Entrevistas

Belén García: «El profesorado necesita formación adecuada para guiar a los estudiantes y a las familias»

Por Beatriz Gandoua Morales

Aunque las nuevas tecnologías han aportado numerosos beneficios en el ámbito educativo, su integración no está exenta de desafíos y preocupaciones. Belén García, docente del Departamento de Psicología Evolutiva de la Educación de la UMA, imparte asignaturas en el grado de Educación Infantil, Primaria y en el máster en Psicopedagogía. A continuación, hablamos con ella, quien ofrece una perspectiva sobre cómo el uso de los móviles afecta a la infancia y los riesgos asociados a un mal uso de las pantallas.

¿Cómo afecta el uso de los móviles en la infancia?

Como cualquier otra herramienta, tiene unas consecuencias, pero normalmente estamos muy enfocados en los problemas que genera el uso de pantallas. A mi juicio, el problema tiene que ver con el mal uso de las pantallas. Si se hace un mal uso, las consecuencias serán unas u otras dependiendo del momento evolutivo, y la gravedad de ellas también será diferente. Cuanto más temprana es la edad y más intenso el mal uso, más graves serán las consecuencias.

¿Qué relación tiene las horas que pasan delante de una pantalla con los hábitos de sueño?

El uso de pantallas sí que está relacionado o tiene repercusiones en los hábitos de sueño. Tenemos efectos más adversos cuando privas a alguien del sueño que cuando lo dejas sin comer. Incluso puede intervenir en la calidad del sueño. En edades tempranas, el sueño es importante para el crecimiento, es decir, que tiene consecuencias físicas. Y una de ellas es el aprendizaje. Si utilizamos las pantallas antes de dormir, estamos perjudicando la calidad del sueño. Además, el tipo de luz que utilizan nuestros móviles le dice al cerebro que es de día, lo que impacta negativamente en el aprendizaje.

¿Cómo influye el uso de las pantallas en el desarrollo de la atención en esta edad?

Cuando utilizamos pantallas, los contenidos que aparecen sí que requieren atención, pero desarrollan una que no nos sirve para los aprendizajes profundos. Estamos muy estimulados porque los contenidos cambian rápidamente, desarrollando lo que llamamos atención cautiva. Hay mucha investigación sobre cómo se activa la ruta de la recompensa. Si practico constantemente un ejercicio que me da muchos estímulos, pero no me ayuda a controlar mi atención, termino con una atención aguda para detalles en videojuegos, pero incapaz de gestionarla en otros contextos. Esto es algo que los profesores están viendo: los estudiantes tienen cada vez más problemas para mantener la atención.

¿Podría estar relacionado con la adicción a Internet?

Efectivamente, la ruta de la recompensa tiene mucho que ver. A las neuronas les resulta súper recompensante el cambio constante de estimulación. Las aplicaciones y redes sociales están diseñadas para mantenernos enganchados el mayor tiempo posible. En muchos casos, acabamos teniendo problemas sin darnos cuenta. Además, como todo el mundo tiene el móvil siempre a mano, lo normalizamos sin ser conscientes de que no estamos decidiendo usarlo. También estamos expuestos a opiniones de millones de personas y vemos contenidos que muestran una realidad distorsionada.

¿De dónde tendrían que venir las soluciones para evitar un uso inadecuado de la tecnología?

Las soluciones deben venir de las administraciones públicas, promoviendo políticas que protejan a los usuarios, y de los desarrolladores, asegurando que sus productos no perjudiquen la salud. El profesorado necesita formación adecuada para guiar a los estudiantes y a las familias, muchas veces desorientadas, sobre el uso responsable de la tecnología.

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