En los medios de comunicación que operan en España viene observándose una tendencia al outsourcing (externalización) tanto en los servicios que ofertan como en los medios para producirlos. El outsourcing es hoy la táctica imperante entre los principales medios de comunicación en España. Los responsables técnicos del apartado tecnológico de este tipo de compañías, como Álex Palomo en el grupo Unidad Editorial, sostienen la reducción de costes que logra a medio-largo plazo, y algunos de ellos destacan la eficiencia que le caracteriza; otros lo tachan de mermar el producto final.
Sin embargo, intervienen múltiples factores a la hora de determinar si realmente es tan eficaz como parece, y ciertas cuestiones que le circundan entrañan, según la tónica general en el X Encuentro de Responsables de Tecnología en los Medios de Comunicación, celebrado en el Parque Tecnológico Walqa (Huesca) el 20 y 21 de junio, los grandes retos del 2012 y 2013 en este sentido.
Por ejemplo, los trabajadores, las personas, son la pieza clave en cualquier tipo de empresa. Desde Digital+ aseguran que, en algunos casos, el outsourcing conlleva una pérdida de identificación trabajador-empresa: “Cuando el desarrollo es plenamente interno se crea una sensación de pertenencia que hace que se trabaje por ‘voluntarismo’, y así cada cual da más del 100%. Lo importante es la persona en una empresa”. Jorge Oteo, del grupo Vocento, lo corrobora: “Estamos perdiendo la capacidad de tener gente buena por externalizarlo todo”.
De hecho, el outsourcing suele poner en evidencia al trabajador porque ha de tratar y plantar cara al proveedor por un servicio que normalmente ha decidido el área de financiación de la empresa: “Un gran reto para estos años es que a la par de la externalización se eviten las reconversiones brutales en el modo de trabajo que se dan de forma paralela, porque hay personas que no están preparadas para ello”, añaden en Digital+.
No es el único problema ya que Oteo informa de que a la hora de llevar a cabo un outsourcing, el miedo principal es “la pérdida de agilidad y de control”. A ello se suma que los medios de comunicación son un sector sumido en una continua crisis; cuando se externaliza, antes se planifica cuánto se pretenden reducir los costes; los resultados y los servicios se espera que sean para ya, que no es el ritmo estándar de la industria en general; y encima, se trata de un sector con muy poca profundidad.
Juan José Carmena, de Microsoft, alerta de que para los responsables de tecnología, en su caso mediante el Cloud, el riesgo al prestar un servicio a un medio de comunicación es enorme: “Solo hay cuatro, como quien dice; cuando fallas con uno, te lo echan todos en cara”. Según periodistas como Eduardo Navarro, de PRISA Radio, los responsables de tecnología “no han sabido hacerse valer”, a lo que los técnicos responden: “Somos solo un coste de producción”.
En este sentido, desde el departamento de tecnología de Digital+ consideran que los técnicos son “cada vez son más prescindibles, aunque para ciertas cosas continuamos siendo imprescindibles”. Navarro asegura que con la superación de los condicionantes técnicos se abren nuevas posibilidades de negocio, con lo cual no dejarán de serlo aunque “no se les atribuya el valor que merecen”.
Los departamentos técnicos de varias de las empresas ya nombradas aducen que su principal problema es que han estado siempre ayudando, como apoyo, y ahora es “muy difícil transmitir la importancia de sus iniciativas e independencia”. Aún así, Oteo defiende que alguien que maneje y conozca el funcionamiento de las bases de datos da valor a una empresa dedicada a la comunicación.
Otro gran reto para estos próximos años, según los responsables de tecnología en los Medios de Comunicación, es la creación de propias plataformas de publicidad, porque de momento consideran que estos no están preparados para gestionarlas de modo eficiente. Algo que puede tener mucho que ver con la pérdida de ingresos por publicidad; la desconfianza de los anunciantes, sin descontar la situación económica actual, y que puede estar conduciendo a todas las empresas a la externalización prácticamente total de sus servicios.
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