“El diseño y la creatividad nos vuelven locos. Es lo que nos hace levantarnos por la mañana e ir a trabajar con una sonrisa en la cara”, aseguran Andrea Villalta, Jano Cabello y David Ruesta, componentes de Stuart Estudio, en su página web. Tras finalizar sus estudios, los tres tenían claro que querían hacer algo diferente. No estaban dispuestos a permanecer sentados hasta encontrar un trabajo y decidieron crear su propio estudio creativo. Allí, realizan trabajos de diseño, maquetación, creación de marcas, programación web, mantenimiento de redes sociales y blogs etc.
El proyecto nació con el objetivo de “cambiar las cosas, ayudar a los emprendedores a crear su marca y a ayudarles durante el proceso de creación de la identidad corporativa para que todo esté en su sitio y triunfen como es debido”. Los componentes de Stuart Estudio aseguran que los inicios fueron duros. “Te entran ganas de rendirte muchas veces, pero hay que ser humilde y conseguir tus objetivos, llevar a cabo tu idea sea como sea. No hay que desanimarse ni perder la ilusión. Tampoco hay que tener prisa”, afirma Cabello. A ello, añade: “Hay que compartir la idea con familiares y amigos porque, a veces, la persona que menos te esperas te va a ayudar a enriquecer tu trabajo, todo el mundo puede aportar algo a tu vida”.
Para crear una empresa de la nada puede parecer que hace falta una gran suma de dinero. Sin embargo, Stuart Estudio empezó con cero euros. “Cuando nos juntamos solo teníamos nuestro ordenador y para montar una sociedad limitada necesitábamos un mínimo de 3.030 euros. La ley permite retirar esa cantidad un día después de presentarla. El padre de Andrea nos dejó el dinero y al día siguiente los quitamos. En el caso del notario, nos informamos y resultó que la Cámara de Comercio, por cien euros, te hace todo. También necesitábamos una oficina. Mi padre nos cedió un hueco en su nuevo lugar de trabajo a cambio de crear y gestionar la página web de la empresa. Ahora nos hemos mudado a Cuarte”, explica Jano Cabello.
“Trabajar en lo que te gusta y construir una buena base es fundamental”, sostiene David Ruesta. El creativo cree que “cuando acabas la carrera el dinero no es tan importante”. En este sentido, asevera: “Al crear tu propia empresa no puedes pretender cobrar lo mismo que las grandes firmas porque tú vas a tener mil fallos que no tienen los demás, estás empezando”.
Tener tu propio negocio hace que no dejes de pensar en él. Por ello, los integrantes de Stuart Estudio recomiendan compartir una aventura de este tipo con gente de confianza. “Tenéis que crear un equipo de personas, no de cracks. Aprovechad la experiencia de vuestros socios y aprended de manera autónoma todo lo que podías”. También aconsejan asistir a charlas y hablar con gente de todo tipo, ya que “conocer gente es lo que más te ayuda”. Por este motivo, aseguran: “Tener hilos de los que tirar es lo que te va a ayudar el día de mañana”.
Cuidar al cliente es otro de los aspectos fundamentales en el día a día de una empresa. A lo largo del último año, Stuart Estudio ha podido aprender a base de buenas y malas experiencias. “Hay veces que parecía que un cliente nos iba a sacar de pobres y al final quedaba en nada. Otros, más humildes, te piden ayuda sin poder pagarte a cambio. Nosotros decidimos apostar por uno de estos clientes y ahora es una de nuestras mayores fuentes de ingresos, pero yo ya no me emociono por nada”, reconoce Ruesta.
El miedo al fracaso no debe ser un impedimento a la hora de emprender. De hecho, en EEUU no se es un triunfador hasta que no se ha fracasado tres veces. En España, la concepción es otra, aunque para Jano Cabello, “aprender a base de golpes es el mejor máster que se puede hacer”. Por ello, animan a todo el mundo a aplicar lo aprendido en cualquier tipo de trabajo: “Zaragoza es muy pequeña, ¡os la tenéis que comer!
Informa: Jorge Lisbona
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