las masculinas, de un 37%, es considerable, pero la gran explosión se ha producido en el rugby femenino, que ha pasó de 24 licencias en 2012 a 111 en 2014. Un incremento de más del 300%.

En Zaragoza podemos verlo reflejado en la Competición del Trofeo Rector. “Hace 3 o 4 años no había competición de rugby femenina, no había las suficientes chicas” comenta Juan José Esteban, coordinador de la Competición desde hace años. “Luego empezamos con 6-7… ¡pero este año se ha doblado!”, y es que son 11 los equipos femeninos que participarán este año en la Competición del Trofeo Rector.

Otro ejemplo más podría ser el Campeonato de Aragón Universitario. El año pasado fue el primer año que este campeonato contó con competición femenina.

Merche Estallo sonríe, ella también lo tiene muy claro: “La sociedad va evolucionando. El deporte tardó mucho tiempo en llegar a la mujer, pero tarde o temprano llega: y ahora parece que le ha tocado al rugby”. Y es que no solo parece que ha aumentado la afición al rugby en los últimos años, sino que ha aumentado el número de chicas que practican este deporte. Merche juega en el equipo aragonés Fenix Rugby. La primera chica llegó a este equipo hace 10 años. Hoy son casi 20.

Clara Poza probó un día, le insistieron sus compañeras de clase. Ahora está “como loca con el rugby”. Hoy juega en el equipo universitario de Ciencias de la Salud. A ella le gusta verlo como “un golpe feminista: las mujeres no solo hacemos deporte, sino que hacemos deportes duros y agresivos”.

Si faltaban las respuestas sin titubeos frente al aumento de la afición al rugby, aún parece más complicado responder al aumento de la participación femenina. Juan José lo reconoce: “La verdad que no tengo respuesta, lo desconozco totalmente”. También desde la Federación Aragonesa de Rugby: “El único club que siempre ha tenido equipo femenino ha sido el Club Deportivo Universitario, y hace dos o tres años empezaron a llegar llamadas: ¡había chicas entrenando en muchísimos clubes!… pero tampoco podría decirte cómo ha ido surgiendo”.

Antes, el equipo femenino del Club Deportivo Universitario tenía que salir fuera para competir contra otros equipos en las distintas comunidades autónomas. Hoy pueden brindar: ya pueden competir en casa, en una liga sub-7 contra los nuevos equipos femeninos aragoneses.

Fuentes de la Federación siguen dándole vueltas al teléfono: “Es curioso, la Selección Española de Rugby hace años jugaba el 6 Naciones, quedaban en puestos altos en campeonatos mundiales de rugby…en ese momento no, pero ahora que han bajado ocurre este boom…no te sé decir las causas”.

A nivel nacional, también existe un Programa Mujer y Rugby del Consejo Superior de Deportes. Durante este año 2015 se centraron en dos áreas de acción. Por un lado la formación y educación de las entrenadoras, árbitras y directivas. Y en segundo lugar –y para provisionar las canteras de las escuelas de los clubes- en la promoción y participación deportiva de las niñas en los clubes más cercanos.

La profesionalización, un tanto pendiente

Sin embargo, el auge del rugby tiene un techo. La profesionalización. El rugby no está profesionalizado. Y sin dinero difícilmente llegue a estarlo. La Federación Aragonesa de Rugby lo reconoce apenada: “Tendrían que entrar bastantes marcas dispuestas a poner dinero sobre la mesa, hacen falta sponsors, patrocinios”, pero esto no ocurre en Aragón.

En Extremadura, por ejemplo, se han contratado tres jugadores argentinos. ¿Cómo? En esta Comunidad no existen equipos deportivos que sean “muy punteros”. En consecuencia, las subvenciones llegan a todos los deportes más o menos equitativamente, y pueden permitirse fichar jugadores extranjeros. En Aragón las subvenciones se van a otros deportes. Y, en consecuencia, también se van “los mejores jugadores de rugby a Francia, donde sí que cobran por jugar” comentan desde la Federación.