La comunicación ha tenido una importancia primordial a lo largo de la historia humana. Desde una charla de amigos hasta un discurso político, el arte de comunicar correctamente puede ayudar en numerosos campos, una tarea a la que se dedica Sara Dobarro, directora de Quedigo.
Pregunta- ¿Por qué se dedica a enseñar a comunicar?
Respuesta- Me gusta poner en valor la comunicación, pero no solo como una herramienta o como parte de una profesión o el estudio de una actividad comunicativa, sino como esencia de vida, como parte de algo que es fundamental para el desarrollo humano. La comunicación nos acompaña desde que nacemos. Incluso el silencio comunica.
En el siglo XXI todos estamos llamados a comunicar. Uno es mejor profesional en cuanto sus habilidades de comunicación son mejores que las del de al lado, porque ahora muchos profesionales tienen que dedicarse a labores comerciales, a hacer presentaciones de sus productos, de sus procesos, de sus mecánicas. No les queda otro remedio que hacer uso de su comunicación verbal y no verbal.
P- ¿Qué tipo de gente suele buscar mejorar sus habilidades comunicativas?
R- Hay de todo, desde niños que buscan trabajar la estimulación de lenguaje, estudiantes para mejorar su rendimiento y profesores para que les presten más atención en las aulas hasta ingenieros y empresarios.
P- ¿Destaca alguna profesión sobre otra?
R- Hay una profesión que demanda muchísimo este tipo de servicios: los ingenieros. Además, es un placer trabajar con ellos, porque tienen una mente estructurada para trabajar procesos y son muy consecuentes. Por ejemplo, había un ingeniero al que querían trasladar a Suiza, y era muy competente y muy válido, pero hablaba muy fuerte y con gestos muy agresivos, y no lo podían enviar así.
P- ¿Y casos especiales?
R- En una ocasión vino un chico paralítico cerebral con problemas para la dicción, pero con una capacidad racional muy importante. Él quería hablar como los demás para ser tomado en consideración, porque le fastidiaba tener conocimientos pero no ser tenido en cuenta. Con las redes sociales, si escribía era tratado como un igual por sus conocimientos, pero en cuanto hablaba, su parálisis verbal más todo lo demás lo dejaba en una situación bastante difícil. En seis meses está hablando al 80% de cómo lo hace cualquier persona.
P- ¿Cómo está España en este campo a nivel internacional?
R- En Europa, por ejemplo, en Francia, desde los tres años se les enseña de forma natural a hacer exposiciones en público, de forma que no sea ningún trauma. El día que van a clase después de un fin de semana explican lo que hicieron con sus padres. Lo cuentan frente a los demás y, dependiendo de las reacciones, de si se siente ridículo o causa risa, van aprendiendo de forma natural, porque la comunicación es instintiva. Así, cuando llega un directivo francés, a los españoles se los comen, porque tienen un entrenamiento desde los tres años.
En Estados Unidos también se le da importancia. Allí, la ingeniería computacional se ha dedicado al estudio de la comunicación no verbal, a la que aquí le hemos dado muy poca importancia. Ahora, por ejemplo, los juicios son grabados para el estudio de la comunicación no verbal. Determinados casos como el juicio del Duque de Palma, que no querían que se supiese toda la verdad, no dejaron que se grabase, porque la comunicación no verbal representa el 80% de lo que se transmite.
P- ¿Cómo empezó con este negocio?
R- Empecé por una amiga ingeniera que dentro de su empresa tenía un problema, que es que su gente no comunicaba bien. Me pidió que formase a su equipo, y quedaron tan contentos que me pasaron al colegio de ingenieros y así de un sitio a otro. Nos empezaban a reclamar por boca-oreja. A las personas les interesaba mucho. Hemos formado en muchas empresas, tanto en Zaragoza, como Aramón y el Grupo Quirón, hasta grandes multinacionales como McDonald’s.
P- ¿Dónde se aprende a enseñar a comunicar?
R- En mi caso lo he aprendido a lo largo de toda mi vida, porque tiene diferentes disciplinas. Por un lado está el estudio de la comunicación y del periodismo, que fue la carrera que hice. Después estuve trabajando como jefa de prensa de Manuel Fraga durante diez años. Allí aprendí muchas técnicas de manipulación y de cómo las palabras seducían y conducían los comportamientos de las masas desde el poder. Me di cuenta de lo fácil que era manipular los cerebros. En vez de manipularlos, lo que hago es enseñar a que piensen por sí mismos y a protegerse de la corriente de masas.
En un momento de mi vida sufrí un shock muy grande y me di cuenta de que todos mis paradigmas mentales no me servían y tuve que rehacerme a mí misma y aprender a trabajar con mi propio cerebro. En eso se basa mi método, en hacernos sentir vulnerables para aprender una nueva forma de manejar el cerebro. Después de ello estudié logopedia y neurociencias y todo fue confluyendo junto con mi experiencia en comunicación.
P- ¿Adónde quiere llegar?
R- Mi sueño es poder crear una escuela de formación y espero conseguir la ayuda suficiente para sensibilizar a alguna empresa que tenga una fundación para crear una escuela de formación de mi método, para que pueda llegar a todas partes del mundo. Yo puedo ir formando a gente mía, pero no tengo la disponibilidad para dedicarme a formar.
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