Bares que venden cañas a 40 céntimos, otros que pasan de ofrecer las jarras de cerveza a 2,75 euros a cobrarlas a tan solo 1,50 euros o cubos de cinco botellines de cerveza por cinco euros. Algo está pasando en City. La apertura de nuevos establecimientos hosteleros en la Ciudad Universitaria de Zaragoza desde finales del año 2013 y la caída de consumo, provocado por la crisis, han causado un descenso de los precios en los principales bares de la zona. El barrio se ha convertido en una de las zonas de ocio de preferencia para los jóvenes zaragozanos.
Una de las razones que ha provocado esta dinámica de descenso de precios ha sido la llegada del Mercado Provenzal a la zona en septiembre de 2013. La franquicia, que posee 77 establecimientos en toda España, dispone de cañas económicas a 40 céntimos y jarras a 80 céntimos. Asimismo, cuenta con ofertas especiales para desayunar por menos de un euro y pequeñas raciones, como el plato de jamón de Teruel, por 2,50 euros. “La idea es vender más y ganar menos de cada unidad”, afirma Ricardo Oliván, gerente del local en Zaragoza.
A esta política de bajada de precios se han unido tanto nuevos bares emprendidos por jóvenes zaragozanos como Bocatart, University o Erasmus, como las tradicionales tabernas que llevan décadas sirviendo en la Ciudad Universitaria: El Tuno o El Cuco. Desde estos establecimientos coinciden en que la llegada de la gran franquicia al barrio ha roto el mercado, pero también ha servido para atraer a un gran número de clientes.
Jose Ángel Oliván, presidente de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), valora positivamente este aumento de la competencia en la zona y cree que siempre es algo que puede beneficiar a los clientes: “Una guerra de precios no tiene por qué llevar a un descenso de la calidad del producto, de hecho si están compitiendo es porque los consumidores son gente con capacidad para elegir”.
Una de las ventajas que tiene Mercado Provenzal frente a sus principales competidores es que se estructura como una franquicia y por lo tanto tiene un mayor poder negociador con sus distribuidores. Esta es una de las características que le ha permitido disminuir tanto sus precios. Isidro Francés, propietario de El Tuno, asegura que cuando la franquicia llegó a la Ciudad Universitaria “hizo mucho daño porque regalar el producto es tirar el mercado y competir con esos precios era imposible”, pero que en la actualidad ha atraído a un gran número de jóvenes hasta el barrio.
Ricardo Oliván, gerente del Mercado Provenzal, justifica los precios bajos alegando que se dirige a una clientela de estudiantes universitarios, aquellos que tienen menos capacidad económica para el ocio, pero que, en cambio, son los que más la demandan. “Pretendemos acercar la posibilidad de ocio a todo el mundo”, afirma el administrador del establecimiento
“A mí me ha venido muy bien que hayan abierto estos bares, porque me ha quedado una clientela de entre 20 y 35 0 40 años. Es una clientela que me gusta más que la gente jovencita que busca beber barato, yo prefería quedarme con gente que buscara una comida de calidad y atención” asegura Miguel Vellés, dueño de Bocatart, ante la llegada de Mercado Provenzal al barrio.
Por su parte, los clientes valoran positivamente esta nueva situación del mercado en la Ciudad Universitaria. “Los bares tienen mucho más ambiente que hace dos o tres años y aunque la cerveza sea algo peor vale la pena” asegura Ana Hernández, de 24 años. “Si cobrara un sueldo de 2000 euros me plantearía cambiar de bares, mientras tanto esto es como mi casa”, afirma Abel Andrés, joven cliente de 22 años.
Cambio del distribuidor de cerveza
Una de las estrategias que han llevado a cabo estos bares en su particular guerra de precios ha sido romper el tradicional vínculo que hay entre los establecimientos de la localidad y las empresas regionales para la distribución de cerveza.
De esta forma, los barriles de cerveza de la marca portuguesa Super Bock en el Mercado Provenzal o de Mahou en El Tuno y Bocatart han sustituido a las líderes del sector en la provincia. Desde UCA consideran que esta es una de las claves para romper las situaciones de monopolio que se suelen establecer con las marcas regionales de cerveza.
Ayudas a emprendedores
Isidro Francés, propietario del bar El Tuno, critica las ayudas y beneficios fiscales que el Gobierno de Aragón ofrece en la actualidad a los nuevos empresarios. “Al que lleva mucho tiempo trabajando en este caso lo han castigado y al nuevo le han dado facilidades”, afirma el dueño de El Tuno, quien lleva 27 años trabajando en el bar.
El Instituto Aragonés de Empleo ofrece un programa de ayudas para los emprendedores autónomos. Está dirigido a personas desempleadas (inscritas en el Servicio Público de Empleo) y que se hayan dado de alta como autónomos. Las subvenciones pueden variar desde los 3000 hasta los 6000 euros, dependiendo de los requisitos demandados.
Pese a la existencia de estas ayudas, los propietarios de los nuevos bares de la Ciudad Universitaria denuncian que la DGA no les ha aportado nada de capital. “Yo he cumplido todos los requisitos como joven emprendedor porque he dado trabajo a seis personas y una inversión de más de 100.000 euros en un negocio, pero a mí me han negado todas las ayudas por falta de fondos en la DGA”, denuncia Miguel Vellés, propietario de Bocatart.
Asimismo, el gerente del Mercado Provenzal, también afirma no haber obtenido ninguna contribución bonificada por parte de las instituciones públicas a la hora de emprender. El propio Ricardo Oliván confirma que su única ventaja es “comprar un poco más barato que el resto al comprar con un mayor volumen por ser una franquicia, pero ayudas a la hora de emprender: ninguna”.
La fiscalidad de la cerveza
Según datos recogidos en el Informe Socioeconómico del Sector de la Cerveza en España, el 84% de los consumidores de cerveza la acompaña con algo de comer, por lo que es muy importante el vínculo entre la bebida y el sector hostelero. De hecho, una cuarta parte de la facturación de estos establecimientos proviene de la venta de cerveza, según datos recogidos por el mismo informe. Esta es una de las características propias de la cultura mediterránea, que nos distingue de los países del norte de Europa y que se suma como uno de los principales atractivos turísticos.
Por este motivo, la reforma impositiva sobre las bebidas alcohólicas no ha afectado a la cerveza, con el objetivo de minimizar el impacto de esta en la hostelería. En el año 2013 el impuesto especial sobre las bebidas alcohólicas ascendió hasta el 10%, sin embargo esta subida no afectó a la cerveza que mantiene su gravamen de 1,99 euros por litro, según los datos del Ministerio de Hacienda.
La Asociación de Cerveceros de España afirma que si se hubiese aplicado este incremento sobre la cerveza, se podría experimentar una caída de 20 millones de litros en el consumo de esta bebida en un año.
Estas medidas se han tomado para no frenar la recuperación económica del sector de la hostelería que se ha consolidado como uno de los motores de la economía en la salida de la crisis. Según los datos de la Federación Española de Hostelería, los bares y restaurantes incrementaron un 2,8% su facturación en noviembre de 2013 y un 3,7% en los seis primeros meses de 2014. Asimismo, el número de personas empleadas en este sector ha aumentado hasta los 1,5 millones en el último año, lo que supone un ascenso del 6% con respecto a 2013.
Texto:
Laura Ortún, Carlos Villar y Noelia Tabanera, alumnos de 4º de Periodismo y Comunicación Audiovisual.
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