Año tras año, miles de estudiantes de la Unión Europea y de otros países colaboradores cruzan las fronteras de su Estado para vivir una experiencia que, además de enriquecer su expediente académico, se convierte una historia única. Cada estudiante Erasmus tiene la experiencia irrepetible de vivir un año en otro país comunitario, algo que para muchos supondrá dejar temporalmente el hogar familiar por primera vez.
Cada vivencia, cada momento o cada recuerdo depende de dos factores: la ciudad en que se elija vivir y la gente con que te toque convivir. Hay tantos Erasmus diferentes como universidades participan en este proyecto. En el caso de Teramo, un pequeño pueblo de la región del Abruzzo italiano, cientos de jóvenes conviven durante más de nueve meses en un ambiente de hermanamiento difícilmente repetible en España. Unos 140 españoles, junto con gente procedente de Turquía, Bulgaria, Alemania, Polonia o, por supuesto, Italia, forman una unión que permanecerá en la mente de todos aquellos que decidieron embarcarse en esta aventura.
Teramo es un pueblo de 50.000 habitantes en el que, tras el terremoto de L’Aquila en 2002, menguó la economía y por tanto las diversas formas de entretenimiento quedaron prácticamente reducidas a la nada. Los participantes de este proyecto se las saben arreglar para sacar el máximo rendimiento a su estancia fuera de España. Uno de los lugares más emblemáticos de esta localidad es el bar “El Olmo”. Este establecimiento se ha convertido en un punto de reunión de todos los estudiantes. Allí se pueden degustar platos típicos italianos como pasta, lasaña o espagueti, pero al tratarse de una ciudad tan pequeña también se suelen improvisar reuniones en la Vía del Corso, calle principal de la ciudad, o en Duomo.
En época de exámenes todo cambia. La biblioteca del pueblo se llena de estudiantes de todas las nacionalidades aunque, por sorprendente que pueda parecer, la más repetida es la española. Estudiantes de comunicación, derecho o veterinaria dejan a un lado la fiesta y echan el resto para afrontar los últimos días de estudio. Los días pasan volando, pero todo lo bueno tiene su final. No obstante, antes de que se acabe todo llegará el “Evento Nazionale”: Tres días de fiesta que reúnen en Catania a todos los estudiantes que han hecho su Erasmus en Italia. Pasado el evento, y tras los últimos exámenes, llegan las despedidas, aunque en su mayoría serán temporales puesto que los nueve meses más rápidos de nuestras vidas durarán para siempre.
Escrito por: Javier Mombiela, estudiante de 3º de Periodismo de la Universidad San Jorge
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