El tratamiento de los temas deportivos está cambiando. Actualmente, sobresale un periodismo más lento y literario con una gran historia detrás frente al periodismo amarillista y del morbo
Andrea Sáez
La sociedad de lo digital y de la rapidez ha llegado al periodismo deportivo. Millones de profesionales de la comunicación alrededor del mundo pueden narrar un partido o una rueda de prensa a través de las redes sociales. Se ha llegado a dar la situación de estar activo en la red las 24 horas del día porque, nada más entrar a un medio, se explica que la competencia tiene las mismas armas y hay que ir un paso por delante.
El director de la sección de deportes de El Mundo, Orfeo Suárez, así lo aseguraba: “Hay que adaptarse muy rápido porque la competencia en el sector del deporte es tremenda”. Tal es así que algunos medios han propuesto innovar tanto en sus contenidos como en sus herramientas para atraer cada vez a más personas.
Según la página web de Statista, el diario que más se leyó durante 2018 en España fue Marca. Esto es por las constantes innovaciones que está haciendo el medio. Una de las más exitosas fue la creación de Marca Claro a través de una alianza editorial con Claro Sports, la mayor plataforma digital de deportes de América del Sur. Con este acuerdo, el periódico español se aseguró de que llegaría a más países y se convertiría en el medio deportivo de referencia en habla hispana.
Otro de los cambios que hizo el medio fue el de apostar por noticias amarillas y morbosas poco a poco. A los lectores habituales del periódico no les importó y hasta llegaron nuevos usuarios a la página web gracias a ello. Con el paso del tiempo, las noticias sobre líos amorosos, peleas en el vestuario y diversos temas polémicos llenaron cientos de portadas del medio convirtiéndose en algo habitual.
A pesar de que la mayoría de las personas buscan información rápida y de usar y tirar, está surgiendo un nuevo periodismo de contenidos más trabajados. Se ha abierto una nueva puerta para un estilo más profundo y de análisis. Actualmente, el periodismo deportivo ha pasado a ser una cosa de dos.
“El periodismo de club, partido o empresa ya tiene su hueco en los kioscos”
Aitor Lagunas
José María Albalad, docente y doctor en Comunicación, define el periodismo slow como “una manera de huir del periodismo más breve que impera en la sociedad actual. Es una corriente profunda con la que se analiza cada detalle con el mínimo de detenimiento”.
Una de las revistas líder en este ámbito y que surgió para dar cabida a este tipo de estilo es Panenka, cuyo eslogan es el fútbol que se lee. El periodista zaragozano Aitor Lagunas es la cabeza visible de un proyecto mensual que reúne a varios comunicadores deportivos entre los que resaltan Toni Padilla, Axel Torres y Sid Lowe. Su característica en común es contar historias desde una perspectiva más humana y cercana que otros medios no han logrado conseguir.
“Nos gustan las historias de fútbol sin espacio en los medios más populares: historias de seres humanos que ganan y pierden. Sobre todo, que pierden”, explica Aitor en su página web. “Sentimos una íntima y encendida pasión por el fútbol, pero dejaremos tranquilo al hincha que todos llevamos dentro a la hora de escribir. El periodismo de club, partido o empresa ya tiene su hueco en los kioscos”, termina por afirmar.
Para evitar confusiones, el grupo de redactores de Panenka decidió crear un vídeo contando lo que supone su medio.
Una convivencia demandada y obligatoria
El periodismo deportivo se ha ido reinventando hasta llegar a hacer al profesional de la comunicación preguntarse qué tipo de artículos quiere hacer que lean sus lectores. Al final, hay personas que se decantan por el morbo mientras que hay otras por el periodismo slow.
Ahora, con estos dos escenarios, le toca el turno al periodista. Tiene que saber combinar lo mejor de ambos estilos en un artículo o en una entrevista. Gracias a ello, su pieza reunirá todo lo demandado por los lectores: rapidez y profundidad. Y con la pasión siempre de por medio.
La adaptación del profesional a los nuevos formatos debe ser total y debe tener la capacidad de saber qué se le pide en todo momento siempre añadiendo los dos estilos a sus piezas. Orfeo Suárez así lo aseveraba: “Un periodista debe tener el suficiente criterio y conocimiento para combinar las dos formas y que suene serio. Hay que saber que sin pasión el periodismo deportivo no sería un objeto de los medios de comunicación”.
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