El martes 4 de noviembre Silvia Grav inauguró su nuevo proyecto “La Falta” en Espacio en blanco. Esta joven artista, de tan solo 20 años, logró sorprender a los presentes con cada una de sus obras. Dragón Digital aprovechó la ocasión para charlar con ella de su reciente trabajo, pero también de su experiencia.
La exposición, acompañada de una pieza audiovisual, se compone de una serie de fotografías en blanco y negro cargadas de sentimiento. Para Silvia, una imagen vale más que mil palabras y, de esta manera, busca desahogarse y transmitirnos esa falta que siente pese a tenerlo todo.
“Para mí es una sensación difícil de explicar. He sido muy afortunada porque lo he tenido todo, pero siempre quiero más, siento esa necesidad interior”, explica la autora. Todas sus imágenes surgen de esa falta, de alguien o de la vida en general, “está bien porque que me hace tener un trabajo que me encanta”, añade.
`La Falta´ fusiona imagen, arte y poesía y, esta vez, lo muestra a lo grande con los tamaños originales. Mediante sus obras, la autora refleja una personalidad compleja que hasta a ella misma le es imposible explicar si no es a través de la fotografía.
La muestra de Silvia Grav, organizada por Actividades Culturales de la USJ, podrá visitarse hasta el 28 de noviembre en el Espacio en blanco de la Facultad de Comunicación. Un verdadero regalo, sobre todo, para los amantes de la fotografía.
Conociendo a Silvia Grav
La artista nació en diciembre de 1993 en el País Vasco, aunque actualmente reside en Madrid y en unos meses se trasladará a Nueva York. El interés por la fotografía de Silvia Grav viene de lejos. Desde pequeña siempre le llamó la atención, pero su mayor afición era el dibujo. Fue en bachillerato cuando comenzó a abandonar el dibujo para obsesionarse por la cámara: “Yo siempre dibujaba, pero soy muy impaciente y una de las cosas que no me gustaba del dibujo era que tardaba mucho en llegar a lo que realmente quería. Cuando descubrí la fotografía, me atrapó su inmediatez pura y dura”.
Silvia nunca imaginó llegar lo que ya ha alcanzado con tan solo veinte años. Al acabar el bachillerato artístico, se trasladó de Málaga a Madrid para seguir sus estudios de Bellas Artes. No obstante, describe esa decisión como “desastrosa, terrible”. A sus pocas expectativas, se sumó el ambiente de dejadez y la poca pasión por la profesión, incluso por parte de algunos profesores. “Nada más llegar nos decían `asumid que no os vais a dedicar a esto´, te quitaban cualquier tipo de ilusión o motivación, hasta la poca energía que tenía para dedicar a mis cosas”, asegura.
Debido a todo ello, en el segundo curso le comentó a su madre que quería dejar la carrera. Abandonó y, muy a su pesar, regresó a Málaga. Dos meses después, totalmente desilusionada y pensando en trabajar de cualquier otra cosa, su vida dio un giro radical. Subía sus fotos a Facebook y a Flickr por la necesidad de que por lo menos sus amigos vieran lo que hacía. “Un día me desperté y tenía infinitas peticiones de amistad. La causa de esto fue la publicación de mis fotografías en un blog de EEUU, uno de los más potentes de la red”, explica Silvia, que a partir de ese momento tuvo que decir que no a varias ofertas por no tener tiempo para todo. “Fue muy bestia, nunca pensé que esto ocurriría. Igual sí con 30 o 40 años, pero no ahora”, añade ilusionada.
Recientemente, esta joven artista, formó parte de una exposición en Milk Gallery de Nueva York tras ser elegida como uno de los mejores talentos de Flickr en `20 por debajo de 20´, una selección de 20 fotógrafos a nivel mundial, todos menores de 20. Sin duda, marcó un antes y un después en su vida. “Un día, me llegó un email muy extraño que decía `enhorabuena, has ganado´. Parecía el típico spam, lo leí 40 veces y cuando vi el contrato firmado por Flickr y Yahoo, me lo creí”. Decidió quedarse un mes en Nueva York y asegura que fue una experiencia única. Lo más interesante fue que, durante su estancia en EEUU, una directora de cine de Los Ángeles le ofreció un contrato difícil de rechazar. “Es lo mejor que me ha pasado jamás”, asevera Silvia, que finalmente se irá a vivir allí.
La técnica de esta autora consiste en desarrollar imágenes de gran profundidad, generalmente monocromáticas. Las fotografías base las hace en color, no obstante, suele utilizar el blanco y negro en todas sus obras. “Además de encantarme el blanco y negro, me resulta más fácil y más rápido a la hora de editar. De hecho, he empezado a editar muchas fotos en color y se han quedado sin acabar. Soy muy impaciente”, confiesa entre risas.
Con tan solo 20 años, ya tiene otros proyectos en mente. De momento, está centrada en el trabajo de unos videoclips, lo que realmente más le gusta. Al trabajar como freelance, lo que más echa en falta es el contacto con la gente. También destaca que siente especial atracción con la música. “Si les gusta mi trabajo, probablemente su música se parezca a lo que hago o su música me inspire”. Además, adelanta que habrá una exposición sorpresa, que va a ser muy especial, pero no puede desvelar.
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