Entrevistas Temporada 2020

Alfredo González, enfermero en la pandemia: “En mi vida había visto tanta muerte”

Alfredo González reclama responsabilidad de todos para frenar la Covid-19

Por Mario Jiménez

Alfredo González (33 años) trabaja como enfermero en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Royo Villanova, centro médico perteneciente al Servicio Aragonés de Salud situado en San Gregorio (Zaragoza). En esta entrevista, el sanitario cuenta cómo se está viviendo esta gran crisis mundial en su centro de salud provocada por la Covid-19. Por ejemplo, que casi la mitad de los ingresados en la UCI de su centro hospitalario acaban falleciendo. También explica que ahora están mucho más preparados que en la primera ola para afrontar la pandemia.

¿Puede decirme cuál es la situación en el servicio de urgencias del hospital en el que trabaja?  

Los compañeros de urgencias nos comentaron que, la última semana, ha descendido el ingreso hospitalario de la covid-19, pero sigue siendo una situación, en cuanto al número de camas, bastante importante en porcentaje de disponibilidad del hospital.

¿Qué porcentaje de saturación tienen las UCI y las hospitalizaciones del hospital?

El hospital Royo Villanova tiene cinco plantas y cada una se subdivide en dos salas, de esas cinco, tres están ocupadas por pacientes con coronavirus y se han dejado libres tanto la planta de cardiología como cirugía y neurología (plantas más quirúrgicas). El resto (tanto internas, como neumología) están al 80% ocupadas por pacientes que han dado positivo.

¿Cree que el Ministerio de Sanidad y el Gobierno de Aragón están dando los recursos suficientes al hospital donde trabaja? 

Ahora mismo sí. Tenemos recursos importantes como los equipos de protección individual (EPI), podrían faltar mayores medidas como el tener camas extra porque siempre ha habido un déficit para la población, pero eso es inevitable.

¿Qué ha cambiado en ese sentido con respecto a la primera ola?

En cuanto a protección individual, que en la primera ola estábamos más justos, en esta segunda no hay ningún problema en ese aspecto. En cuanto a recursos hay mucha diferencia de la primera a la segunda ola, estamos más seguros.

“Los sanitarios estamos mucho más preparados ahora que empezamos a entender un poco más esta enfermedad”.

¿Considera que los recursos con los que cuenta el hospital cubren de forma correcta su seguridad profesional y la de los pacientes o como se podría mejorar?

Mi seguridad profesional por supuesto que sí, la de los pacientes quizá no en todos sitios. Por ejemplo, en urgencias se ha hecho una división que se le llama sectorizada (división de pacientes dependiendo su patología) aislando a las personas que tienen algún indicio de poder tener el virus. Los pacientes estarían mejor atendidos y tendrían más seguridad con alguna sección en la que pudiéramos agrandar el hospital, de esta manera tendríamos más espacio y más recursos para poder realizar mejor una sectorización. 

Nos llegan testimonios de médicos y enfermeros de otros hospitales sobre que les hacen ir a trabajar, incluso si tienen síntomas de contagio. ¿Ha pasado lo mismo en su hospital? 

De momento no. En la primera ola nos vimos muy saturados, en esta segunda ola también, pero ha ido poco a poco creciendo. Al principio, en el momento que tenías un contacto estrecho con alguien o algún familiar tenía el virus, enseguida te mandaban a hacer cuarentena, que es lógico porque al estar trabajando con tantas personas, puedes ser un vector transmisor muy importante. En urgencias un paciente puede transmitir la enfermedad a un enfermero y este, contagiar a 30 o 40 pacientes.

¿Cuántas personas ha visto morir? 

Por desgracia bastantes. En mi carrera profesional he ido por diferentes hospitales y no me había encontrado nunca con esto, no había visto tanta muerte en mi vida. Este virus es muy letal. 

“En la UCI del hospital fallece un 46% de los ingresados por Covid-19”.

Según su experiencia, ¿considera necesario un confinamiento más estricto? 

Es triste pero sí, porque es lo único que ha sido capaz de frenar la cantidad de contagios. Ha tenido mucha repercusión este virus, pero todavía falta tener mucha más conciencia con la enfermedad.

¿Qué es lo más grave que ha llegado a su hospital?

Hay personas que, sin tener patologías previas, o que estas están muy adecuadas a la sociedad (hipertensión, diabetes, obesidad…), acaban falleciendo sin poder hacer nada. Es gente que, en condiciones normales, no tendría estos problemas para vivir y, por culpa del coronavirus, los tienen.

¿En esta segunda ola ha bajado la media edad de pacientes ingresados en la UCI de su hospital?

Ha bajado muchísimo. Hacemos estudios y reuniones online para ver cómo va el servicio y la media de edad en esta segunda ola es de 55-56 años. La persona más joven que ingresó era de 21 años, pero es un caso aislado (no es común). Mientras que, en la primera ola, la mayoría de la gente que ingresaba, tenía entre 65 y 80 años (media de 72 años y medio).

¿Qué opina de la nueva disposición de Sanidad que obliga a una cuarentena de 14 días, cuando hasta hace poco se pedía 10 días a los contagiados, y hace unos meses 14 días? ¿No cree que esto genera un caos?

Es muy caótica toda la información que nos llega, sobre todo, porque es una enfermedad nueva. Creo que hacen mal a la hora de informar, porque dar una mala información, crea mucha inseguridad en la población. 

“Con tanta información las personas no saben a qué acudir y esto crea desconfianza y repercute en el sistema sanitario”.

El número de días me parece una medida estándar, pero también hemos visto casos de gente que ha estado un mes con la enfermedad, aunque, es verdad que, la tasa de transmisión del día 10 (siendo positivo) al 15 o 20 es de tan solo un 5%. Así que, esta enfermedad, se transmite sobre todo los primeros cinco días. Lo recomendable sería estudiar cada caso y hacer cuarentena según sea este, pero como los recursos sanitarios son limitados, me parece lógico que se acojan a esta medida. 

En su hospital, ¿han detectado algún nuevo perfil de infectado o alguna variación respecto a la primera oleada?

Se ha comentado que hay una nueva cepa, pero de momento no está científicamente demostrado. En cuanto a síntomas, el coronavirus es un grupo de virus que afecta a diferentes partes del cuerpo y cada uno lo asimila de una manera. 

¿Cómo se ha acogido, en el Royo Villanova, el anuncio de las dos vacunas más avanzadas?

Sí, Pfizer y Moderna. Lo hemos cogido bien, pero con cuidado. Esto no significa que esta enfermedad se vaya a acabar. Empezará la vacunación y habrá gente que cogerá la covid-19 (aunque sea con síntomas leves) y habrá algún ingreso hospitalario. La vacunación reducirá el número de contagios y esto ayudará para que no haya saturación en el sistema sanitario. No creo que antes del final de 2021 o inicios de 2022 podamos considerar el coronavirus una gripe común.

“Hasta que los niveles ya no sean de pandemia, que sean como una gripe normal, este virus no se acabará”. 

¿Cuál es la situación de las personas con enfermedades diferentes en su centro sanitario?

Hemos destinado sitios del hospital que no usábamos, para habilitar una nueva UCI a estos pacientes que no tienen el coronavirus. Si necesitáramos más espacio podríamos utilizar otras localizaciones, pero falta personal, así que no nos sirve tener recursos si no tenemos sanitarios para ello.

¿Podría relatar las experiencias más duras que ha vivido como profesional?

Nunca me había golpeado con algo así tan fuerte. Acompañar a las personas en sus pasos finales de la vida, es muy duro. Sobre todo, no había visto tantas personas jóvenes (50-60 años) así, que haciendo todas las técnicas y dándoles la medicación recomendada no mejoren. Es frustrante, porque haces todo lo que está en tu mano y muchas veces no sirve para nada. Trabajar con covid-19 es muy desesperante. Los porcentajes de letalidad que se están viendo no se habían visto nunca. Antes de esto, la mayor parte de los que ingresaban en UCI (por enfermedades distintas a esta) salían adelante, sin embargo, ahora es todo lo contrario. El problema es que las personas no han interiorizado las normas de seguridad. Hay que tenerle más miedo, no estamos a salvo ninguno. Mucho aplauso y mucha historia, pero lo que hay que hacer son las cosas bien, tener respeto y pensar en los demás. 

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