Gozo y Comino
Las dos islas menores, que junto a otros islotes menores y a la isla principal, constituyen el archipiélago maltés. Dos lugares que no os dejarán indiferentes. ¿Cómo ir a Gozo? Aquí se puede hablar de varias alternativas. La primera y más sencilla es contratar una ruta turística que incluya el transporte marítimo (para ir a Gozo) y el terrestre (para poder desplazarnos por allí). Gran parte de estos recorridos tienen su origen en los embarcaderos de Sliema. Es preferible salir a primera hora de la mañana, ya que el viaje es largo y la jornada disponible se puede hacer demasiado corta. Dentro de las diferentes ofertas de viaje aparece la posibilidad de ir en lancha. Es una forma rápida de contemplar la costa maltesa, tanto la de la isla principal como la de Comino y la de Gozo.
La primera parada está en el pequeño puerto de Mgarr (que no nos sorprenda, hay un Mgarr en Gozo y otro en Malta). En el muelle nos esperará nuestro transporte y desde este momento ya no dependemos de nosotros mismos. Es el gran problema de los tours: hay mucho que ver, pero poco tiempo por delante. Por lo tanto, el espacio de tiempo del que dispondremos será variable, pero a todas luces escaso. Y más contando con que “en Gozo parece que el tiempo se ha detenido”. Esta expresión, por supuesto, tiene que ver con el modo de vida de los gozitanos y se relaciona estrechamente con el ámbito rural dominante en la isla. Pequeños pueblos, campos, hortales, pero adornados de grandes monumentos; construidos (la impresionante iglesia de Xewkija, el acueducto cercano a Gharb) y naturales (playas, acantilados y valles). En el lado de los monumentos construidos, empezaremos nuestra ruta con los templos de Ggantija. En la localidad de Xaghra, encontraremos las estructuras levantadas más antiguas del mundo y reconocidas por la protección que otorga la UNESCO a los lugares patrimonio de la humanidad.
Poniendo un ejemplo de los monumentos naturales con parada obligada nos encontramos a la llamada Ventana Azul (Azure Window).
Una maravilla que completa un paisaje de ensueño en el que podremos darnos un baño rápido antes de volver a la ruta programada. Si tuviéramos más tiempo, dentro de la ruta incluiríamos la playa de Ramla (con la mitológica Cueva de Calipso) o la ensenada de Xlendi. Sin embargo, si hay algo que llama poderosamente la atención de Gozo es la basílica de Ta’Pinu. Visitada por Juan Pablo II en sus viajes a Malta, esta construcción se encuentra dominada por el misticismo y el fervor de quienes dicen haber sido escuchados en sus ruegos por la Virgen. Del edificio en sí destaca su tamaño, su torre, el rosetón, los arbotantes… Todos estos elementos ayudan a dar un aire de grandiosidad a Ta’Pinu que contrasta con su humilde derredor.
Sea cual sea la ruta elegida hay un lugar imperdible: Victoria. La capital de Gozo, también llamada Rabat, es la muestra que mejor recoge la esencia de todo el archipiélago. Su patrimonio es inconmensurable, desde la basílica de San Jorge, pasando por La Ciudadela o todas y cada una de sus calles. Cada uno de estos puntos se merece un capítulo aparte. Por ejemplo, el punto más alto de Victoria está dominado por una pequeña fortificación que sirvió de núcleo de resistencia contra los ataque piratas (no siempre con éxito) y que incluye dentro de sus murallas a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. La subida es agotadora, pero las vistas lo recompensan ampliamente. Tampoco podemos pasar por alto la Plaza de la Independencia en la que, dependiendo del momento del día, coinciden puestos de ropa, alimentación y vendedores de diferentes objetos. Un ambiente distinto y enriquecedor, como lo atestiguan las charlas de los mercaderes. En definitiva, Gozo es otro de esos tesoros que, si bien abundan poco, se conocen.
Sin tiempo prácticamente ni para contentar al hambre, hemos trazado un óvalo sobre la segunda isla del archipiélago maltés. El punto de retorno vuelve a ser Mgarr, lugar desde el que volveremos al agua para buscar la tercera gran isla de Malta: Comino.
En Comino podremos olvidarnos del reloj y de las prisas por un momento. La llamada Laguna Azul es, sin duda, una de las estampas que nos llevaremos grabada: aguas de color turquesa que pasan a ser cristalinas cuando nadamos sobre ellas. Malteses y turistas coinciden en un lugar que sirve de punto de reunión, donde el ambiente festivo es la nota común a los allí presentes.
He aquí un final apacible a todo un día de trasiego por las dos islas menores del archipiélago.
De la misma forma, podemos buscar otras alternativas que nos permitan visitar Gozo y Comino con mayor independencia y tranquilidad. Si decidimos ir por libre tendremos que tener muy claro los horarios de las líneas marítimas que unen la isla de Malta con las dos menores, como por ejemplo los ferry que une Gozo y Cirkewwa (Malta). Dependiendo de nuestro planes podremos preguntar por alojamiento en Gozo o incluso en Comino. Todo es cuestión de mirarlo con detenimiento.
Hasta aquí lo que os he podido enseñar de Malta. Un país que, a pesar de ser pequeño, guarda grandes lugares, personas y vivencias. Sin duda, una X en nuestro mapa de lugares por visitar.
Informa: Jorge Zorraquín
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